10.12.13

El consumo privado sigue bajo mínimos

"La economía española se caracteriza por ser una economía de consumo y no de producción. De ahí que el peso del consumo de los hogares en el PIB sea tan alto, más del 65%, a diferencia, por ejemplo, de Alemania. Por ello, todo aquello que distorsione o reduzca el gasto en consumo afectará de forma significativa el PIB nacional. (...)

 La evidencia empírica nos demuestra que los percentiles de renta más bajos son los más propensos a consumir una mayor proporción de las rentas adicionales que perciben, mientras que en las rentas más altas dicha propensión es más baja.  términos numéricos, la propensión en rentas bajas es casi 0,9%, lo que implica que de cada euro de renta adicional que ingresa un consumidor, se gasta 90 céntimos. En el caso de las rentas altas, la proporción baja al 65%, lo que claramente revela que el consumo lo mueven en términos relativos las rentas medias y bajas.

Con estas premisas, los datos de consumo que presenta la economía española son muy preocupantes. Por un lado, la reforma laboral y la explosión de la burbuja inmobiliaria han posibilitado una gran purga del mercado laboral, alcanzándose una tasa de desempleo del 26%. Solo en el último año han salido del mercado más de 570.000 personas. 

A ello hay que añadir que los salarios en términos reales han descendido más de un 7%. Junto a esto, las pensiones públicas han visto deteriorar su poder adquisitivo, tras la aprobación del copago sanitario y las fuertes subidas en servicios del hogar, como electricidad y gas. (...)

Como corolario, los impuestos han experimentado una brusca subida en el último año, particularmente el IVA, pero también otras tasas municipales o el propio IBI en muchas ciudades. Estos hechos estilizados ya probarían la drástica reducción de la capacidad de consumo de los hogares con menor renta, tanto trabajadores en activo, como pensionistas, a cuyas espaldas, además, se han adherido muchos hijos en paro o con serias dificultades de subsistencia.

Los datos objetivos publicados por el INE en el tercer trimestre, con un alza sorprendente del 0,4% trimestral, son un espejismo que luego serán revisados a la baja, cuando se estime la Encuesta de Presupuestos Familiares de 2013.

 En el cuarto trimestre ya han vuelto a caer los indicadores principales de consumo, ventas minoristas, un -1,8% en octubre; las ventas de viviendas siguen su descenso; las ventas de automóviles, salvo por los efectos de las subvenciones, acabarán como el segundo peor año en la última década.

Desde una óptica de política económica, todos los esfuerzos realizados han ido dirigidos a deflacionar internamente la economía española y lo han conseguido (...)
Solo un cambio drástico de política de rentas, de política presupuestaria y una apuesta por la equidad podría emitir señales de cambio."                          ( , El País Madrid 8 DIC 2013)

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