30.1.25

La lección más importante de DeepSeek para España... Nuestro país carece de un contexto que favorezca la innovación, porque el dinero nacional apenas apuesta por sectores nuevos (prefiere el inmobiliario o las rentas financieras, canalizadas a través de los distintos inversores ligados a Wall Street) y el Estado no cuenta con iniciativas serias de apoyo a las empresas emergentes. Los fondos de capital de riesgo participados por el Estado han sido un arma poderosa en otros países, y serían esenciales para impulsar cambios en ese sentido... hay ámbitos, y la tecnología es uno de ellos, donde existen espacios de acción en los que el talento es determinante. De modo que, en lugar de pensar en cuántos recursos proporcionar a las empresas (grandes) existentes, sería necesario crear un contexto en el que el talento pudiera desarrollar iniciativas interesantes y significativas a través de una estrategia clara... DeepSeek demuestra que hay espacios de acción posibles en un terreno, como el tecnológico, en el que los españoles contamos poco. No contamos con el ecosistema, ni con el enfoque correcto, pero sí hay talento. Otra cosa es que decidamos volver a desperdiciarlo... China incentivó la creación de startups que gozaban de acceso a capital de riesgo respaldado por el Estado y que fueron apoyadas por planes específicos para las distintas fases de su crecimiento... Esta es una gran paradoja: DeepSeek es el producto de un gobierno estatalista que tiene una presencia continua en la vida económica, como es el chino, pero que ha construido un contexto que fomenta que sus empresas compitan entre sí. Sin embargo, los gobiernos que insisten en que lo más relevante es la iniciativa privada, como el estadounidense, han terminado por generar monopolios y oligopolios que producen altas dosis de ineficiencia (Esteban Hernández)

 "La aparición de DeepSeek ha sonado como un golpe fuerte sobre la mesa. Desde luego, ha impactado en la autoestima: EEUU era una potencia cuyo dominio tecnológico resultaba indiscutible y los cortafuegos al crecimiento chino, caso de los chips, hacían muy improbable que Pekín lograra ponerse en algún momento a su altura. DeepSeek perturba esa narrativa y lo hace en un momento relevante.

EEUU está presionando con insistencia para ganar poder en distintos ámbitos, en especial en el económico, con los aranceles como principal instrumento. En un contexto en el que la expansión geográfica queda limitada por el poder chino y por el posicionamiento de Estados que tienden a jugar a dos bandas, EEUU necesita crear nuevas oportunidades de negocio en terrenos donde su supremacía no sea discutida. El ámbito tecnológico es su principal apuesta.

La captación, por parte de su ámbito financiero, de recursos de gran parte del mundo, tiene en los mercados bursátiles una de sus mejores bazas. La tecnología es un terreno particularmente valorado: firmas como Apple, Microsoft, Amazon, Google y (hasta la aparición de DeepSeek) Nvidia, eran las más relucientes del mercado. Además, la inteligencia artificial aparecía como uno de los valores que asentaban el brillante futuro de esas compañías: su ventaja competitiva aumentaría gracias a su desarrollo en ese campo.

¿Es necesaria tanta inversión?

La línea que conecta la producción masiva de energía, la fabricación de chips (restringidos a China), los centros de datos y la inteligencia artificial es la apuesta estrella de la Administración Trump. El proyecto Stargate, en el que participan OpenAI, Oracle y SoftBank, que había previsto una inversión de 500.000 millones de dólares para desarrollar centros de datos que afinasen la inteligencia artificial, es un buque insignia. La aparición de DeepSeek ha dañado profundamente al fabricante de chips Nvidia, no porque sus productos fueran deficientes, sino porque subrayaba que no era necesario producir tantos para obtener resultados, lo que reduce enormemente su potencial de crecimiento. Y, del mismo modo, ha introducido serias dudas sobre la necesidad de tantos centros de datos, que son costosos en energía y agua: ¿Es precisa una inversión tan elevada cuando se puede obtener buenos resultados con muchas menos horas de entrenamiento de la IA y con una menor recolección de información?

EEUU continúa convencido de que, al fabricar chips mucho mejores que los chinos, la ventaja competitiva sigue de su parte

Es probable que el potencial disruptor de DeepSeek sea menor de lo que hoy se anuncia y que altere escasamente el programa previsto por la Administración Trump. EEUU continúa convencido de que, al fabricar más y mejores chips que los chinos, la ventaja competitiva sigue de su parte, y que la fuerza bruta de los centros de datos y de la capacidad de procesamiento le permitirá innovar y asegurar así su hegemonía en ese campo. Donald Trump ha señalado que el hecho ha supuesto una llamada de atención para sus tecnológicas que debería servir como acicate y Marc Andreessen, uno de los inversores tecnológicos que más ha apoyado al presidente, ha afirmado que este es “el momento Sputnik de EEUU”.

Proteger la innovación de los monopolios

Las lecciones que se pueden extraer de este asunto son significativas. Al margen de la escasa capacidad disuasoria de las sanciones y demás consideraciones geopolíticas, hay algunas de orden operativo de las que podrían tomar nota España y Europa para operar en un campo, el tecnológico, en el que van por detrás o muy por detrás.

