20.5.15

El TTIP eliminará todas las garantías que en Europa se han conseguido de protección del consumidor y del medio ambiente. El PP, el PSOE y Ciudadanos lo apoyan, ¿por qué?

"(...) Con alevosía, bajo una oscura tiniebla, tenuemente iluminada por la luz de las velas donde se esconden, las élites, por enésima vez, negocian a nuestras espaldas temas fundamentales para el devenir de la ciudadanía. Los escasos argumentos esgrimidos en defensa del Tratado de Libre Comercio, repetidos como mantra a través de los medios voceros patrios, simple y llanamente son mentira, espurios. (...)

Las democracias occidentales atraviesan, sin duda, uno de los peores momentos de su historia. La mayoría están atrapadas en un Totalitarismo Invertido “a la Sheldon Wolin”. Nos la están metiendo doblada. Solamente cuando la miseria, la pauperización y las desigualdades se generalizan, la sociedad reacciona -véase Grecia-. (...)

En Europa el TPPI es apoyado por conservadores, liberales y la inmensa mayoría de la socialdemocracia -¿y luego se preguntan los viejos partidos socialdemócratas por qué se están hundiendo en toda Europa? (...)

En el caso estadounidense, paradójicamente, las cosas no están tan claras, las discusiones son más intensas que aquí, en la vieja Europa. En apoyo al TPPI están el presidente Obama y la mayoría de los republicanos en el Congreso. Contra el TPPI claman la mayoría de los demócratas del Congreso, prácticamente todos los sindicatos, grupos medioambientales, y grupos de vigilancia –como Public Citizen-.  (...)

El TPPI socava garantías constitucionales y la soberanía nacional. Se pretende, en realidad, eliminar los impedimentos comerciales no tarifarios, es decir, que los estándares de producto, las obligaciones relativas a la protección del clima y todas las demás limitaciones comerciales, excepto los aranceles, den mayor facilidad a la compraventa de mercancías y servicios entre la Unión Europea y los Estados Unidos. Se ansía eliminar todas las garantías que en Europa se han conseguido de protección del consumidor y del medio ambiente.

Entonces, ¿quién se beneficia realmente del libre comercio? Sólo aquellas empresas multinacionales establecidas libremente a lo largo del planeta para buscar y escrutar los talleres de explotación más crueles y la mano de obra más barata. El libre comercio, tal como le entienden, es una carrera global que arrastra al factor trabajo al fango, a la cuasi-esclavitud.  (...)

Chang se burla del libre comercio. Sostiene que los países desarrollados que hoy claman por la apertura de los mercados y la desregulación – Reino Unido, Estados Unidos, y el G7- históricamente utilizaron políticas proteccionistas para desarrollar sus industrias y aprovechar sus ventajas comerciales. Una vez que lograron posiciones de privilegio, se “olvidaron” de cómo ellos alcanzaron la riqueza, evitando que otros países en desarrollo sigan el mismo camino.  (...)

Pero va más allá. Chang destroza una de las hipótesis centrales de la economía clásica: la creencia que la libertad de comercio, los mercados privados y la inversión internacional mejoran los niveles de vida. Aquí su crítica es brutal, irónica. Tal como señala, es totalmente ingenua y simplista la manera en que las instituciones financieras internacionales establecen recetas homogéneas para el desarrollo económico en todo el mundo.  (...)

La propuesta uniforme de reducción del tamaño del gobierno, privatización de empresas públicas, inflación baja, y disciplina fiscal que promueve el FMI, hacen un flaco favor a países en desarrollo, y un tremendo favor a los “malos samaritanos”.

Por lo referente a lo que nos toca, la ciudadanía patria está cada día más desinformada. Los temas apenas se discuten de manera sosegada. Sólo importa el chascarrillo, la anécdota, mientras el fondo de la cuestión se oculta miserablemente. Por eso, es profundamente democrático exigir a quienes no se ha opuesto al TPPI –PP, PSOE y Ciudadanos-, que expliquen el porqué, y que asuman, en el caso hipotético de su aprobación, las consecuencias históricas de su aplicación."          (Juan Laborda, Vox Populi, 09/05/2015)

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