"Una nota de Eni revela que Rusia está reduciendo el suministro de gas a Italia en un tercio respecto a la media de los últimos días, informa la agencia de noticias Ansa.
"Gazprom", anunció Eni, "ha comunicado que para el día de hoy suministrará a Eni volúmenes de gas de unos 21 millones de metros cúbicos diarios, frente a una media de los últimos días de unos 32 millones de metros cúbicos diarios. Eni proporcionará más información en caso de que se produzcan cambios nuevos y significativos en los flujos".
El gobierno de Draghi, el de los "mejores", dada la dependencia energética de Italia del gas procedente de Rusia no ha encontrado nada mejor que lanzar un "plan de emergencia" basado en las restricciones.
En caso de escasez de energía, el gobierno planea llegar hasta el racionamiento energético. Según la información filtrada por los principales periódicos italianos, en caso de emergencia grave, esto podría llevar incluso a la interrupción de los servicios energéticos.
Además de reducir el consumo, el gobierno de Draghi pretende instaurar toques de queda en comercios, locales privados y oficinas públicas. Los horarios aún no se han acordado, pero ya se habla de que los comercios cerrarán antes, a las 19.00 horas, mientras que los locales privados, como bares, restaurantes, pubs y discotecas, podrán cerrar hasta las 23.00 horas.
También habrá una fuerte reducción del alumbrado público, ya que sólo una de cada dos farolas permanecerá encendida.
Por no hablar de las consecuencias de este racionamiento energético para las empresas definidas por el gobierno como "hambrientas de energía". Estas empresas se encontrarán en una situación desesperada con un colapso de la producción y los consiguientes despidos.
Al pasar de Italia, la situación no cambia. El temor a un corte total del suministro de gas ruso crece en toda Europa y, en particular, en Alemania (el país que, junto con Italia, más depende del gas ruso), donde se imagina que el próximo invierno será "frío, oscuro y caro", como tituló el periódico económico Handelsblatt, con una imagen muy explicativa que lo acompañaba: la Puerta de Brandemburgo congelada.
Alemania, por su parte, ha pasado a la segunda fase de un plan de contingencia de gas de tres niveles, un paso previo a que el gobierno racione el consumo de combustible.
Mientras la inflación aumenta a medida que se agudiza la crisis energética relacionada con Rusia. Según datos de la asociación de la industria estatal bávara VBW, una fuerte recesión sería casi segura si se cortara el flujo de gas ruso. El golpe a la economía de Berlín podría ascender a 193.000 millones de euros en el segundo semestre de este año.
"El fin abrupto de las importaciones de gas ruso también tendría un impacto significativo en la mano de obra de Alemania.... Alrededor de 5,6 millones de puestos de trabajo se verían afectados", dijo Bertram Brossardt, director general de VWB.
En caso de cierre total de los flujos procedentes de Rusia, los precios del gas en Europa también seguirían subiendo de forma pronunciada y durante más tiempo, lo que afectaría aún más a las industrias y los hogares.
Los precios al por mayor del gas holandés, la referencia europea, han subido más de un 400% desde el pasado mes de julio, y el ministro holandés de Energía, Rob Jetten, señaló: "Si se corta Nord Stream o si Alemania pierde todas sus importaciones rusas, el efecto se sentirá en todo el noroeste de Europa.
Es el suicidio de Europa que ha decidido inmolarse en el altar de los intereses de Washington. El suicidio se produce, irónicamente, a través de esas sanciones que nos dijeron que se habían decidido para detener la guerra y poner a Rusia de rodillas.
Vemos que la realidad nos dice exactamente lo contrario: Rusia es más rica y más fuerte mientras que Europa está de rodillas y al borde del precipicio. "
(Fabrizio Verde , L'Antidiplomatico, 11/07/22; Traducción realizada con la versión gratuita del traductor www.DeepL.com/Translator)
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