"Necesitamos apostar por la competencia en lugar de por los campeones nacionales"

EEUU apostó por desarrollar la IA a través de sus grandes empresas, las big tech: el tamaño era una ventaja, como lo era concentrar los esfuerzos. China lo hizo de otra manera, y además de apoyar a sus gigantes, incentivó la creación de startups que gozaban de acceso a capital de riesgo respaldado por el Estado y que fueron apoyadas por planes específicos para las distintas fases de su crecimiento. Debe tenerse en cuenta que las startups, en EEUU y en Europa, suelen tener como objetivo ser compradas por las grandes, lo que lleva a especializarse en realizar tareas que resulten interesantes o complementarias a las big tech y mucho menos a focalizarse en la capacidad de innovación o de crecimiento. Se buscan más nichos que visiones nuevas.

Centrarse en los gigantes nacionales tiene un riesgo: al concentrar todos los esfuerzos en pocas manos, se generan incentivos para que las empresas actúen buscando mucho más su propio beneficio que la innovación. El modelo Boeing es un buen ejemplo de cómo sectores punteros, importantes en el terreno de la seguridad, terminan convirtiéndose en entornos coagulados, donde la capacidad de avanzar se ve frenada por la ausencia de competencia. Las grandes tecnológicas como Meta, Microsoft, Google, Amazon o Apple son máquinas de hacer dinero mucho más que compañías que apuestan por generar nuevos avances. La innovación que buscan está en el modelo de negocio mucho más que en sus productos.

Una paradoja: el Gobierno de EEUU, que insiste en la iniciativa privada, ha acabado por generar monopolios y oligopolios ineficientes

Lina Khan, la expresidenta de la Comisión Federal de Comercio de EEUU, subrayaba claramente el problema de ese enfoque: “La historia y la experiencia demuestran que los monopolios torpes, sumidos en la burocracia y en la inercia, no pueden producir los avances tecnológicos revolucionarios que suelen crear las empresas emergentes ávidas de recursos… Para mantenernos a la vanguardia a nivel mundial, no necesitamos proteger a nuestros monopolios de la innovación, sino proteger la innovación de nuestros monopolios. Necesitamos elegir la competencia en lugar de los campeones nacionales”.

Esta es una gran paradoja: DeepSeek es el producto de un gobierno estatalista que tiene una presencia continua en la vida económica, como es el chino, pero que ha construido un contexto que fomenta que sus empresas compitan entre sí. Sin embargo, los gobiernos que insisten en que lo más relevante es la iniciativa privada, como el estadounidense, han terminado por generar monopolios y oligopolios que producen altas dosis de ineficiencia.

Una oportunidad para España y para Europa

Si lo importante es la competencia y no los campeones nacionales, y DeepSeek es una demostración de ello (es posible hacer más con menos si se posee el talento preciso), la oportunidad se abre para Europa.

En lugar de apostar por la fuerza bruta (más datos, más cálculos, más potencia para entrenar el modelo), DeepSeek se ha centrado en utilizar lo existente de la mejor manera posible. Y eso es relativamente barato: requiere personas con cierto talento y una mirada diferente. Se trata mucho más de los algoritmos que de la fuerza bruta; es más la inventiva que las grandes inversiones. Es decir, se puede entrar en áreas que parecían vedadas siempre y cuando se cuente con el talento y la estrategia correcta: el dinero no es determinante. Y eso significa una oportunidad para España y para Europa.

Dado que se tiende a imitar las fórmulas que se utilizan en EEUU, se insiste en la fuerza del tamaño, cuando lo determinante es el talento

Nuestro país carece de un contexto que favorezca la innovación, porque el dinero nacional apenas apuesta por sectores nuevos (prefiere el inmobiliario o las rentas financieras, canalizadas a través de los distintos inversores ligados a Wall Street) y el Estado no cuenta con iniciativas serias de apoyo a las empresas emergentes. Los fondos de capital de riesgo participados por el Estado han sido un arma poderosa en otros países, y serían esenciales para impulsar cambios en ese sentido. Hay más opciones, por supuesto, pero todas ellas pasan por contar con una estrategia clara de país que estableciera prioridades e instrumentos.

Además, Europa está pensando en sentido contrario: lo que importa son los campeones nacionales, cuando no los continentales. Dado que se tiende a imitar las fórmulas que se utilizan en EEUU, se insiste en la fuerza del tamaño. Pero hay ámbitos, y la tecnología es uno de ellos, donde existen espacios de acción en los que el talento es determinante. De modo que, en lugar de pensar en cuántos recursos proporcionar a las empresas (grandes) existentes, sería necesario crear un contexto en el que el talento pudiera desarrollar iniciativas interesantes y significativas a través de una estrategia clara. Lo primero supone quitarse de encima el problema, lo segundo afrontarlo. DeepSeek demuestra que hay espacios de acción posibles en un terreno, como el tecnológico, en el que los españoles y los europeos contamos poco. No contamos con el ecosistema, ni con el enfoque correcto, pero sí hay talento. Otra cosa es que decidamos volver a desperdiciarlo."

(Esteban Hernández , El Confidencial, 29/01/25)

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