16.1.15

“La austeridad en Grecia sólo ha beneficiado a bancos y multinacionales alemanas”

"(...) -Sugieres además que una fracción del capital financiero (incluido algún artículo en el “Financial Times”) podría no ver de manera negativa, incluso la vía más favorable en la presente coyuntura, una victoria de Syriza como vía keynesiana con la que despertar una economía “moribunda” como la griega. ¿Se han manifestado de algún modo estos intereses?

-De manera pública muchos analistas del sector de las finanzas se han expresado en esos términos. Hablo de defensores acérrimos del neoliberalismo. En España, por ejemplo, El País también se desliza por esa línea, la de aceptar una renegociación de la deuda, entendiendo que más vale perder un poco que perderlo todo.  (...)

-El corresponsal de El País en Bruselas, Claudi Pérez, titulaba el 7 de enero un breve artículo del siguiente modo: “¿Quién teme a Alexis Tsipras?”, donde afirma que al dirigente de Syriza no se le teme en la Comisión Europea, en Bruselas, en Francfort (sede del BCE) ni siquiera en Berlín. 
En el artículo se afirma dos veces que Tsipras “lleva meses reuniéndose en Bruselas, en Francfort y en Berlín, dejando claro que no va a tomar medidas revolucionarias”. Se afirma además que en estas tres plazas “se le considera un tipo razonable”. ¿Qué explicación se da en Atenas de estas reuniones y su contenido?

-Syriza ha dejado clara su adhesión a la Unión Europea y a la zona euro y sus propuestas no son, en efecto, “revolucionarias”. La cuestión es saber quien podrá sacar más partido en una mesa de negociaciones, donde sin duda tendrán que resolverse la cuestión de la deuda y las formas de financiación que hoy por hoy necesita la economía griega. 

Por parte europea parece claro que recurrirán al chantaje monetario para tratar de seguir exprimiendo al estado griego. Lógicamente Syriza podría endurecer su posición con medidas, ahora sí, más radicales. Pero para ello deberá saber con qué grado de apoyo popular cuenta y, sobre todo, hasta dónde están dispuestos a llegar los griegos para salvar su dignidad y su soberanía.

 -¿Qué medidas concretas plantea Syriza para el escenario posterior a las elecciones del 25 de enero, sobre todo en relación con la deuda pública (alcanza ya el 177% del PIB) y los acreedores internacionales, y también en relación con los programas de austeridad impuestos por la Troika? ¿Y en el frente interno, por ejemplo, respecto a la fiscalidad, paliar la pobreza de la población, recuperación de los sectores estratégicos o relaciones con la iglesia ortodoxa?

-La reducción de la deuda no puede ser evaluada en todo su dimensión en estos momentos, pero algunos de los miembros del departamento de finanzas de Syriza han hablado días atrás de que podría ser reducida a la mitad. 

Eso, lógicamente, depende en gran medida de cómo transcurran las negociaciones con los acreedores. Lo que sí ha quedado claro es que las primeras medidas del gobierno irán encaminadas a realizar una profunda revisión del plan de privatizaciones, dejando fuera algunas empresas estatales estratégicas, un programa para revitalizar la economía productiva, el aumento del salario mínimo y las pensiones, la aplicación de ayudas a los más necesitados y una remodelación de la política fiscal, descargando a las clases populares de la presión insoportable que han sufrido hasta ahora.  (...)

-“Der Spiegel” ha filtrado los augurios de Merkel y el ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, sobre una Grecia fuera de la Eurozona en caso de que Syriza aplique sus reformas. El FMI ha decidido suspender las negociaciones con Grecia hasta después de los comicios, en relación con el plan de rescate (desde 2010, un total de 240.000 millones de euros). 
¿Resignación, miedo, sentimiento de colonia, necesidad de que potencias extranjeras obliguen al rigor? ¿Qué percepción tiene la población griega de estas noticias?

-En general la población está hastiada por unas políticas neoliberales que solo han profundizado la brecha entre una pequeña minoría, a la que no parece haber afectado seis años de recesión, y una mayoría que no ve el final a este largo túnel.

 La cuestión es de qué modo se puede poner fin a la cruel intervención de los poderes financieros. Una parte importante de los votantes confía en que la vía de Syriza sea suficiente para reconducir la crisis social y económica en la que se encuentra Grecia.

 Otro sector, no desdeñable, apuesta por medidas aún más fuertes, como el abandono del euro para recuperar de forma completa la soberanía política, económica y fiscal. Y por último hay un porcentaje también relevante que siguen creyendo en el modelo actual y en las promesas de recuperación lanzadas desde el gobierno y los grandes medios de prensa.

-Afirma Yanis Varoufakis, consejero económico de Syriza, que actualmente Grecia “está en bancarrota y no pide prestado a inversores privados”. Por tanto, “la amenaza a un gobierno de Syriza no vendrá de los mercados”, sino del BCE, la UE y Berlín, sostiene el economista en una entrevista a Alessandro Bianchi en “L’Antidiplomatico”.  
¿Se continúa utilizando el discurso de la “responsabilidad”, de que hay que cumplir con la ortodoxia para que los “mercados” no corten la financiación y dejen al país sin liquidez?

-Ese discurso es al que apelan los defensores del actual funcionamiento de la UE, y que no cuestionan las políticas del desastre promovidas por Alemania, pese a que han llevado a los países periféricos a la más completa postración. 

La terca obstinación de Berlín de mantener a cualquier precio las medidas de austeridad y la fortaleza del euro creo que está llegando a su fin, y buena parte de la culpa la tiene Syriza. 

Hasta ahora el único beneficiado ha sido el capital alemán (bancos y multinacionales), pero la posibilidad de que el pueblo griego se manifieste libremente en las urnas puede marcar un punto de inflexión en las políticas comunitarias aunque hace falta que esta ola no se detenga en Grecia y continúe en más países.

-Por último, en el libro “Solidaridad y Autogestión en Grecia” recuerdas cifras estremecedoras sobre la “cura de choque” que ha sufrido Grecia. La deuda pública pasó del 129,7% del PIB en 2009 al 171,8% en 2013; y en el mismo periodo el PIB se redujo en un 26%, la mayor caída de un país en tiempos no bélicos. ¿Han tenido algún efecto “positivo” las políticas de austeridad, incluso desde una perspectiva neoliberal?

-Ninguno. La única intención de las mismas ha sido la de asegurar a cualquier precio que el enorme negocio de la deuda siguiera dando beneficios a los prestamistas y favorecer a las grandes empresas. No ha habido ninguna consideración ni hacia las condiciones de vida y los derechos de los ciudadanos, ni tampoco hacia el débil tejido productivo nacional. 

Todas y cada una de las medidas han ido encaminadas a desmantelar las leyes que protegían a los trabajadores o les garantizaban sus derechos más básicos, y aquí también incluyo a profesionales, autónomos o empresas familiares, para beneficiar a las grandes corporaciones y al capital transnacional ofreciéndoles un territorio libre de restricciones (laborales, medioambientales, fiscales...) donde enriquecerse sin cortapisas."        (Entrevista al periodista Antonio Cuesta, Rebelión, 14/01/2015)

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