"(...) -Usted tiene un plan para la reestructuración de la deuda en Portugal. ¿Cómo funcionaría?
-Preparé una propuesta que tiene tres ejes importantes. En primer lugar
una reforma fiscal, porque hay un déficit en la igualdad del sistema
por la falta de distribución de los impuestos. Una reforma fiscal más
igualitaria y redistributiva. El segundo punto sería ya la
restructuración de la deuda.
La propuesta no pretende una quita (un
corte en la terminología financiera o haircut) en el stock
de la deuda sino un alargamiento de los plazos, combinado con un
recorte de la tasa de interés hasta el 1% en la deuda pública y privada.
(En la actualidad está en el 3,5%). La deuda de muy corto plazo no
entraría, sería a partir de un año en adelante, que es el gran saldo
vivo.
Si eso se paga en diez plazos entre 2049 y 2054, incluyendo
para ese periodo una proyección muy conservadora de la inflación a
largo plazo, la reducción del valor real presente sería muy grande. El
valor nominal no cambia pero sí el neto real presente. Permitiría
acercar la deuda a los niveles 60% (ahora está por encima del 135%).
Pero una parte de la deuda es interna, la que tienen los bancos y los
pequeños ahorradores. Así que sería necesario recapitalizar todo el
ahorro interno. Hay que impedir que el efecto en el balance de los
bancos sea tal que la banca se quede insolvente.
Así que habrá que
organizar una resolución bancaria. Habría que intentar hacer en los
bancos un balance más pequeño, más robusto y que transforme la deuda en
capital. No necesitaríamos ayuda del BCE. Con que se transforme en
crédito, ya sería suficiente.
-Entonces, ¿haría un rescate de la deuda a costa de un rescate de la banca?
-No, el de la deuda sería con pérdidas por parte de los acreedores.
Como una parte son bancos, les desequilibraría. Pero se puede rescatar a
los bancos de dos formas, con deuda pública o con una resolución.
Apostamos por esta última.
-¿Y los pequeños ahorradores, accionistas y depositantes?
-Se puede tratar diferente los depósitos. Los más elevados sí se pueden
transformar en capital. Hay una tradición importante en EEUU. Aquí se
hizo con el BES, aunque se aplicó de forma muy discutible, pero al final
los propietarios han perdido el valor de sus acciones y el Estado
nacionalizó el banco.
Transformar los créditos en capital tendría
dos ventajas. La primera, reducir la deuda del banco y la deuda externa
del país por esa vía. Y otra sería asegurar una capacidad de dirigir el
crédito. En una situación como la nuestra, que necesitamos mucha
inversión, puede ser muy interesante reconducir el crédito. (...)
-¿Y su solución implicaría que Portugal se quedara fuera del euro?
-Técnicamente es compatible pero no lo describo en la propuesta.
-Pero usted es partidario de salir de la moneda única.
-Si la restructuración es de gran dimensión, es muy difícil estar en el
euro. Pero comprendo que hay un problema político y de preparación para
poder salirse ahora mismo. El euro no tiene una estructura compatible
con los países de la periferia y hace que los países deficitarios
siempre vayan a ser muy castigados. Pero los Estados no tienen los
planes de contingencia ni la preparación necesaria para salir del euro.
Ahora no es posible.
De hecho, si no hay reestructuración de la
deuda, la única fórmula para hacer viable la economía sería la salida
para devaluar la moneda. Es la única posibilidad. El caso de Grecia
muestra lo difícil que es hacer la renegociación de la deuda.
La
situación es muy difícil porque Alemania no tiene intención económica ni
presión política. Lo peor que pase en Portugal y en España es mejor
para las posibilidades electorales de Merkel, porque castiga a la gente mala que no debería estar en Europa. (...)" (Belén Carreño , eldiario.es, en Rebelión, 29/06/2015)
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