"Gracias a la tecnología, el pasado 6 de octubre pude seguir por Internet
la presentación en Barcelona del reciente libro de Joseph Stiglitz
sobre el euro. (...)
Cualquiera que haya seguido mis artículos y libros comprenderá la
satisfacción que sentí al escuchar a un premio Nobel de Economía
mantener punto por punto todas las tesis que sobre la Unión Europea, y
más concretamente sobre la Unión Monetaria, he venido defendiendo desde
hace lo menos 25 años (véase mi libro “Contra el euro”). (...)
Son ya bastantes los que, al comprobar los nefastos resultados,
cuestionan las políticas aplicadas estos años en la Eurozona, pero muy
pocos se atreven a llegar al fondo de la cuestión pues, tal como dejó
claro el otro día Stiglitz, el problema es más hondo.
No hay ninguna
duda de que la política de la austeridad ha originado los efectos
contrarios a los pretendidos (lo dice ya hasta el FMI) y de que el BCE,
principalmente en la época de Trichet, fue a contracorriente de los
demás bancos centrales subiendo los tipos de interés cuando ya estaba
encima la recesión; incluso, en la etapa de Draghi se actuó con mucho
retraso.
Pero el análisis debe ir mucho más allá, porque el defecto no
se encuentra solo en las políticas aplicadas, sino en el propio diseño
de la Unión, afecta a su propia esencia.
De ahí que los planteamientos de Stiglitz, tanto en el acto de
Barcelona como en su nuevo libro, sean radicales. No constituyen una
enmienda parcial, sino a la totalidad; no es un envite, es un órdago; la
flecha se dirige al corazón, muestra la incongruencia del proyecto
europeo:
1) Una integración monetaria no se puede realizar sin una integración política.
2) La condición para que una Unión Monetaria pueda subsistir es que
no haya desequilibrios en el sector exterior de los países, cosa
sumamente difícil, por no decir imposible, o que exista una unión
presupuestaria y fiscal capaz de compensar estos desequilibrios mediante
una política redistributiva.
3) La crisis en Europa tiene su origen en el euro. Tuvo sus
características y causas propias independiente de la de EE.UU, que solo
fue su detonante.
4) El euro permitió que el desequilibrio del sector exterior de los
países europeos alcanzase niveles antes desconocidos, que de ningún modo
se hubiesen producido, al menos en esa cuantía, de no estar en la Unión
Monetaria. Unos presentaban superávit y otros déficit. Los
excedentarios prestaban a los deficitarios, hasta que con ocasión de las
hipotecas subprime cundió la desconfianza, la huida de
capitales y con ella la crisis, crisis de la que Europa aún no ha
salido, mientras parece que EE.UU. sí lo ha hecho.
5) Ante los desequilibrios del sector exterior, los países de la
Eurozona no cuentan con el instrumento de ajuste más lógico, el tipo de
cambio. Además, los tratados crean un sistema asimétrico porque, en
contra de las enseñanzas de Keynes, el ajuste se impone solo a los
deficitarios.
6) Alemania y otros países del Norte no han ajustado sus balanzas de
pagos y continúan manteniendo un cuantioso superávit, lo que no solo
crea graves problemas al resto de países de la Eurozona, sino a toda la
economía mundial.
6) El sistema es insostenible y se encuentra en un equilibrio
inestable. O bien se avanza, hacia una unión política, o bien se
retrocede y se desmonta la Unión Monetaria.
7) La constitución de la unión política parece imposible. Los
países del Norte nunca aceptarán la integración presupuestaria y fiscal y
la considerable transferencia de recursos que representaría de unos
países a otros. La prueba palpable es la enérgica repulsa que ha
suscitado toda medida por pequeña que sea consistente en la
socialización de pérdidas o de riesgos, como la mutualización de la
deuda.
8) El retroceso puede ser total con la ruptura de la Eurozona o
parcial admitiendo ciertos grados de flexibilidad, por ejemplo, la
creación de dos euros, uno para los países del Norte y otro para los del
Sur. Esta segunda opción, al igual que la salida de Alemania de la
moneda única, representaría sin duda un alivio a corto plazo, pero a
medio plazo retornarían las contradicciones entre los países que
permaneciesen, a no ser que se constituyese la unión política.
9) La desaparición del euro podría realizarse mediante un divorcio
amistoso en el que, a la vista de las contradicciones, todos los países
acordasen cómo volver a las monedas nacionales de la forma menos
traumática posible.
10) Lo más verosímil, sin embargo, es que los mandatarios europeos,
bien de las instituciones bien de los gobiernos, adoptando la postura
del avestruz, continúen en una huida hacia adelante, colocando parches,
hasta que cualquier nuevo detonante imprevisto dé lugar a un estallido
catastrófico en la economía que haga saltar por los aires un edificio
tan débilmente construido y tan plagado de contradicciones. Con toda
probabilidad, las consecuencias para todos los países serán graves.
El título del libro “El euro: cómo la moneda común amenaza el futuro
de Europa” constituye un resumen, creo que acertado, de todos los puntos
anteriores, desarrollados por los dos intervinientes en el acto del día
6 en Barcelona. No puedo estar más de acuerdo con ellos. (...)" (Juan Francisco Martín Seco, República.com, 13/10/16)
Alternativa a la salida del euro: europeseta electrónica de circulación interna
Existe una descripción con mucho humor, de economía-ficción,
sobre los beneficiosos efectos que se producirían si en Italia, el gobierno
impusiera una moneda digital (allá por el 2020), para salir de la quiebra
económica y política a la que la permanencia en el euro habría llevado al país. El objetivo se conseguiría rápidamente.
Los únicos perjudicados, los
especuladores de la deuda. Ver: J. D. Alt: ‘Europa,
2020: una ucronía iluminadora’. http://www.sinpermiso.info/textos/index.php?id=5467 )
Los artículos de Juan José R. Calaza (Juan José Santamaría y Juan Güell) muestran con
gran claridad las ventajas de una europeseta electrónica de circulación interna:
Para entender la europeseta electrónica. Qué es y, sobre todo, qué no es. Enlace: http://www.farodevigo.es/opinion/2012/12/02/entender-europeseta-electronica/720458.html
Para salir de la crisis sin salir del euro: España
debe emitir europesetas (electrónicas). Enlace: http://www.farodevigo.es/opinion/2011/11/27/salir-crisis-salir-euro-espana-debe-emitir-europesetas-electronicas/601154.html
Las europesetas electrónicas, complementarias al euro, estimularán el crédito sin efectos colaterales perversos. Enlace: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=165815
Juan Torres insiste en que es necesario emitir una moneda complementaria al euro. Sus artículos:
Marear la perdiz. Enlace: http://ccaa.elpais.com/ccaa/2013/02/08/andalucia/1360327224_588117.html
Hay alternativas, incluso dentro del euro.
Enlace: http://juantorreslopez.com/publicaciones/hay-alternativas-incluso-dentro-del-euro/
Más información en: 'Si Grecia, España, o
Andalucía emitiesen una moneda digital, respaldada por la energía solar
instalada en sus tejados, alcanzarían la soberanía financiera. La de dar
créditos a familias y empresas': http://comentariosdebombero.blogspot.com.es/2014/06/si-una-autonomia-o-una-gran-ciudad.html
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