"1/ Se mantienen las favorables tendencias del mercado laboral un trimestre más
Los datos trimestrales muestran, una vez más, que se mantiene la creación de empleo, así como el descenso del desempleo.
El número de personas ocupadas ha aumentado en prácticamente 35.000 en este trimestre, que normalmente es el más débil del año. De hecho, en 2022 y 2023 se registraron pérdidas de empleo (así como en muchos años anteriores, entre ellos el trienio 2015-2017).
Dejando a un lado los aspectos estacionales, el crecimiento del empleo (medido por la tasa desestacionalizada trimestral) se ha acelerado considerablemente, alcanzando un 0,88 por ciento. Una cifra que mejora las registradas en los últimos seis trimestres. Con ello, la tasa interanual se ha recuperado hasta alcanzar prácticamente un 2,2%.
Por otro lado, el crecimiento de empleo se ha concentrado en el trimestre en las mujeres, en la ocupación por cuenta propia, a tiempo parcial y en el empleo asalariado indefinido, dibujando con estas cifras un juego de luces y sombras, que no en todos los casos responden a tendencias consolidadas de la evolución del mercado de trabajo sino solamente a movimientos trimestrales o coyunturales.
La reducción de la población activa, concentrada en su totalidad en la disminución de 150.000 personas en el trimestre (todas ellas de nacionalidad española), sumada a la creación de empleo, ha ocasionado una considerable caída trimestral del desempleo, cercana a las 160.000 personas, lo que se ha traducido en una reducción de más de medio punto (seis décimas) de la tasa de paro respecto al trimestre anterior. Cerrando el año en un nivel del 10,6%.
- En 2024 se han registrado importantes avances en el cambio estructural del mercado de trabajo español
El empleo creció en cerca de 470.000 personas, alcanzado un nuevo máximo muy próximo a los 21,9 millones de personas.
Asimismo, la población activa también ha crecido en doscientas mil personas, elevando su registro hasta el máximo alcanzado cercano a los 24,5 millones de personas.
Y el volumen de desempleo se ha reducido en 265.000 personas, lo que ha permitido que el paro caiga por debajo de los 2,6 millones y que la tasa de paro se haya aminorado durante el año en 1,2 puntos porcentuales, hasta cerrar el ejercicio en el nivel del 10,6%, como ya se ha mencionado.
La ocupación ha crecido en el año con fuerza tanto en el caso de los hombres (+260 mil) como, algo menos, en el caso de las mujeres (+207 mil).
Lo que ha permitido reducir el desempleo masculino hasta una tasa ya inferior al diez por ciento (9,5%), contabilizando una caída de nueve décimas. Y en el caso de las mujeres, la tasa de paro se ha reducido en 1,5 puntos hasta quedar en el 11,8%.
Las diferencias en la reducción de las tasa de paro en cada uno de estos grupos se deben a los diferentes comportamientos de la población activa, en la que se han registrado crecimientos mayores en el caso de los hombres que en el de las mujeres.
El empleo ha crecido en prácticamente todos los grupos de edad, aunque con una intensidad superior entre los más jóvenes (menores de 25 años), y entre los de mayor edad (55 años y más).
También es importante señalar que desde el punto de vista sectorial en 2024 creció el empleo industrial y en la construcción, aunque el mayor incremento se ha producido como es habitual en los servicios.
Desde el punto de vista de la situación profesional, en este pasado año ha crecido tanto el empleo de las personas con trabajo autónomo (un 2,75%) como las de empleo asalariado (un 2,5%).
Y respecto a la estabilidad de este último, hay que destacar que en 2024 la población activa también ha crecido en doscientas mil personas, elevando su registro hasta el máximo alcanzado cercano a los 24,5 millones de personas (cerca de 590.000 personas, un 3,9% de crecimiento interanual), y un descenso del empleo temporal (-134.000, una reducción del 4,5% interanual).
Además, prácticamente la totalidad de la creación de empleo se ha producido en las actividades del sector privado de la economía: más de 450.000 empleos, frente a menos de quince mil en las del sector público.
El paro, por su parte, se ha reducido en todos los grupos de edad y tanto en los que buscan su primer empleo (que registran una caída del 18 por ciento), como en los de larga duración, más de un año de búsqueda (que se reducen en un diez por ciento).
- No obstante todos esos buenos datos, persisten algunos graves problemas
Por un lado, la fuerte dualidad territorial y por sexos del desempleo. Que constituye un aspecto característico y muy poco destacado del desempleo en España:
- Mientras que once CCAA registran ya tasas de paro inferiores al nueve por ciento (y tres de ellas inferiores al ocho por ciento), las otras seis que presentan tasas superiores al promedio nacional están próximas o superan por mucho cifras de doce puntos. Destacando en este aspecto negativo las de Andalucía (15,8%) y de Extremadura (15,3%).
- Cuando se analizan los datos diferenciados por géneros y territorios, esas realidades duales y diferenciadas se agudizan. De las doce CCAA en las que la tasa de paro de los hombres está por debajo del promedio nacional (9,5%), cinco de ellas están por debajo del siete por ciento, rozando ya niveles de pleno empleo masculino. Mientras que otras cinco superan ese nivel del siete por ciento en casi siete o más puntos, prácticamente duplicándolo.
- En el caso de las tasas de paro de las mujeres, esa dualidad es asimismo muy fuerte. En diez CCAA esas tasas de paro ya son inferiores al diez por ciento (en dos de ellas, inferiores al ocho por ciento). En tanto que en otras cinco CCAA, las tasa de paro de las mujeres alcanzan y superan el 14% (nuevamente en Andalucía y Extremadura superan el 18%).
Por otro lado, persisten los elevados niveles de pobreza laboral, porque, aunque se han ido reduciendo los ocasionados por la inestabilidad y la rotación laboral, se mantienen muy altos los relacionados con la baja intensidad laboral, en los que se expresa otra dualidad en el mercado de trabajo español:
- El empleo a tiempo completo ha continuado creciendo más que el empleo a tiempo parcial, pero este no ha dejado de crecer. En 2024 ha aumentado en 177.000 personas (siete de cada diez son mujeres), alcanzando una cifra total que supera ya los tres millones de personas, cerca del 74%, mujeres. Además, la tasa de “indeseabilidad” y de rechazo de este tipo de empleos es en España de las más altas de Europa.
- El empleo discontinuo (estacional, de temporada, intermitente o de ETTs), que también se caracteriza por su baja intensidad laboral, aunque tras la reforma laboral ha incrementado su estabilidad y reducido su rotación, no parece haber mejorado de forma significativa los bajos ingresos anuales que lo caracterizan. Pero sí ha aumentado su extensión en el mercado de trabajo español, al haberse prácticamente duplicado en ese periodo, superando las setecientas mil personas, afectando también más a las mujeres (el 4,4% del empleo asalariado de estas), frente al de los hombres (el 3,2%).
Y finalmente, el desempleo de larga duración sigue siendo muy elevado. Pese a que el impulso continuado del empleo, y con ello la reducción del paro, ha aminorado progresivamente su nivel y proporción, un millón de personas siguen siendo paradas de larga duración. Y seis de cada diez de ellas son paradas de muy larga duración porque llevan dos años o más buscando activamente empleo, sin poder disponer de un solo contrato de trabajo (bueno o malo), y disponibles para trabajar.
Esta
situación de marginación crónica y estructural del empleo es también
una causa fundamental de pobreza, y el elevado y persistente nivel de
paro de larga duración (uno de los más altos de la UE) indica que las
políticas activas de empleo siguen sin funcionar correctamente." (Economistas frente a la crisis, 28/01/25)
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