"Corría febrero de 2009 cuando la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) realizó su primera acción.(...)
La sociedad debe agradecer a la PAH que abriera los ojos a amplios
sectores sociales sobre la repercusión directa de la crisis sobre la
vivienda. La vivienda no es sólo un techo seguro y salubre, que no es
poco. (...)
Si hoy hablo de la PAH, es porque esta semana se han planteado
importantes medidas sobre vivienda en el Ayuntamiento de Barcelona y
porque aún tengo la boca abierta tras escuchar al president Mas
en una entrevista de Jordi Évole emitida el domingo. A la pregunta de
cúantos ciudadanos perdían su casa al año en Cataluña, el president
contestó “unos cuantos miles”.
Ante la insistencia del periodista,
respondió: “8.000 o 10.000 o algo más”. Según la memoria del Consejo
General del Poder Judicial (CGPJ), señor presidente, son más del doble.
Según informes de la propia Generalitat, señor presidente, hay 37.000
personas en Cataluña sin techo, sin vivienda o en una vivienda insegura o
inadecuada para vivir. Unos cuantos miles…
No sé qué contestaría el
señor Trias a la misma pregunta. A lo mejor, si algún día decide ejercer
de alcalde lo sabremos. Yo se lo puedo adelantar. Solo en Barcelona,
tantos o más miles de los que el president cree que hay en
Cataluña: se producen a diario entre 20 y 22 lanzamientos por no haber
podido atender el pago de la vivienda. Unos cuantos miles de familias de
Barcelona al año. (...)
Cuando estalló la burbuja inmobiliaria en 2008, se tachó a las
decenas de miles de familias que perdieron su hogar de manirrotos, de
especuladores indocumentados que habían estirado más el brazo que la
manga. ¿Por qué se creyeron con derecho a ser propietarios quienes no
habían nacido para serlo?, pontificaban.
Hoy en día, esos comentarios
con media sonrisita aún suenan más insultantes, puesto que el 87% de las
familias que se van a la calle en Barcelona no tienen hipoteca, sino
que sencillamente sus ingresos han disminuido tanto que ya no pueden
pagar el alquiler.
En Barcelona hay más de 50.000 solicitudes de vivienda social. (...)
Frente a la inacción, acción. La PAH nos mostró una vez más que el
rey andaba desnudo y que el derecho a la vivienda digna que consagra la
Carta Magna no está por debajo de otros. No puede ser que las familias
continúen con su sufrimiento mientras el mercado de pisos de alquiler ve
sus precios alterados por la falta de salida al mercado de decenas de
miles de viviendas, muchas de ellas en manos de entidades financieras.
En Santa Coloma de Gramenet y en Terrassa, los alcaldes socialistas
ya han puesto en marcha medidas para corregir este desajuste, con la
aprobación de sanciones a las entidades que no pongan a disposición de
los potenciales inquilinos la viviendas que tienen vacías. En Santa
Coloma incluso se han impuesto —y cobrado— las primeras sanciones.(...)" (
Jaume Collboni
, El País, Barcelona
15 NOV 2014)
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