22.2.16

El rescate de cajas de ahorro y bancos privados españoles nos costó 246.441 millones de euros

"(...) -El FMI cifra en 246.441 millones de euros las ayudas del estado español a la banca desde el inicio del “proceso de reestructuración”, que se produjo con motivo de la crisis.

 Sin embargo, se ha extendido la opinión de que las inyecciones de capital público se han limitado a las cajas de ahorro, gestionadas por políticos manirrotos y corruptos, mientras la banca privada se asocia a eficiencia y buena gestión. ¿Estás de acuerdo con esta opinión?

Lo desmiento totalmente. Se ha intentado demonizar a las cajas de ahorro en la presente crisis bancaria. Los bancos privados también están recibiendo ayudas del estado. Por ejemplo, los créditos fiscales son la parte que los bancos no están pagando como impuestos sobre los beneficios que obtienen anualmente. 

El pago de esos impuestos se demora y lo pagarán dentro de 10-15 años. El objetivo es que puedan capitalizarse. Además, las entidades bancarias reciben el mismo tipo de ayudas que cualquier empresa privada, como las exenciones de las cuotas a la seguridad social; también se benefician de las subvenciones y ventajas fiscales por las fusiones bancarias.

-Alemania actúa dentro de la zona euro como buque insignia de la austeridad fiscal y el rigor financiero, pero el Deutsche Bank tuvo unas pérdidas de 6.700 millones de euros en 2015 y las cajas de ahorro alemanas han pasado por situaciones de apuro…


Estamos viendo que los grandes bancos europeos no estaban tan saneados ni son tan sólidos como se decía. Observamos cómo el Deutsche Bank, que es el banco más fuerte de Alemania, tiene problemas de capitalización. En España el grado de capitalización de los bancos tampoco es el que se cree. 

Un problema distinto es el de las cajas de ahorro alemanas. El gobierno las defiende a ultranza porque sabe que la economía germana, sobre todo a escala territorial, necesita esa banca de proximidad. Han tenido ciertas dificultades, pero el gobierno les ha inyectado capital y ha sabido mantenerlas. En estos momentos no están en una situación de quiebra.   (...)

-¿Qué fuerza han llegado a tener las cajas de ahorro, entidades financieras que nacieron en el siglo XIX, en el estado español?

Hasta el estallido de la crisis en 2007, las cajas de ahorro controlaban aproximadamente el 55% de los depósitos. La Obra Social de estas entidades financieras también experimentó una caída enorme, al pasar de más de 2.000 millones de euros en 2008 a menos de 700 millones de euros en 2014. Pero a partir de las fusiones de cajas y procesos de quiebra, el negocio de las cajas de ahorro, después de sanearse con dinero público, pasó a la banca privada.

-¿Ha habido una estrategia deliberada por parte del poder político y la banca privada para apoderarse de la porción de mercado que controlaban las cajas de ahorro?


En el libro planteo que ha habido una “hoja de ruta” perfectamente planificada entre los políticos y los banqueros para acabar con las cajas. Eran una molestia, al igual que la banca pública que teníamos en España hasta los años 90 (es en la segunda mitad de esta década cuanto se privatiza Argentaria y se vende al BBV). 

Hasta ese momento España contaba con una banca pública muy sólida, solvente y rentable, que hicieron desaparecer porque era un incordio para la banca privada. El paso siguiente consistió en acabar con las cajas de ahorro. Para ello las politizaron, de hecho, toda la gestión se hizo a través de criterios puramente políticos y no profesionales. Sin embargo, en los años 70 y 80, las cajas estuvieron muy bien gestionadas por profesionales.

-¿Cuál es el punto de inflexión?


El momento en el que se reforma la ley de órganos rectores de las cajas de ahorro y se incrementa el porcentaje de participación de los políticos en las cajas. El cambio se produce en el ámbito de las comunidades autónomas.

 Por ejemplo, cuando el PP gana por primera vez las elecciones en la Comunidad Valenciana, en 1995, una de las primeras medidas que adopta el presidente Eduardo Zaplana es modificar la citada ley, de manera que el poder representativo de los políticos se incrementa desde el 35 % hasta el 60%.

 Las cajas valencianas, principalmente Bancaja y Caja Mediterráneo (CAM), empiezan entonces a financiar e invertir en grandes proyectos que han resultado ruinosos, y también en los sectores de la construcción e inmobiliario.  (...)

-¿Se ha llevado a término en el sector financiero desde el comienzo de la crisis un proceso de reconversión, en cierto modo invisibilizado, y que ha tenido como ejes los recortes de plantilla y el cierre de sucursales?

Fue la condición que nos impuso la Unión Europea por el “rescate” bancario, que implicaba tanto el cierre de entidades como la fusión de bancos para hacerlos más grandes. España es el país que ha experimentado un mayor ajuste de su sistema financiero de toda Europa. 

En lo que va de crisis, se han cerrado casi 13.000 oficinas bancarias, lo que supone más de un 30% de reducción, y ello nos sitúa a niveles de 1987. Además, se ha despedido a más de 60.000 trabajadores, con una caída del empleo en el sector del 21%. Un ejemplo es el ERE de Bankia.

 Se había llegado a un acuerdo con los sindicatos para un plan de despido de trabajadores voluntario y en unas condiciones adecuadas. Pero al final, no sólo ha habido 539 despidos forzosos, sino que la entidad financiera ha incumplido las condiciones establecidas en el ERE.  (...)

-Por último, defiendes una banca ética impulsada por la sociedad civil, ¿qué opinas de la propuesta de recuperar una banca pública? ¿Son incompatibles las dos ideas?

Como economista, creo que lo primero que debe hacerse es aprovechar los recursos que se tienen, es decir, contamos todavía con una red de bancos de proximidad representados, sobre todo, por las cooperativas de crédito. Antes de plantear una banca pública, lo que sería realmente complejo, se tendría que garantizar la supervivencia de estas cooperativas. Ésta debería ser la prioridad. 

Hay un Decreto preparado, en un cajón del Ministerio de Economía, que supondría la desaparición de las cooperativas de crédito, como ya ocurrió con las cajas de ahorro. Después ya habría posibilidades de crear un banco público, o aprovechar Bankia, entidad en la que la participación del estado, a través del FROB, se sitúa en torno al 64%."                  

(Entrevista a Joan Ramon Sanchis Palacio, autor de “¿Es posible un mundo sin bancos?” (El Viejo Topo), Enric Llopis , Rebelión, 16/02/16)

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