16.5.24

La cosa va así: los ahorros de los españoles que los tienen no se invierten en España, puesto que (especialmente) los ricos no ven posibilidades de inversión rentable en nuestro país, más allá de los inmuebles. Por eso colocan su dinero, directa o indirectamente, en fondos de la esfera anglosajona, sobre todo de bandera estadounidense. Esos fondos vienen después a España y adquieren buena parte de las acciones del IBEX, y eso es BlackRock, o compran hospitales, residencias, franquicias o empresas de tamaño medio susceptibles de ser vendidas en unos años, además de inmuebles. El capital español se limita a recoger los réditos que esas inversiones proporcionan. En lugar de aprovecharlo para invertir productivamente en el país del que proceden, prefieren colocarlo en la esfera financiera global... Eso explica, en buena medida, la falta de industria española y su escaso músculo productivo y con ella, la posición declinante de la burguesía española... conlleva una economía nacional más rentista en lugar de productiva, lo que solo puede mantenerse con políticas de empobrecimiento de las clases trabajadoras, de las medias y de la misma clase media alta... Esta dinámica conlleva también derivadas internas, dominadas por ese rencor subyacente que atraviesa la política. Ir perdiendo posiciones suele agriar el humor (Esteban Hernández)

Esteban Hernández  @HdezEsteban

Sobre los problemas que esta gestión de la economía está creando. La cosa va así: los ahorros de los españoles que los tienen no se invierten en España, puesto que (especialmente) los ricos no ven posibilidades de inversión rentable en nuestro país, más allá de los inmuebles. 

Por eso colocan su dinero, directa o indirectamente, en fondos de la esfera anglosajona, sobre todo de bandera estadounidense. Esos fondos vienen después a España y adquieren buena parte de las acciones del IBEX, y eso es BlackRock, o compran hospitales, residencias, franquicias o empresas de tamaño medio susceptibles de ser vendidas en unos años, además de inmuebles. 

El capital español se limita a recoger los réditos que esas inversiones proporcionan. En lugar de aprovecharlo para invertir productivamente en el país del que proceden, prefieren colocarlo en la esfera financiera global, lo que proporciona la munición para que esos fondos vayan adquiriendo su país y, al hacerlo, incrementen la decadencia de las clases altas y medias altas españolas, que tienen un papel secundario en la esfera global. 

Si no se anclan en su territorio, se convierten en meros aportadores de ahorros y reciben un rédito, a veces notable, otras no tanto, pero a cambio van cediendo su posición. Eso explica, en buena medida, la falta de industria española y su escaso músculo productivo y con ella, la posición declinante de la burguesía española. 

Pero también tiene otras consecuencias. Ocurre con Naturgy, donde Caixa no encuentra inversores nacionales, y tiene que recurrir a Emiratos Árabes para mantener una empresa estratégica en manos españolas, y ocurre con Telefónica. 

Esta dinámica conlleva también derivadas internas, dominadas por ese rencor subyacente que atraviesa la política. Ir perdiendo posiciones suele agriar el humor. A ese giro dediqué “El rencor de clase media alta y el fin de una era”. 

Pero también conlleva una economía nacional más rentista en lugar de productiva, lo que solo puede mantenerse con políticas de empobrecimiento de las clases trabajadoras, de las medias y de la misma clase media alta. Sobre la mecánica global en la que todo esto se inserta, es bueno leer a  @michaelxpettis 

https://x.com/michaelxpettis/status/1785190107210752456

11:17 a. m. · 2 may. 2024  53,4 mil Reproducciones

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