"(...) "Gracias a la PAHC he cogido fuerza y ánimos; y aquí estamos: luchando
"comenta Cintia, de 32 años y nacida en Honduras. Ella, su marido
Fernando y sus dos hijos de siete meses y dos años de edad, fueron desalojados en febrero de este año por los Mossos de la vivienda que ocupaban,
de una forma que tacha de irregular.
La familia vivía de alquiler, en
un piso de propiedad particular, hasta que los padres perdieron el
trabajo: "antes de perjudicar al propietario, decidimos ocupar". Un día
más tarde, la Cintia asistió al Taller de Empleo que imparte la PAHC
Sabadell, dejando a sus hijos a cargo de una compañera suya en el piso
ocupado.
Según explica, los Mossos irrumpieron en la vivienda, forzando
la puerta e hiriendo a la mujer que se encontraba dentro.
Activistas de la PAHC se presentaron en el momento del desalojo, pero la
policía no dejó entrar a Cintia ni salir a la niñera herida. Tampoco
dejaron acceder una ambulancia. "Fue horrible, una experiencia fatal",
asegura.
"Fue un abuso policial: fueron a desahuciar sin orden judicial y se negaron a auxiliar a una persona herida",
explica una de las activistas de la Plataforma. "Desde entonces he
estado asistiendo a las asambleas de la PAHC, que para mí es una
familia: desde que vine a España nunca me había sentido tan protegida
como me siento con ellas", afirma Cintia. (...)" (Cristina Castaño Gómez
, Diagonal, 14/04/15)
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