22.9.16

Por qué Hillary Clinton perderá la elección presidencial

"Ya saben ustedes mi apuesta y apoyo a Bernie Sanders como candidato demócrata a las elecciones presidenciales estadounidenses de este mes noviembre. Esperaba que ganase, primero, la nominación demócrata; y, después, la presidencia de los Estados Unidos. 

Era una apuesta por nuestro bien y el de nuestros hijos. Pero al final no pudo ser. El aparato del partido demócrata y el conglomerado mediático, unido a ciertas dudas sobre la limpieza de las primarias, acabó apuntalando a Hilary Clinton.

 Pero en noviembre perderá claramente ante Donald Trump, a pesar de las encuestas. Hilary no es de fiar para la inmensa mayoría de los ciudadanos estadounidenses. Y si gana será por deméritos de su contrincante.  (...)

Hillary Clinton es, por un lado, puro establishment económico, al estar sostenida y sometida a las grandes corporaciones, al igual que el aparato de su partido, el demócrata. Por eso la inmensa mayoría de los votantes jóvenes que lo hicieron por Bernie Sanders se quedarán en casa. Por otro, representa a ciertos intereses geopolíticos que han producido mucho sufrimiento a nivel global

Ella es una de las responsables directas de los desastres que han supuesto para el mundo, pero muy especialmente para los habitantes de sus países, las distintas primaveras árabes, y otras como la ucraniana. Detrás de todas ellas sólo se trataba de frenar la pérdida paulatina de peso de los Estados Unidos, en mundo cada vez más multipolar. Y les ha salido francamente mal. 

(...) satisfacer la lujuria de poder de la élite a la que representa Hilary Clinton. Pero estamos muy equivocados. Ansían mantener y ampliar el actual statu-quo, donde las empresas registran ganancias récord a costa de los trabajadores; la evasión fiscal, legal e ilegal, se extiende; y se destinan miles de millones de dólares de los contribuyentes a subsidiar negocios privados, mientras se incrementa la pobreza de millones de estadounidenses. Pero además ansían perdurar el negocio de la guerra, y satisfacer así a las almas imperialista más ambiciosas.

Sin embargo quieren mucho más. El poder corporativo no es nada si no es implacable, se disolvería como un azucarillo. Su avaricia no conoce límites. Y por eso los gestores del poder corporativo deben atacar lo que queda de la democracia representativa.

Un ejemplo de lo que representa Hilary Clinton y su gente es el que está aconteciendo en el Estado de Colorado. La constitución de Colorado es demasiado democrática, y pone en duda el poder de las élites. Por eso el aparato del partido demócrata, con gente elegida por Hilary Clinton, como el senador Ken Salazar, se han unido a los republicanos para crear la proposición 71.

 Dicha proposición es un intento de "proteger" a la constitución del Estado de activismo ciudadano. ¿Saben ustedes quienes están detrás de estas presiones? Sí, acertaron, el lobby del gas y petróleo. Colorado a fecha de hoy es un campo de batalla entre la gente local, “Nosotros, el pueblo”, que quieren beber agua limpia, respirar aire limpio, vivir libremente y ejercer la democracia contra las compañías de combustibles fósiles, bien representadas por los partidos Demócrata y Republicano.

Lo que representa Hillary Clinton

Pero Hilary Clinton es mucho más. Como detalla Robert Scheer en su libro The Great American Stickup, y cito textualmente, “los Clinton, junto con un grupo nutrido de congresistas republicanos y demócratas obedientes, pusieron un enorme cartel de “se vende”, no sólo en el dormitorio Lincoln, sino en el resto de la Casa Blanca y el Capitolio, y de hecho, en el estado del bienestar de los estadounidenses. 

Era en realidad un esfuerzo bipartidista para anular las protecciones establecidas por Frank Delano Roosevelt en los días más oscuros de la Gran Depresión”.

 En noviembre de 1999, el Congreso de los Estados Unidos derogó la ley Glass-Steagall, la culminación de un esfuerzo de lobby de alrededor de 300 millones de dólares de la banca y las industrias de servicios financieros, encabezado en el Congreso por el senador Phil Gramm

Clinton traicionó la sabiduría subyacente en las reformas del New Deal de Franklin Delano Roosevelt y que permitieron, por un lado, rescatar al capitalismo de sus propios excesos; y, por otro, que el libre mercado se mantuviera libre de verdad mediante una regulación adecuada del interés público. La terrible ironía del capitalismo es que si se deja sin trabas colapsa. (...)

 Por eso, los Clinton, por lo que representan, por el enorme dinero depositado en ellos por establishment, quedan invalidados. Y eso lo saben los estadounidenses. Lo único a lo que puede agarrarse Hilary Clinton es que al final una gran cantidad de electores se vean “forzados” a elegir entre Guatemala y Guatepeor. Sin embargo, después de visitar este verano durante dos semanas varios Estados dispares del país norteamericano lo dudo."                   (Juan Laborda, Vox Populi, 17/09/16)

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