2.2.18

¿Qué ocurrirá en la economía mundial en 2018? El suelo de la depresión actual debería alcanzarse alrededor de 2018. Ese debe ser el momento de una nueva crisis, necesaria para recuperar la rentabilidad a nivel mundial...

"¿Qué ocurrirá en la economía mundial en 2018?  La economía capitalista global sube y baja en ciclos, es decir, las caídas de la producción, la inversión y el empleo tienen lugar cada 8-10 años. En mi opinión, estos ciclos están fundamentalmente impulsados por los cambios en la tasa de ganancia del capital acumulado invertido en las principales economías capitalistas avanzadas. 

El ciclo de la rentabilidad es más largo que los 8-10 años del ‘ciclo económico’. Una onda ascendente de rentabilidad puede durar unos 16-18 años y es seguida por una onda descendente de una duración similar. Al menos este es el caso de la economía capitalista de Estados Unidos; la duración del ciclo de rentabilidad varía de un país a otro.

Junto a este ciclo de rentabilidad, hay un ciclo más corto de aproximadamente 4-6 años llamado ciclo Kitchin. Y también parece haber un ciclo más largo (comúnmente llamado el ciclo Kondratiev) basado en impulsos de innovación y los precios mundiales de las materias primas. 


Los motores detrás de estos diferentes ciclos están explicados en mi libro, La Larga Depresión.  En él defiendo que cuando las ondas descendentes de todos estos ciclos coinciden, el capitalismo mundial experimenta una profunda depresión de difícil salida.

 En una depresión así, puede requerir varias crisis e incluso guerras para acabar con ella. Ha habido tres depresiones de este tipo desde que el capitalismo se convirtió en el modo de producción dominante a nivel mundial (1873-1897; 1929-1946; 2008 y la actual). 

El suelo de la depresión actual debería alcanzarse alrededor de 2018. Ese debe ser el momento de una nueva crisis, necesaria para recuperar la rentabilidad a nivel mundial. Ese ha sido mi pronóstico o predicción etc desde hace algún tiempo.  Anwar Shaikh en su libro Capitalismo, mantiene una opinión similar.  (...)

 El crecimiento global del PIB real aumentó en 2017 – de hecho, por primera vez desde el final de la gran recesión en 2009, prácticamente todas las grandes economías aumentaron su PIB real. El FMI en su último panorama económico lo expresó así: “ 2017 está terminando al alza, con un PIB que continua creciendo en gran parte del mundo en la mayor fase ascendente del ciclo desde el inicio de la década”.  (...)

Así que todo parece que va sobre ruedas para la economía mundial en 2018, contradiciendo mi pronóstico de una crisis.

Pero a veces ocurre que cuando todo se ve de color de rosa, una nube tormentosa puede aparecer muy rápido en el horizonte- como en 2007. En primer lugar, vale la pena recordar que, si bien el crecimiento económico mundial se está acelerando un poco, la OCDE reconoce que “el crecimiento per capita va a caer por debajo de las cifras anteriores a la crisis en la mayoría de las economías de la OCDE y no OCDE”.  

Así que la economía mundial todavía no está fuera de la Larga Depresión que comenzó en 2009. (...)

La OCDE también piensa que gran parte de la reciente recuperación es ficticia, que se centra en activos financieros e inmobiliarios.  (...)

De hecho, en promedio, la inversión en 2018-19 se situará en torno a un 15% por debajo del nivel requerido para asegurar aumentos del stock de capital productivo neto al mismo ritmo medio anual que en 1990-2007.

La OCDE concluye que, si bien el crecimiento económico global será más rápido en el próximo año, esta será su tasa máxima de crecimiento. Después de eso, el crecimiento económico mundial se debilitará y permanecerá muy por debajo de la media anterior a la Gran Recesión. 

Esto se debe a que el crecimiento global de la productividad (producción por persona empleada) sigue siendo bajo y el crecimiento del empleo está llegando a su pico.  (...)

El crecimiento que las principales economías han experimentado se ha basado en tasas de interés muy bajas para los préstamos y un aumento de la deuda en los sectores empresarial y familiar.  (...)

Los mercados de valores están enormemente ‘sobrevalorados’, al menos de acuerdo a la tendencia histórica. (...)

Y no necesito decirles a mis lectores que “la” recuperación económica del capitalismo mundial desde 2009 no ha sido “suficientemente” compartida.  Ha habido una gran cantidad de datos que demuestran que la mayor parte del incremento de los ingresos y la riqueza ha ido al 1% de los mayores titulares de ingresos y riqueza, mientras que los salarios reales de los trabajadores en la gran mayoría de las economías capitalistas avanzadas se han estancado o incluso ha disminuido. 

