10.7.25

¿Otra vez, Alberto? ¿Es que vas a empezar otra vez con aquel revolcarse en la basura de la campaña de 2009 que te llevó a la presidencia de la Xunta? En la campaña de las elecciones gallegas de 2009, cuando eso de la polarización y la destrucción personal del adversario político parecían cosas de las series de televisión y otras latitudes, Galicia, una vez más, fue pionera... En aquella campaña valía todo. Convertir una mala gestión de una excursión de pensionistas en un secuestro de ancianos; transformar el blindado de Pérez Touriño, exactamente igual al de Manuel Fraga, en el coche de un sátrapa; una nevera portátil del vicepresidente Quintana o su foto en el yate de un constructor, tomada años antes, en Sodoma y Gomorra, o ridiculizar una compra de mandilones para niños presentándola como el primer paso hacia la China comunista.. e insinuar, de manera completamente falsa e injuriosa, que uno de los miembros del gobierno era un maltratador doméstico. Un rumor malicioso que comenzó con un correo difundido desde la sede campaña del Partido Popular de Galicia (Antón Losada)

 "Visto el descenso a los infiernos del líder del PP al acusar a Sánchez de ser beneficiario económico de las saunas de su suegro, resulta pertinente la pregunta: Alberto, ¿es que vas a empezar otra vez con aquel revolcarse en la basura de la campaña de 2009 que te llevó a la presidencia de la Xunta?

En la campaña de las elecciones gallegas de 2009, cuando eso de la polarización y la destrucción personal del adversario político parecían cosas de las series de televisión y otras latitudes, Galicia, una vez más, fue pionera. La campaña más sucia vista hasta entonces en la política gallega y española llevó a Alberto Núñez Feijóo a la presidencia de la Xunta. Fue el final del gobierno bipartido del PsdeG y BNG, que no era un ejecutivo de seres luz ni recibieron una derrota que no se merecieran; pero no tanto oprobio y tanta saña.

En aquella campaña valía todo. Convertir una mala gestión de una excursión de pensionistas en un secuestro de ancianos; presentar instrumentos de gestión como el Consorcio de servicios sociales en chiringuitos para colocar amigotes –hoy, ahí sigue el Consorcio dando servicio porque era la mejor manera de planificar y gestionar una compleja red de servicios–; transformar el blindado de Pérez Touriño, exactamente igual al de Manuel Fraga, en el coche de un sátrapa; una nevera portátil del vicepresidente Quintana o su foto en el yate de un constructor, tomada años antes, en Sodoma y Gomorra, o ridiculizar una compra de mandilones para niños presentándola como el primer paso hacia la China comunista.

Aunque ningún infundio llegó al nivel de insinuar, de manera completamente falsa e injuriosa, que uno de los miembros del gobierno era un maltratador doméstico. Un rumor malicioso que comenzó con un correo difundido desde la sede campaña del Partido Popular de Galicia.

Alberto Núñez Feijóo siempre ha contado a quien quería escucharle que ese aspecto de aquella campaña era algo que lamentaba y no repetiría. Incluso llegó a asegurárselo personalmente al miembro difamado del gobierno, eludiendo toda responsabilidad en el rumor. Muchos le hemos creído todos estos años. Pero visto el tono y el contenido de su intervención en el debate sobre la corrupción, especialmente su segunda réplica y su descenso a los infiernos al acusar a Sánchez de ser beneficiario económico de las saunas de su suegro, parece que ya no lo lamenta tanto.

La pregunta resulta pertinente, Alberto: ¿Es que vas a empezar otra vez con aquel revolcarse en la basura a diario e inventar más cuando no parecía suficientemente repugnante? ¿Qué vendrán luego, las lágrimas de cocodrilo por el daño causado en las vidas de las personas y en la decencia de las instituciones? En política, como en la vida, no solo se trata de ganar sino sobre todo de cómo se gana. Ese suele ser el legado que uno deja."

( Antón Losada, eldiario.es, 10/07/25)

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