8.2.16

Para salir de la crisis.... rescate ciudadano

"(...) Para salir de la crisis, las medidas destinadas a incentivar la demanda interna no son suficientes.

 Hay que volver no tanto a Keynes como a los fundamentos que determinan las ganancias de productividad global de los factores, al impulso de una estructura de especializaciones productivas que suponga un alza en la gama de los bienes y servicios que se ofrecen y a un modelo de crecimiento que no descanse en exclusiva en un tirón de las exportaciones que, al basarse en la reducción de los costes salariales y los precios de exportación, reclama la perpetuación de empleos precarios, bajos salarios e indeseables especializaciones productivas que sean compatibles con esos empleos y salarios.

Para salir de la crisis hay que poner el centro de atención de la política económica en el impulso de la innovación, la mejora del sistema educativo, la cualificación de la fuerza de trabajo, el alza de gama de la oferta y el cambio de especializaciones productivas a favor de bienes y servicios de mayor valor añadido que incorporen más conocimiento y contenidos tecnológicos. 

Y en esa labor, efectivamente, la acción pública y una política económica alternativa a la sufrida desde mayo de 2010 son tan imprescindibles como el debilitamiento de la estrategia de austeridad impuesta por las instituciones europeas y de la hegemonía conservadora en la que se sustenta.

Del mismo modo, sin superar las debilidades e incoherencias institucionales de la eurozona y la falta de coordinación de las políticas económicas de los Estados miembros, las medidas incentivadoras de la demanda doméstica están condenadas al fracaso. Más aún si son realizadas en solitario por uno o varios Estados miembros.

 La ausencia de federalismo y la falta de coordinación entre las políticas económicas de los Estados miembros de la eurozona obliga a que los países periféricos tengan que hacer desaparecer sus déficits por cuenta corriente reforzando la presión sobre la demanda doméstica. 

Tanto en lo que se refiere al gasto de los hogares como a la inversión pública y privada, ya que su retroceso ocasionan inevitablemente un debilitamiento de la acumulación de capital y la inversión en nuevas tecnologías, un escaso esfuerzo innovador, despreocupación por la mejora de la cualificación de la fuerza de trabajo y, como consecuencia, una baja productividad global de los factores.

¿Qué se puede hacer en tales condiciones? No hay más eficaz estímulo de la demanda doméstica que, por un lado, las políticas de apoyo a la inversión orientadas a  modernizar del capital productivo y mejorar las competencias de la población activa y, por otro, las medidas de rescate ciudadano que tienen como prioridad atender las necesidades de los sectores sociales más golpeados por la crisis y las políticas de austeridad. No vale cualquier estímulo de la demanda.

En todo caso, la justificación del rescate ciudadano no descansa esencialmente en ninguna teoría económica. El rescate de la gente se justifica como un imperativo ético, desde los valores de solidaridad y apoyo mutuo que defienden las izquierdas.

 La mayoría social ya no está dispuesta a que la recuperación económica suponga dejar sin trabajo, casa, bienes públicos o derechos laborales y sociales a la gente para que las grandes empresas puedan disminuir costes, aumentar márgenes o mejorar sus ventas en el exterior. 

Y a esa voluntad ciudadana y al proyecto de país que implica el cambio que defiende la mayoría social responden las medidas de rescate de la gente. (...)"           (Gabriel Flores - nuevatribuna

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