10.7.25

La "cláusula Quirón" de la ponencia del PP es una grieta por la que se pueden escapar decenas de ricos evasores fiscales como el novio de Ayuso... dice textualmente: "incorporaremos el “derecho al error” en el ordenamiento tributario español para minimizar las consecuencias de los errores que se puedan producir en las declaraciones fiscales y reducir la indefensión del contribuyente”... Es cierto que el artículo parece hecho a propósito para Alberto González Amador, novio de Ayuso... cabe preguntarse quién fue el listo o la lista que fue capaz de colar la famosa “cláusula Quirón”, que no deja de ser una amnistía fiscal encubierta. Y ahí podríamos especular con todas las teorías posibles, desde que el redactor actuara por orden de la propia Ayuso para rescatar a su enamorado hasta que fuese alguien del mismo entorno de Feijóo, presionado como siempre por el ala más dura y falangista del partido... produce el mismo escalofrío que gente que todavía no ha llegado al poder esté pensando ya en incluir un resquicio legal por el que se puedan escapar decenas, quizá cientos de evasores tributarios. Justo lo que necesitaba este país: convertirse en un inmenso paraíso fiscal a la madrileña (José Antequera)

 "lguien, sin duda un ayusista, fue tan listo de colocar la cláusula Quirón en el Congreso Nacional del PP sin que nadie se diese ni cuenta. El miércoles, durante el decisivo debate sobre corrupción en el Congreso de los Diputados, un avezado asesor le pasó la información al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, para que la utilizara como munición, ya que esa cláusula está pensada, supuestamente, para salvar al novio de Isabel Díaz Ayuso de sus problemas con Hacienda. “Eso es lo que ustedes han aprobado este fin de semana. Y luego hablan de autoamnistía. ¡Es impresionante! ¡Es que el descaro es total! Es que la cláusula Quirón es la gran aportación del señor Feijóo a la calidad institucional de este país. Qué despropósito, qué descaro”, profirió Sánchez ante la atónita mirada del dirigente popular, que puso cara de no saber de qué le estaban hablando (aunque probablemente lo sabía todo).

Fue entonces cuando cundió el pánico en la bancada azul. Hubo llamada general a capítulo, gabinete de crisis improvisado. ¿Qué demonios era eso de la cláusula Quirón que el inquilino de Moncloa se había sacado de la manga, como uno de sus habituales conejos de la chistera? Allí estaban los Tellado, Muñoz y compañía susurrando y tratando de improvisar una respuesta al zasca contundente del líder socialista. Por momentos hubo zozobra general en los escaños del PP. Si alguien había logrado colar ese punto conflictivo en la ponencia era un auténtico escándalo. Fueron minutos de inquietud, de canguelo, de pavor. Promocionar un artículo de una ley solo para amnistiar al maromo de Ayuso, implicado en graves delitos de fraude fiscal, era demasiado fuerte, incluso para ellos. Se imponía improvisar una explicación convincente que, por otra parte, no llegó. Feijóo tuvo que pasar por el espinoso asunto como de puntillas, ya que, tras la reunión urgente en el mismo hemiciclo y con el Pleno en marcha, el asunto no había por dónde cogerlo. Y quizá ese trance pueda explicar la infeliz idea de Feijóo de sacar a relucir los trapos sucios de las familias, en este caso la de Sánchez y su suegro, sobre el que corre el rumor de que regentó una cadena de saunas donde se practicaba la prostitución. “¿Pero de qué prostíbulos ha vivido usted?”, interpeló el jefe de la oposición a Pedro Sánchez. Una infamia de pregunta que le acompañará para siempre y que fue su puesta de largo como nuevo líder del PP más carpetovetónico y montaraz de la historia.

La polémica ponencia del congreso popular para el caso de que lleguen a gobernar, en la que se incluía la cláusula Quirón, venía a decir: “Vamos a darle la vuelta a la relación entre el contribuyente y la Administración tributaria: incorporaremos el “derecho al error” en el ordenamiento tributario español para minimizar las consecuencias de los errores que se puedan producir en las declaraciones fiscales y reducir la indefensión del contribuyente”. Sánchez, con retranca, insistió: “Vamos, en cristiano, que ustedes anuncian que, si gobiernan, van a introducir una reforma para salvar al novio de la señora Ayuso, que está siendo investigado por haber defraudado al fisco”. Acto seguido, los diputados del PSOE estallaron en aplausos puestos en pie.

Es cierto que el artículo parece hecho a propósito para Alberto González Amador, novio de Ayuso, a quien se investiga un pago de medio millón de euros vinculado a la esposa de un ejecutivo de Quirón (la Fiscalía sospecha que esta compra fue una comisión encubierta o una forma de retribuir favores relacionados con contratos adjudicados por la empresa). Pero no solo un traje hecho a la medida de la pareja de la presidenta madrileña. Es evidente que bajo el lema “gastar bien y aliviar la carga fiscal”, recogido en la eufemística ponencia del PP (el partido que se define como el de quienes “sufren el infierno fiscal de este Gobierno, el de Pedro Sánchez”), había algo más. Algo tan oscuro como tratar de beneficiar a aquellos privilegiados, comisionistas y rentistas que no pagan lo que deben al fisco, entre ellos, presuntamente, siempre presuntamente, el tal Amador.

Sánchez afeó al dirigente conservador, y con razón, que esté tratando de “defender a los corruptos”, pero llegados a este punto cabe preguntarse quién fue el listo o la lista que fue capaz de colar la famosa “cláusula Quirón”, que no deja de ser una amnistía fiscal encubierta. Y ahí podríamos especular con todas las teorías posibles, desde que el redactor actuara por orden de la propia Ayuso para rescatar a su enamorado hasta que fuese alguien del mismo entorno de Feijóo, presionado como siempre por el ala más dura y falangista del partido. En ambos casos alguien le coló un gol a aguien. No obstante, en sendas hipótesis produce el mismo escalofrío que gente que todavía no ha llegado al poder esté pensando ya en incluir un resquicio legal por el que se puedan escapar decenas, quizá cientos de evasores tributarios. Justo lo que necesitaba este país: convertirse en un inmenso paraíso fiscal a la madrileña. " 

( , Diario16+, 10/07/25)

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