"¿Qué ocurrirá en la economía mundial en 2018? La economía capitalista global sube y baja en ciclos,
es decir, las caídas de la producción, la inversión y el empleo tienen
lugar cada 8-10 años. En mi opinión, estos ciclos están fundamentalmente
impulsados por los cambios en la tasa de ganancia del capital acumulado
invertido en las principales economías capitalistas avanzadas.
El ciclo
de la rentabilidad es más largo que los 8-10 años del ‘ciclo
económico’. Una onda ascendente de rentabilidad puede durar unos 16-18
años y es seguida por una onda descendente de una duración similar. Al
menos este es el caso de la economía capitalista de Estados Unidos; la
duración del ciclo de rentabilidad varía de un país a otro.
Junto a este ciclo de rentabilidad, hay un ciclo más corto de
aproximadamente 4-6 años llamado ciclo Kitchin. Y también parece haber
un ciclo más largo (comúnmente llamado el ciclo Kondratiev) basado en
impulsos de innovación y los precios mundiales de las materias primas.
Este ciclo puede ser tan largo como 54-72 años. El
ciclo económico se ve afectado por la tendencia del ciclo de
rentabilidad, y el ciclo Kitchin y ciclo Kondratiev y por factores
nacionales específicos.
Los motores detrás de estos diferentes ciclos están explicados en mi libro, La Larga Depresión. En
él defiendo que cuando las ondas descendentes de todos estos ciclos
coinciden, el capitalismo mundial experimenta una profunda depresión de
difícil salida.
En una depresión así, puede requerir varias crisis e
incluso guerras para acabar con ella. Ha habido tres depresiones de este
tipo desde que el capitalismo se convirtió en el modo de producción
dominante a nivel mundial (1873-1897; 1929-1946; 2008 y la actual).
El
suelo de la depresión actual debería alcanzarse alrededor de 2018. Ese
debe ser el momento de una nueva crisis, necesaria para recuperar la
rentabilidad a nivel mundial. Ese ha sido mi pronóstico o predicción etc
desde hace algún tiempo. Anwar Shaikh en su libro Capitalismo, mantiene una opinión similar. (...)
El crecimiento global del PIB real aumentó en 2017 – de hecho, por
primera vez desde el final de la gran recesión en 2009, prácticamente
todas las grandes economías aumentaron su PIB real. El FMI en su último
panorama económico lo expresó así: “ 2017 está terminando al alza, con
un PIB que continua creciendo en gran parte del mundo en la mayor fase
ascendente del ciclo desde el inicio de la década”. (...)
Así que todo parece que va sobre ruedas para la economía mundial en 2018, contradiciendo mi pronóstico de una crisis.
Pero a veces ocurre que cuando todo se ve de color de rosa, una nube
tormentosa puede aparecer muy rápido en el horizonte- como en 2007. En
primer lugar, vale la pena recordar que, si bien el crecimiento
económico mundial se está acelerando un poco, la OCDE reconoce que “el
crecimiento per capita va a caer por debajo de las cifras anteriores a
la crisis en la mayoría de las economías de la OCDE y no OCDE”.
Así que
la economía mundial todavía no está fuera de la Larga Depresión que
comenzó en 2009. (...)
La OCDE también piensa que gran parte de la reciente recuperación es
ficticia, que se centra en activos financieros e inmobiliarios. (...)
De hecho, en promedio, la inversión en 2018-19 se situará en torno a
un 15% por debajo del nivel requerido para asegurar aumentos del stock
de capital productivo neto al mismo ritmo medio anual que en 1990-2007.
La OCDE concluye que, si bien el crecimiento económico global será
más rápido en el próximo año, esta será su tasa máxima de crecimiento.
Después de eso, el crecimiento económico mundial se debilitará y
permanecerá muy por debajo de la media anterior a la Gran Recesión.
Esto
se debe a que el crecimiento global de la productividad (producción por
persona empleada) sigue siendo bajo y el crecimiento del empleo está
llegando a su pico. (...)
El crecimiento que las principales economías han experimentado se ha
basado en tasas de interés muy bajas para los préstamos y un aumento de
la deuda en los sectores empresarial y familiar. (...)
Los mercados de valores están enormemente ‘sobrevalorados’, al menos de acuerdo a la tendencia histórica. (...)
Y no necesito decirles a mis lectores que “la” recuperación económica
del capitalismo mundial desde 2009 no ha sido “suficientemente”
compartida. Ha habido una gran cantidad de datos
que demuestran que la mayor parte del incremento de los ingresos y la
riqueza ha ido al 1% de los mayores titulares de ingresos y riqueza,
mientras que los salarios reales de los trabajadores en la gran mayoría
de las economías capitalistas avanzadas se han estancado o incluso ha
disminuido.
