"(...) No me detendré en este breve artículo a analizar cómo la opción del
Brexit ha triunfado en las zonas rurales ni cómo en las zonas más
avanzadas y cosmopolitas lo ha hecho la voluntad de mantener la
eurociudadanía. No hablaré tampoco del divorcio entre los trabajadores
cualificados y los no cualificados (lo que algunos designan,
erróneamente, como el enfrentamiento entre la clase media y la obrera).
Tampoco de cómo gran parte de las áreas periféricas e industriales han
abandonado el internacionalismo conservándolo para las películas
hollywoodienses de amenazas alienígenas y por el contrario han abrazado
el nacionalismo chauvinista de la parte más retrógrada, racista e
imperialista de la burguesía inglesa.
Algo que ciertamente habla muy mal
de la capacidad de la “izquierda realmente existente” para conectar con
los trabajadores y hacer pedagogía y estupendamente de los grandes
medios de derecha que, como The Sun o The Daily Mail,
llevaban décadas reproduciendo su hegemonía machacando e infectando a
los obreros con esos contravalores. No es momento de hablar de esos
asuntos que, aunque importantes, ya están siendo señalados por algunos
analistas.
(...) las consecuencias del voto a favor del abandono del espacio de
construcción europea serán netamente negativas para las sectores
populares. En especial para la clase trabajadora, donde se encuentra la
mayoría de la humanidad. Una clase omitida mediáticamente y ninguneada
desde la política institucional que se halla fragmentada
internacionalmente por diversas fronteras, pero conectada globalmente de facto por el mercado mundial.
No sabemos a qué tipo de acuerdos políticos llegarán las autoridades británicas y eurocomunitarias para amortiguar todos los problemas que acarreará la salida de Reino Unido de la UE (si es que al final se lleva a cabo), pero lo que es seguro es que los grandes negocios, aunque a corto-medio plazo se resentirán, indefectiblemente continuarán.
No sabemos a qué tipo de acuerdos políticos llegarán las autoridades británicas y eurocomunitarias para amortiguar todos los problemas que acarreará la salida de Reino Unido de la UE (si es que al final se lleva a cabo), pero lo que es seguro es que los grandes negocios, aunque a corto-medio plazo se resentirán, indefectiblemente continuarán.
Porque el marco de operaciones del capital es mundial y esto, nadie,
absolutamente nadie, desde dictadores de diverso signo hasta políticos
imperialistas, chovinistas o racistas, podrán evitar. (...)
Aunque a muchos en la izquierda le cueste reconocerlo, el comercio
mundial y las mestizas inversiones de capital allende las fronteras han
posibilitado que pese a la lamentable persistencia de las guerras (y los
imperialismos), vivamos en un mundo mucho más pacífico que en el
pasado.
Un ejemplo claro de ello es que desde la construcción de la UE,
los habitantes de los principales países europeos han disfrutado del
periodo de paz más largo de su historia.
(...) el voto del 23 de junio por el Brexit quedará consignado en los libros
de historia como un paso atrás para la humanidad. Que ese paso atrás sea
para hacernos conscientes de los peligros de vivir en el pasado y tomar
impulso, dependerá de nosotros.(...)
Como socialista, marxista e internacionalista digo sí a avanzar en la
construcción hacia una humanidad reunida en una polis universal que sea
capaz de enfrentar los grandes desafíos que plantea el capitalismo
entrelazado con la persistencia regresiva de los estados nación para la
raza humana: la desigualdad creciente, el cambio climático, el hambre,
las guerras, los refugiados de diversa índole, etc. Por eso digo sí a la
Unión Europea.
Por eso me declaro con más intensidad que nunca como militante del proyecto europeo de integración política,
porque pese a todo lo malo que hay que solucionar, las otras opciones
son mucho peores y plantean un escenario fértil para las divisiones de
la clase trabajadora y por ende, de la mayoría de la humanidad. Por no
hablar del reavivamiento de las posibilidades de nuevas y temibles
guerras fraticidas.
Por eso con fuerza digo sí a la Unión Europea y sí a otra Unión Europea, por supuesto. A una que aumente sus elementos progresivos (espacio Schengen que ahora muchos gobiernos burgueses quieren eliminar) unificación legal fiscal, laboral, judicial, sanitaria, medioambiental, etc.
Por eso con fuerza digo sí a la Unión Europea y sí a otra Unión Europea, por supuesto. A una que aumente sus elementos progresivos (espacio Schengen que ahora muchos gobiernos burgueses quieren eliminar) unificación legal fiscal, laboral, judicial, sanitaria, medioambiental, etc.
Sí a la UE como paso intermedio para una unidad política mundial
donde todos seamos ciudadanos con plenos derechos políticos y laborales,
donde no haya más refugiados ni un “vosotros” y “nosotros” que nos
divida y permita que algunos puedan mirar de arriba a abajo a sus
congéneres. Porque el socialismo será mundial o no será.
A muchos les parecerá utópica mi propuesta observando lo que nos rodea, pero lo ya no utópico, sino quimérico, es pensar que alguno de los grandes problemas que enfrentamos como especie y que nos afecta en nuestro día a día como individuos se vayan a solucionar sin que estemos unidos. ¿Cómo si no combatiremos el fraude fiscal, la especulación financiera o el cambio climático?
A muchos les parecerá utópica mi propuesta observando lo que nos rodea, pero lo ya no utópico, sino quimérico, es pensar que alguno de los grandes problemas que enfrentamos como especie y que nos afecta en nuestro día a día como individuos se vayan a solucionar sin que estemos unidos. ¿Cómo si no combatiremos el fraude fiscal, la especulación financiera o el cambio climático?
¿Cómo reduciremos la jornada laboral
para que el paro no siga aumentando ante la utilización capitalista de
las máquinas? Nada se solucionará presos en una pleyade de Estados donde
la clase dominante nos explotará a su merced como hacen los granjeros
con los animales divididos en los pastos y jaulas de su propiedad.
Por
eso es hora de borrar las fronteras que nos amputan como seres humanos,
por eso es momento de redoblar fuerzas y construir una Unión Europea más
fuerte y avanzada que sea atractiva para los habitantes de todo el
mundo. (...)" (Jon E. Illescas , Rebelión, 25/06/16)
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