"(...) En este primer asalto el objetivo de los sectores más reaccionarios del
gobierno alemán, encabezados por su Ministro de Finanzas Schäuble, era
dejar fuera de juego al nuevo Gobierno Griego haciéndole responsable del
fracaso de unas negociaciones que podrían haber llegado a obligar a
Grecia a salir del Euro, cuestión esta en la que coincidían con los
sectores más extremos de Sryza que son, precisamente, los que han
criticado el acuerdo.
Hay que recordar que en plena vorágine negociadora
cuatro de los cinco miembros del Consejo asesor de Economía del
gobierno Alemán (Lars Feld, Christoph Schmidt, Isabel Schnabel y Volker
Wieland) hicieron pública su posición que se puede resumir en que la
salida de Grecia del euro reforzaría al euro sistema, a la vez que
manifestaban que la política de austeridad y consolidación fiscal no
había fracasado. Opinión muy extendida en los medios conservadores
alemanes y en la población alemana bombardeada por la propaganda. (...)
Pero más allá de seguir en pie, de no
haber caído en la lona al primer asalto, -cuestión, por otra parte, nada
despreciable- la pregunta que hay que hacerse es si el Gobierno Griego
ha logrado algo. Veamos:
En primer lugar ha
logrado recuperar el control sobre la elaboración del presupuesto
griego. Algo básico para un gobierno que pueda calificarse como tal.
Hasta ahora el anterior Gobierno Griego de Nueva Democracia y PASOK tan
solo venía aplicando las órdenes que el Eurogrupo le dictaba en relación
con las decisiones de gastos e ingresos públicos.
Por su parte, la
Troika enviaba regularmente una lista de comprobación de que todo lo que
había impuesto se estaba cumpliendo. A partir de ahora será el Gobierno
Griego el que proponga cómo alcanzar las obligaciones y sus compromisos
presupuestarios. (...)
De acuerdo con las declaraciones públicas del nuevo Gobierno, cabrá
esperar que primará el impulso de aquella inversión pública con mayor
capacidad de impulsar la actividad económica y, con la reconstrucción
del maltrecho Estado del Bienestar (3 millones de griegos han sido
expulsados del sistema público de salud), acabar con aquellos gastos
corrientes improductivos cuyo único cometido era sostener las
estructuras clientelares de Nueva Democracia y del PASOK.
Y desde el
punto de vista de los ingresos, la lucha contra el fraude fiscal
permitirá iniciar la recuperación de los ingresos públicos como fase
previa a una profunda reforma fiscal progresiva menos sustentada en
impuestos indirectos que agravan la caída de la demanda (...)
En segundo lugar y en este sentido, dentro de los
limitados márgenes que tiene el nuevo Gobierno Griego, son positivas las
manifestaciones hechas por el Eurogrupo de que “tendrá en cuenta las
actuales circunstancias económicas para fijar el objetivo del superávit
fiscal primario contenidas en el actúal programa”. El Gobierno Griego
quiere situarlo por debajo del 2%.
Éste superávit se situaba en un 3% y,
para el próximo año 2016, en un 4,5%. La obtención de un mayor margen
fiscal, si bien aún muy reducido, podría permitir incrementar la
capacidad de Grecia para dedicar una mayor parte de su gasto público a
las necesidades de los griegos y al crecimiento económico en lugar de al
pago de la deuda. (...)
Y en tercer lugar,
Grecia también necesita medidas inmediatas de carácter humanitario: éste
es el sentido de la restitución del salario mínimo a los niveles
anteriores a las imposiciones de la Troika (el Gobierno Griego tiene
intención de seguir adelante con la restitución progresiva del salario
mínimo que, como muy bien explicó Varoufakis a sus colegas del
Eurogrupo, no tiene influencia directa alguna en el incremento del gasto
público); del restablecimiento del equilibrio en la relación de fuerzas
de las instituciones del mercado de trabajo; de la recuperación de
servicios básicos como la salud y la educación… medidas todas ellas que
impulsarán, además, la creación de empleo.
Y cómo propone Syriza, Grecia debe
dotarse de un sistema más sólido y progresivo de impuestos, que se apoye
menos en la imposición indirecta y que sea capaz de gravar la renta y
la riqueza. El nuevo gobierno también deberá luchar, sancionar y
erradicar la corrupción y crear órganos independientes que fiscalicen
las cuentas públicas y aumenten la credibilidad de los compromisos en
materia fiscal.
Los acreedores griegos deben reconocer la voluntad de
cambio del Gobierno de Tsipras, si no quieren terminar de perder, ellos
sí, toda la credibilidad que aún les queda, porque todo apunta a que la
postura de Alemania y de sus socios ideológicos (no les llamemos
cómplices, acólitos ni secuaces… aunque lo merezcan) no está guiada por
conceptos económicos sino por la ideología que sustenta las políticas de
austeridad fracasadas. (...)
El Gobierno Griego no ha ganado este
primer asalto, pero tampoco lo han hecho los sectores más dogmáticos de
las políticas de austeridad a ultranza que reclamaban una acción
ejemplarizante que pusiera al Gobierno Griego al borde del precipicio
para humillarlo y noquearlo. Ni está noqueado ni ha quedado humillado.
Algún economista dice –irónicamente- que Tsipras ha logrado poner de
acuerdo a todos los miembros del Eurogrupo. Tal vez sea cierto… para el
descrédito de esos miembros. Pero lo que no ofrece dudas es que la
dignidad del Gobierno Griego y la solvencia técnica de sus negociadores
sí ha logrado la admiración y el apoyo de cientos de economistas y de
millones de ciudadanos europeos en todos los estados miembros, Alemania
incluida.
Que Alemania, al frente del Eurogrupo,
podía aplastar a los griegos… eso ya lo sabíamos ¡Menudo descubrimiento!
Pero resisten. Son un ejemplo para Europa. Están librando una batalla
por todos. (...)" (Declaración de la Junta Directiva de Economistas Frente a la Crisis EFC, 24/02/2015)
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