"(...) Aún no han entendido nada de lo sucedido. Estamos ante una profunda recesión de balances.
La economía mundial se está adentrando en un nuevo territorio que
activará en los siguientes trimestres una crisis de deuda y de solvencia
global. (...)
Por mucho que mejoren los beneficios empresariales la inversión productiva no despega por falta de demanda. Elemental, principio de demanda efectiva, la ecuación de Cambridge, puro análisis de Michal Kalecki y Nicholas Kaldor.
Hace ya trimestres que avisábamos de ello.
¿Saben ustedes una de las
propuestas recogidas en dicho artículo? Pues sí, un amplio programa de
infraestructuras públicas que sirva de arrastre a la inversión privada,
lo que se denomina en palabras técnicas, “crowding in”, tal como proponían entre otros Yanis Varoufakis, Stuart Holland, y James Kenneth Galbraight en A Modest Proposal for Resolving the Euro Crisis. Version 4.0.
¡El principio de demanda efectiva, estúpidos!
Las políticas propuestas por la ortodoxia tenían como objetivo último
atraer inversiones, pensando que mejorarían la competitividad,
reactivarían el ciclo económico. Sin embargo, la deflación
salarial, el desplome de los costes financieros, y la flexibilidad
laboral extrema, no han sido capaces de atraer inversiones. Se “olvidaron” del principio de demanda efectiva. (...)
Desde este blog siempre hemos hecho hincapié en que lo más urgente para una reactivación económica en el largo plazo pasaba por una reordenación y reducción del tamaño del sistema bancario mundial,
que además conllevara una disminución de la deuda privada y pública
existente, y donde los acreedores sufrieran la correspondiente quita.
Sin embargo, no se ha hecho nada en este sentido.
Y todo lo que han propuesto no ha generado renta, solo burbujas financieras alimentadas por más deuda. Mientras que la economía mundial se enfrenta a un problema de solvencia vinculado a una acumulación excesiva de deuda,
los bancos centrales del mundo están llevando a cabo políticas
diseñadas para un problema de liquidez.
Las élites dominantes hace ya
muchos años que se quitaron cínica y descaradamente la careta. Tratan
simplemente de ganar tiempo, que esto no colapse, que no les estalle a
ellos. No dudan en llevarnos de burbuja en burbuja, de inflación de activos en inflación de activos, pero, y ahí está el quid de la cuestión, protegiendo su riqueza.
Todo lo que ellos llaman reformas estructurales no son más que
instrumentos destinados a continuar alimentando la mayor concentración
de poder económico, político y mediático de los últimos cuarenta años.
Pero la realidad es muy dura. Los bancos mundiales se enfrentan a billones de euros, dólares, o la moneda que deseen, de deudas incobrables fuera de balance
que eventualmente deben ser finiquitadas o resueltas, es decir, dadas
de baja, lo cual lleva lastrando el crecimiento económico desde hace
muchos años.
Estas deudas son de todo tipo, desde los préstamos de los
bancos alemanes a Grecia, hasta los préstamos con garantía hipotecaria
en los Estados Unidos, o la deuda en dólares de empresas emergentes.
El sistema financiero mundial ya no posee capacidad
productiva alguna para generar suficientes ingresos que permitan
mantener los valores actuales de los activos. Los mercados financieros globales se encuentran sobrevalorados, sobrecomprados, el optimismo de los inversores es irracional. Cuando aumente la aversión al riesgo este nuevo esquema Ponzi estallará. (...)" (Juan Laborda, Vox Populi, 15/04/2015)
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