La razón principal de este aumento de la desigualdad ha sido que el 1% posee casi todos los activos financieros (acciones, bonos y bienes) y los precios de estos activos se han disparado. Las grandes empresas, sobre todo en los EEUU, han utilizado el aumento de sus beneficios sobre todo para recomprar sus propias acciones (aumentando su precio) o para pagar mayores dividendos a los accionistas. Y estos forman parte del 1% más rico en su mayoría. (...)

 Hay dos cosas que abren un signo de interrogación sobre la posibilidad de un crecimiento más rápido para la mayoría de las economías capitalistas en 2018 y aumentan la probabilidad de lo contrario. La primera es la rentabilidad y las ganancias – para mí, los indicadores clave de la ‘salud’ de la economía capitalista, ya que se basan en la inversión y la producción para beneficios no necesidades.

Como he mostrado en otros lugares cuando las ganancias caen de nuevo, también lo hará la inversión en el plazo de un año más o menos. Sobre la base de los datos de los EEUU, la rentabilidad en 2017 fue plana y solo hubo una pequeña recuperación en las ganancias. Esto sugiere que, en el mejor de los casos, la inversión en capacidad productiva crecerá muy poco en 2018, especialmente dado que gran parte de estas ganancias van a parar a activos improductivos, inmobiliarios y financieros. (...)


 Cuando nos fijamos en la masa de ganancias de las empresas globales (usando mi propia medición), se ha producido una recuperación modesta en 2017 después de la caída en 2015-6. Pero hay que recordar que mis datos incluyen a China, donde las ganancias de las empresas estatales aumentaron dramáticamente en 2016-7.  (...)

El otro signo de interrogación que se cierne sobre el optimismo abrumador de que 2018 va a ser un gran año para el capitalismo global es la deuda. Como muchas agencias han señalado y he recogido en mis artículos a lo largo de 2017, la deuda global, en particular del sector privado (empresas y familias), ha seguido aumentando hasta nuevos picos.  (...)

Los economistas del FMI no creen que haya riesgo de un nuevo estallido de la deuda hasta 2020. Puede que tengan razón. Pero la política de bajas tasas de interés y de enormes inyecciones de crédito por parte de los principales bancos centrales ya ha terminado. (...)

El coste de los préstamos se va a incrementar, mientras que la disponibilidad de crédito disminuirá. Si la rentabilidad sigue cayendo en 2018, provocará el colapso de la inversión, no su expansión. Esto afectaría a todo el sector empresarial de las llamadas economías emergentes.

 Incluso si las principales economías capitalistas evitan una crisis en 2018, nada cambiará mucho. El crecimiento económico en las principales economías sigue siendo bajo en comparación con antes de la Gran Recesión, incluso si sigue la recuperación en 2018. Y la perspectiva a medio plazo es pobre. 

El crecimiento de la productividad (producción por persona que trabaja) es muy baja en todas partes e imposibilitará el crecimiento del empleo. Por lo que la tasa de crecimiento potencial a largo plazo de las principales economías se desacelerará desde los picos alcanzados en 2018. 

Después de un crecimiento muy bajo en 2016 de sólo el 1,4%, el FMI prevé un crecimiento del G7 en 2018 del 1,9% – un aumento moderado, pero real. Sin embargo, se prevé que posteriormente el crecimiento del G7 caiga hasta el 1,6% en 2019 y un pobre 1,5% en 2020-2022. 

Así, el repunte en 2017-2018 parece cíclico y no se consolidará en un nuevo ‘boom’ largo sostenible. Porque, sin que haya una crisis que devalué el capital (productivo y ficticio) y recupere así la rentabilidad, la inversión y el crecimiento de la productividad seguirán atrapados por la depresión. (...)

Sin embargo, a pesar de la poca rentabilidad y la alta deuda, la modesta recuperación de los beneficios en 2017 sugiere que las principales economías capitalistas evitarán una nueva crisis de la producción y la inversión en 2018, contradiciendo mis predicciones.
Cuando se demuestra que se está equivocado (aunque sólo sea en la cronología), es necesario dar marcha atrás y reconsiderar los argumentos y pruebas y revisarlos si es necesario. (...)

Lo que parece haber sucedido es que ha habido una recuperación cíclica a corto plazo desde mediados de 2016, después de una recesión casi global, desde finales de 2014 hasta mediados de 2016. Si el punto más bajo de este ciclo Kitchin fue a mediados de 2016, el pico debe alcanzarse en 2018, con un giro descendente de nuevo posteriormente. Veremos lo que pasa."              (Publicado originalmente en el blog de Michael Roberts. en El Viejo Topo, 29/01/18)

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