26.3.25

La Generación Inquilina... la juventud en los últimos tiempos siempre ha estado precarizada. Lo que ha habido es un cambio: antes el problema para emanciparse era la falta de empleo, ahora es que aunque tengas trabajo y salario no puedes emanciparte... la vivienda ahora es el principal problema para la emancipación. Un problema que ya no es sólo de los jóvenes, sino que hay una gran parte de la población que no puede vivir de forma independiente... Los jóvenes afortunados que consiguen emanciparse no lo hacen en unas condiciones dignas o de libertad. Tenemos que alquilar y además compartir vivienda, no porque queramos sino para “socializar” los gastos. Tenemos una capacidad de ahorro prácticamente nula... es necesario un Pacto de Estado para dar una alternativa estratégica para la juventud (Javier Muñoz, Consejo de la Juventud)

 "El Consejo de la Juventud de España (CJE) ha realizado un informe con un título corto pero lleno de contenido: “Un problema como una casa”, sobran las palabras.

El informe aborda el problema de la vivienda desde una perspectiva socioeconómica y destaca las difíciles condiciones de emancipación de la juventud española, que se enfrenta a un panorama económico insostenible en cuanto al acceso a la vivienda.

Entrevistamos a Javier Muñoz, que nos explica de forma clara el contenido del informe.

En el informe no vais directamente al problema de la vivienda sino que situáis primero que la juventud actual ha sufrido cuatro crisis encadenadas: en el 2008 con los recortes, la de la pandemia del COVID, la inflación y ahora la vivienda. ¿Podríamos decir que llueve sobre mojado?

Ahora el problema es la vivienda, como consecuencia de la inacción política durante muchos años en este tema. Pero la juventud en los últimos tiempos siempre ha estado precarizada. Lo que ha habido es un cambio: antes el problema para emanciparse era la falta de empleo, ahora es que aunque tengas trabajo y salario no puedes emanciparte.

La edad media a la que se independiza la juventud española son los 30 años, cuatro años mayor que la media europea y ocho más que en países como en Dinamarca. ¿Es la vivienda el problema principal? ¿Qué otros factores afectan?

Sin duda es el precio de la vivienda. Ha habido algunas mejoras, aún con mucho por recorrer, en el ámbito laboral con la subida del salario mínimo, también menos tasa de temporalidad… Pero el gran aumento de los precios, sobre todo en la vivienda, la convierte ahora en el principal problema para la emancipación. Un problema que ya no es sólo de los jóvenes, sino que hay una gran parte de la población que no puede vivir de forma independiente.

También dais datos rotundos sobre los problemas que tienen los que consiguen independizarse. Les llamáis ‘la Generación Inquilina’, un 70% vive en alquiler. De hecho los que tienen propiedad normalmente es una herencia familiar o similar… ¿Tener un piso ha pasado a ser un imposible?

Los jóvenes afortunados que consiguen emanciparse no lo hacen en unas condiciones dignas o de libertad. Tenemos que alquilar y además compartir vivienda, no porque queramos sino para “socializar” los gastos.

Tenemos una capacidad de ahorro prácticamente nula. Las personas jóvenes en la actualidad dependemos de la suerte del entorno familiar donde hayamos nacido y no del trabajo ni de ningún mérito.

Si como decís, los jóvenes no pueden comprar pisos, quien sí va a poder comprarlos van a ser grandes tenedores, fondos buitre o bancos… y esto conlleva aumentar más la monopolización del mercado de la vivienda. ¿Hay que enfocar a estos grandes fondos como los responsables de la subida de precios y no tanto a los pequeños propietarios? ¿Habéis tocado este tema?

Para nosotros en esto la principal premisa, aunque parezca algo abstracta, es que la vivienda sea un derecho. La vivienda no es sólo “un techo”, es un espacio de seguridad, de intimidad…

Como derecho, el Estado tiene que garantizarlo, no se puede especular con él, no se puede hacer distinciones por el origen de la persona… Este debe ser el enfoque principal sobre la política de vivienda, no puede ser un bien más de mercado como si fuera un lujo, un anillo…

¿Tienen los problemas de salud mental en la juventud relación con esta situación? Porque como dices hasta los que se independizan lo hacen sin libertad.

Como ya mencionamos en otro informe que hicimos en Oxfam Intermon que se llamaba “Equilibristas” hay un relación directa, y lo creíamos, pero los datos respaldaron. Las condiciones materiales repercuten completamente en la salud mental. Las personas con pocos recursos tienen más pensamientos suicidas y por supuesto si necesitan tratamiento psíquico no pueden permitírselo.

¿Qué otros problemas importantes tiene la juventud?

En la juventud sigue habiendo una tasa de desempleo y de temporalidad que hay que mejorar, pero sobre todo hay un problema que es la “parcialidad no deseada”. Hay personas jóvenes que no trabajan a jornada completa no porque no quieran sino porque no tienen acceso a un trabajo en esas condiciones. Y también los “contratos fraudulentos”, son contratos que se camuflan como si fueran de prácticas y no lo son, y suponen una sobre-explotación a la juventud.

Planteáis la propuesta de un Pacto de Estado para dar una alternativa estratégica para la juventud, y lo hacéis en un momento lleno de enfrentamientos partidistas. ¿Puedes explicarnos vuestra propuesta? ¿Cómo habéis llegado a esta conclusión?

Los problemas que tenemos ahora son consecuencia de que no se han solucionado anteriormente, no requieren sólo aprobar una ley sino un trabajo más elaborado y mantenido en el tiempo. Es necesario que estas políticas no sean a corto sino a largo plazo, que aguanten y resistan cambios de gobierno. Es importante que sobrevivan al politiqueo –por así decirlo–, que se mantengan en el tiempo y puedan tener incidencia real.

¿Nos queréis hacer llegar a los lectores de nuestra revista, Chispas, otras propuestas o análisis desde el Consejo de la Juventud?

Nuestra conclusión y principal reivindicación es que si a todas estas problemáticas no se les da solución, puede percibirse que la democracia no está funcionando y provocar desafección. Porque si a una juventud en una situación tan crítica no se le da respuesta parece que la democracia es menos democracia.

Si queremos una democracia real hay que garantizar unas condiciones materiales mínimas, hay que garantizar que la mayoría pueda tener una participación en la sociedad y no unos pocos privilegiados.

También decimos que a la hora de dar alternativas que se cuente con la juventud y no se hagan en nuestro nombre."                 (

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