"(...) Los títulos de deuda pública a seis meses emitidos en la última
subasta ofrecieron un tipo medio del -0,02%. Esto quiere decir, por
ejemplo, que un banco cualquiera le presta al Estado 1.000 euros y éste
se compromete a devolverle 999,8 euros una vez transcurran seis meses.
Es decir, en este caso concreto el banco estaría pagando 20 céntimos
(0,02% de 1000 euros) al Estado por haber comprado un título de deuda
pública. Esto no es lo que uno esperaría de agentes económicos que
utilizan el dinero que controlan para rentabilizarlo en inversiones
financieras y aumentar su cuantía con el paso del tiempo, ya que en este
caso estarían perdiendo dinero en vez de ganándolo. ¿Por qué lo hacen
entonces?
Por dos motivos fundamentales:
1) Estos operadores financieros (que son fundamentalmente bancos)
tienen ingentes cantidades de dinero líquido gracias a las constantes e
importantes inyecciones de liquidez por parte del Banco Central Europeo
(BCE).
Puesto que dejarlo inactivo en la cuenta del BCE tiene un coste
del -0,2%, cualquier otra inversión que tenga un coste inferior será
preferible a dejar el dinero inmóvil. Y una de estas inversiones ha sido
la deuda pública española a seis meses, ya que en la subasta pasada el
coste medio fue del -0,02% (inferior al -0,2% del BCE).
Hay que tener en cuenta que debido a la extraordinaria inundación de
dinero por parte de la inmensa mayoría de los bancos centrales (20 en
todo el mundo desde diciembre de 2014), hoy día la mayor parte de las
inversiones ofrecen muy poca o nula rentabilidad.
Desde las nuevas
medidas del BCE, la rentabilidad negativa ha alcanzado ya a muchos
países de la zona euro (incluido Irlanda a partir de marzo) y hoy día
hay ya 1,9 billones de euros invertidos en deuda pública con interés
negativo).
Además, el riesgo de deflación y la incertidumbre global
empuja a los operadores financieros a ser cautos con las inversiones,
puesto que si se produce algún shock importante o los precios bajan
mucho, siempre será preferible estar invirtiendo en activos de renta
fija (que te aseguran el rendimiento, aunque sea levemente negativo).
En
definitiva: mejor perder un poco de dinero que perder grandes
cantidades.
2) Aunque el inversor financiero salga perdiendo frente al Estado
porque le pagará algo de dinero, volviendo a vender el título de deuda
pública puede hacer que finalmente gane dinero. Y como el BCE se ha
comprometido a comprar 1,14 billones de euros en menos de dos años en
títulos privados y públicos, el negocio está asegurado.
En nuestro
ejemplo, el banco pierde 20 céntimos porque se los paga al Estado, pero
es que si el precio del título de deuda pública aumenta, y pasa por
ejemplo de 1000 euros (precio inicial) a 1001 euros y lo vende, el banco
ganará con la venta 1 euro. El resultado final es que ganará 80
céntimos (1 euro de ingreso por la venta, menos 20 céntimos que pierde
frente al Estado).
Por lo tanto, es correcto decir que los inversores
pagan por comprar deuda pública al Estado español, pero cuidado con
pensar que con ello pierden dinero, porque lo acaban ganando revendiendo
los títulos al BCE. (...)" ( Eduardo Garzón
, Saque de esquina, 10 April, 2015)
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