"(...) España, aunque no se tiene constancia de ello, tiene un nivel de
espíritu emprendedor muy elevado. Aunque en cuanto a empresas creadas
hay una proporción muy alta de fracaso. En un momento de recesión como
este necesitas clientes, pero como la demanda es débil, no los vas a
encontrar.
La solución no pasa por crear cada uno su puesto. La encuesta
del BCE que realiza a pymes revela que el principal problema de las
empresas españolas es la falta de clientes. Sabes que por regla general
el consumo está caído y las probabilidades de que salga mal es muy alta.
La posibilidad de crear trabajo y renta y riqueza tiene que ir por otro
lado.
Vamos ya para siete años de crisis, nadie la vio venir y nadie acierta a decir cuando terminará. ¿Cómo saldremos de esta crisis?
Atendiendo a los datos que leo, y al contrario de lo que dice el
Gobierno, creo que esto va para largo. El problema fundamental de la
economía española es el sobreendeudamiento privado, tanto de familias
como de empresas. Esto se llama recesión de balance e impide que la
actividad económica salga adelante.
Una empresa, cuando tiene ingresos,
los destina a saldar deudas y no a contratar trabajadores o a comprar
nuevas máquinas. Y en las familias pasa lo mismo. Es un círculo vicioso
del que no saldremos hasta que no se reduzca la deuda de familias y
empresas.
En 2010 empezó a disminuir, pero muy lentamente. A este ritmo
necesitaríamos cinco o seis años para llegar a límites razonables de
deuda. Necesitamos encontrar otra forma de hacer crecer la economía, una
economía que no vaya destinada sólo a crecer sino a satisfacer
actividades económicas y sociales de las personas. (...)" (Entrevista a Eduargo Garzón, La Voz del Sur, 16/11/2014)
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