La razón principal de este aumento de la desigualdad ha sido que el 1%
posee casi todos los activos financieros (acciones, bonos y bienes) y
los precios de estos activos se han disparado. Las grandes empresas,
sobre todo en los EEUU, han utilizado el aumento de sus beneficios sobre
todo para recomprar sus propias acciones (aumentando su precio) o para
pagar mayores dividendos a los accionistas. Y estos forman parte del 1%
más rico en su mayoría. (...)
Hay dos cosas que abren un signo de interrogación sobre la posibilidad
de un crecimiento más rápido para la mayoría de las economías
capitalistas en 2018 y aumentan la probabilidad de lo contrario. La
primera es la rentabilidad y las ganancias – para mí, los indicadores
clave de la ‘salud’ de la economía capitalista, ya que se basan en la
inversión y la producción para beneficios no necesidades.
Como
he mostrado en otros lugares cuando las ganancias caen de nuevo,
también lo hará la inversión en el plazo de un año más o menos.
Sobre la base de los datos de los EEUU, la rentabilidad en 2017 fue
plana y solo hubo una pequeña recuperación en las ganancias. Esto
sugiere que, en el mejor de los casos, la inversión en capacidad
productiva crecerá muy poco en 2018, especialmente dado que gran parte
de estas ganancias van a parar a activos improductivos, inmobiliarios y
financieros. (...)
Cuando nos fijamos en la rentabilidad, sin embargo, en
el núcleo de Europa aumentó sólo ligeramente y cayó en Japón en 2015 y
2016, al igual que en los EEUU. De hecho, sólo Japón tiene una tasa de
ganancia más elevada en comparación con 2006.
Cuando nos fijamos en la masa de ganancias de las empresas globales
(usando mi propia medición), se ha producido una recuperación modesta en
2017 después de la caída en 2015-6. Pero hay que recordar que mis datos
incluyen a China, donde las ganancias de las empresas estatales
aumentaron dramáticamente en 2016-7. (...)
El otro signo de interrogación que se cierne sobre el optimismo
abrumador de que 2018 va a ser un gran año para el capitalismo global es
la deuda. Como muchas agencias han señalado y he recogido en mis artículos a lo largo de 2017, la deuda global, en particular del sector privado (empresas y familias), ha seguido aumentando hasta nuevos picos. (...)
Los economistas del FMI no creen que haya riesgo de un nuevo estallido
de la deuda hasta 2020. Puede que tengan razón. Pero la política de
bajas tasas de interés y de enormes inyecciones de crédito por parte de
los principales bancos centrales ya ha terminado. (...)
El coste de los préstamos se va a incrementar, mientras que la
disponibilidad de crédito disminuirá. Si la rentabilidad sigue cayendo
en 2018, provocará el colapso de la inversión, no su expansión. Esto
afectaría a todo el sector empresarial de las llamadas economías
emergentes.
Incluso si las principales economías capitalistas evitan una crisis en
2018, nada cambiará mucho. El crecimiento económico en las principales
economías sigue siendo bajo en comparación con antes de la Gran
Recesión, incluso si sigue la recuperación en 2018. Y la perspectiva a
medio plazo es pobre.
El crecimiento de la productividad (producción por
persona que trabaja) es muy baja en todas partes e imposibilitará el
crecimiento del empleo. Por lo que la tasa de crecimiento potencial a
largo plazo de las principales economías se desacelerará desde los picos
alcanzados en 2018.
Después de un crecimiento muy bajo en 2016 de sólo
el 1,4%, el FMI prevé un crecimiento del G7 en 2018 del 1,9% – un
aumento moderado, pero real. Sin embargo, se prevé que posteriormente el
crecimiento del G7 caiga hasta el 1,6% en 2019 y un pobre 1,5% en
2020-2022.
Así, el repunte en 2017-2018 parece cíclico y no se consolidará en un
nuevo ‘boom’ largo sostenible. Porque, sin que haya una crisis que
devalué el capital (productivo y ficticio) y recupere así la
rentabilidad, la inversión y el crecimiento de la productividad seguirán
atrapados por la depresión. (...)
Sin embargo, a pesar de la poca rentabilidad y la alta deuda, la
modesta recuperación de los beneficios en 2017 sugiere que las
principales economías capitalistas evitarán una nueva crisis de la
producción y la inversión en 2018, contradiciendo mis predicciones.
Cuando se demuestra que se está equivocado (aunque sólo sea en la
cronología), es necesario dar marcha atrás y reconsiderar los argumentos
y pruebas y revisarlos si es necesario. (...)
Lo que parece haber sucedido es que ha habido una recuperación cíclica a
corto plazo desde mediados de 2016, después de una recesión casi
global, desde finales de 2014 hasta mediados de 2016. Si el punto más
bajo de este ciclo Kitchin fue a mediados de 2016, el pico debe
alcanzarse en 2018, con un giro descendente de nuevo posteriormente.
Veremos lo que pasa." (Publicado originalmente en el blog de Michael Roberts. en El Viejo Topo, 29/01/18)
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