"¿la corrupción se ha extendido por el sistema más que nunca o el nuevo
régimen de verdad que opera en nuestras sociedades es más descarado, la
hace más visible?
Antes el discurso que acompañaba la política ocultaba
la corrupción y ahora no alcanza a esconderla, ¿por qué ha aumentado o
por qué ha triunfado el cinismo? Probablemente se combinan las dos
cosas: la ausencia de proyectos políticos más allá del horizonte
económico reduce las motivaciones de los que se dedican a la cosa
pública y desmoviliza a los ciudadanos.
De ahí la sensación de
mediocridad creciente de los gobernantes. Pero, al mismo tiempo, un
régimen de verdad basado estrictamente en el dinero hace más visible la
cruda realidad del sistema de intereses. Michel Foucault lo llamaba el
principio de Rosa Luxemburgo: la incompatibilidad entre “la evidencia
adquirida de lo que pasa realmente, evidencia adquirida por todos, y el
ejercicio de la gobernabilidad por unos pocos”.
Luxemburgo había dicho:
“Si todo el mundo supiera, el régimen capitalista no duraría 24 horas”.
Todo el mundo sabe. Y el capitalismo no se ve amenazado.
Quizá la
explicación esté en lo que Michel Foucault llama el principio de
Solzhenitsyn o del terror: “La gobernabilidad en estado desnudo, en
estado cínico, en estado obsceno. En el terror, es la verdad, y no la
mentira, lo que inmoviliza”.
Lo vemos en el miedo ante la crisis que
paraliza a la sociedad. La democracia es incompatible con este sistema
de gobernabilidad. El capitalismo no está en peligro; la democracia, sí." (
Josep Ramoneda , El País, 2 DIC 2012)
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