"Consideremos tres premisas sobre la actual crisis de liderazgo estadounidense.
Una: hay muchas formas razonables de recortar el presupuesto federal, y la forma más lógica de hacerlo es empezar por donde está más inflado: el Pentágono. Por qué no empezar por el F-35 Lightning II Joint Strike Fighter, que entró en servicio en 2015 tras dos décadas de sobrecostes que sumaron más de dos billones de dólares. Cerrar la Oficina de Protección Financiera del Consumidor de Washington dará consuelo al mundo bancario y financiero del país, pero no mucho más. (Su presupuesto anual es de 823 millones de dólares).
Dos: El presidente Donald Trump cree o quiere creer -no sé si hay diferencia- que el artículo 2 de la Constitución, que dice que el poder ejecutivo recae en la presidencia, le da lo que él ha llamado «el derecho a hacer lo que me dé la gana». De ahí que ahora hable constantemente de presentarse a un nuevo mandato.
Tres: Los que conocen a la comunidad de piratas informáticos de Estados Unidos me han dicho que los jóvenes miembros del equipo informático del Departamento de Eficiencia Gubernamental de Elon Musk que ahora andan desbocados dentro del Departamento del Tesoro, donde se extienden los cheques de Estados Unidos, no habrían obtenido una autorización si hubieran buscado trabajos informáticos en el gobierno federal. Pero hay pocas dudas sobre las habilidades de los jóvenes turcos de Musk y su capacidad para conseguir información privilegiada que enriquecería a su jefe. Musk hace negocios por valor de miles de millones de dólares con el gobierno federal, y analizar y evaluar la forma en que diversos burócratas evalúan las propuestas de contrato de sus empresas -y las de sus competidores- sería de interés primordial.
Los otros actores clave junto con Musk son Russell Vought, recientemente confirmado como director de la Oficina de Gestión y Presupuesto de la Casa Blanca, que es tan importante como suena, especialmente para los operativos de Musk, y Stephen Miller, el jefe adjunto de personal de la Casa Blanca. Ambos son extremistas políticos. Vought fue uno de los principales redactores del Proyecto 2025, una propuesta radical para la actual remodelación del Gobierno surgida de la conservadora Heritage Foundation. Las propuestas aterrorizaron a los demócratas -aunque no lo suficiente- durante la carrera presidencial del año pasado. El más franco y pugnaz Miller, otrora estrecho aliado de Steve Bannon, trabajó en temas de inmigración durante el primer mandato de Trump, de 2017 a 2021. Era conocido por sus duras opiniones sobre la inmigración, que incluían la separación de los niños migrantes de sus padres cuando cruzaban la frontera estadounidense. Esa medida, según Miller, disuadiría a los padres de intentar cruzar la frontera ilegalmente. Miller también formó parte del consejo asesor del Proyecto 2025." (Seymour Hersh , blog, 17/02/25)
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