12.7.22

Las consecuencias de la guerra en Ucrania: Europa cada vez más hastiada... ¿El empeoramiento de la crisis hará que Europa presione cada vez más a favor de la paz? El 35% de los ciudadanos de diez países europeos apoyan la paz, favoreciendo el fin de la guerra lo antes posible. Mientras tanto, el 22% de los encuestados buscan “justicia”, castigando a Rusia por su invasión y apoyando la restauración del territorio ucraniano

 "El fervor bélico del comienzo de la guerra en Ucrania cada vez se atenúa más en Europa. Las consecuencias de la guerra -la inflación o la crisis energética y alimentaria, entre otros- está haciendo que varios Estados miembros, entre los que se encuentran Francia y Alemania, cada vez sean más partidarios de una pronta paz, mientras que los ciudadanos europeos se muestran más hastiados por el conflicto. Sin embargo, la guerra no parece tener visos de finalizar. ¿El empeoramiento de la crisis hará que Europa presione cada vez más a favor de la paz?

Hace días, el think tank European Council on Foreign Relations publicó una encuesta en la que mostraba como la población europea cada vez se inclinaba más a favor de la paz en Ucrania. Según el sondeo, el 35% de los ciudadanos de diez países europeos apoyan la paz, favoreciendo el fin de la guerra lo antes posible. Mientras tanto, el 22% de los encuestados buscan “justicia”, castigando a Rusia por su invasión y apoyando la restauración del territorio ucraniano.

Como parte de la idiosincrasia europea, la división entre Estados miembros también se produce en esta encuesta. Países como Polonia son los que más apoyan continuar la guerra y desgastar lo máximo posible a Rusia. A Varsovia se le añaden también los países Bálticos, siendo los que más apoyan a Kiev y que históricamente se han mostrado hostiles a Moscú. Italia, Alemania y Rumanía, en cambio, son más partidarios de acabar con las hostilidades. Francia es otra de las naciones que se muestra más partidaria de la diplomacia con Rusia.

El aumento de los costes de vida, los millones de refugiados y la escalada nuclear son las principales preocupaciones de los europeos. La atención se ha desplazado de los acontecimientos en el campo de batalla hacia los impactos más generales de la guerra, como la interrupción de las cadenas de suministros, los picos en los precios de la energía y el aumento de la inflación. Según Eurostat, la inflación en la Eurozona ha alcanzado un 8% en junio, la cifra más alta documentada por la oficina de estadística europea.

Todas estas consecuencias de la guerra tienen un gran impacto en los hogares europeos, un motivo de preocupación entre los diferentes líderes que temen que surjan fuertes estallidos sociales. Ya empiezan a encenderse las alarmas por las reservas de gas y cómo se afrontará el otoño-invierno. Sumado a esto hay que destacar la crisis alimentaria en ciernes y el temor entre los gobiernos europeos a que aumente la presión migratoria en las fronteras. (...)

A pesar de las sanciones, Rusia ha seguido manteniendo sus opciones exportadoras y además ha conseguido aprovechar el aumento de los precios de la energía para obtener mayores ingresos, con lo que su economía no se ha visto tan perjudicada como se esperaba a causa de las sanciones. (...)

No es extraña esta posición, Alemania desde hace décadas ha basado su política exterior en el desarrollo de lazos económico-comerciales, siendo Rusia y China dos socios muy importantes para el país. Parecía que, tras la guerra, Berlín iba a dar un giro más geopolítico y de confrontación con Moscú, pero los intereses económicos siguen teniendo mucho peso en la capital alemana. A esto se suma el hecho de que Alemania aún no ha entregado armamento pesado a Ucrania a pesar de las promesas. El medio germano Der Spiegel afirma incluso que la cancillería ha tomado como referente un informe de los servicios de inteligencia que asegura que la resistencia ucraniana podría colapsar en cuestión de semanas. El diario acusa a Scholz de intentar “ganar tiempo”.

En Occidente se empieza a hablar de derrota de Ucrania

El relato sobre la guerra en Ucrania ha dado un giro importante desde que acabó la fase 1 y las operaciones militares se centraron en el Donbás. El ejército ucraniano está siendo duramente castigado por las fuerzas rusas y pro-rusas. La estrategia de Moscú ha cambiado, centrándose en hacer valer su superioridad clara en artillería, causando un elevado número de bajas en las posiciones ucranianas. Múltiples fuentes hablan de unas 1.000 bajas ucranianas diarias, una cifra ciertamente muy alta. Mientras, desde Kiev surgen cada vez más con más intensidad las peticiones de envío de armamento pesado para contrarrestar la artillería rusa.

 Debido a la situación en el campo de batalla, cada vez surgen más opiniones acerca de la imposibilidad de que Kiev consiga la victoria y recupere su territorio. La cuestión es que cuanto más dure la guerra, mayores serán las muertes y la destrucción, más graves las perturbaciones en la economía global y el suministro de alimentos, y mayor será el riesgo de escalar a una guerra a gran escala entre Rusia y la OTAN. Esto último inquieta a la administración Biden. (...)"                 ( Pablo del Amo

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