2.7.24

Si Macron es tan impopular, ¿cómo es que la que se está beneficiando es extrema derecha y no la izquierda? Parte de la respuesta reside aparentemente en la derrota de los recientes movimientos sociales y el consiguiente escepticismo ante la perspectiva de revertir la remodelación de la legislación social y laboral francesa llevada a cabo por Macron. Si el movimiento del año pasado contra las reformas de las pensiones fue impresionante, su composición real (huelgas continuas en los sectores más afectados, además de manifestaciones socialmente más amplias) no demostró concretamente que el trabajo organizado puede ganar... Le Pen se benefició de la derrota de la resistencia (David Broder)

 "(...) deberíamos enfrentarnos a otro problema clave: si Macron es tan impopular, ¿cómo es que se está beneficiando la extrema derecha y no la izquierda? Y si Le Pen suele ganar gracias a la abstención masiva, ¿por qué no ha ayudado esta vez el aumento masivo de la participación? El moderado aumento del resultado de la izquierda (del 25,7 al 28%) desde la primera vuelta de la contienda de 2022 es mejor de lo que una izquierda dividida podía temer hace unos meses, pero queda empequeñecido por la subida paralela de la RN (del 18,7 al 33).

Parte de la respuesta reside aparentemente en la derrota de los recientes movimientos sociales y el consiguiente escepticismo ante la perspectiva de revertir la remodelación de la legislación social y laboral francesa llevada a cabo por Macron. Si el movimiento del año pasado contra las reformas de las pensiones fue impresionante, su composición real (huelgas continuas en los sectores más afectados, además de manifestaciones socialmente más amplias) no demostró concretamente que el trabajo organizado puede ganar. Como ha señalado Ugo Palheta, Le Pen se benefició tanto de la medida antisocial de Macron como de la derrota de la resistencia.

Esto está relacionado con un giro más profundo en los planteamientos de una parte del electorado, mal captado por ideas como el «populismo económico». Explica la base sobre la que, más allá de políticas concretas, la extrema derecha ha construido una especie de contrahegemonía, que acepta muchos postulados ya mainstream. De nuevo, una gran parte de los obreros (el 51% de los que votaron, según el sondeo de Ipsos de anoche) apoyaron a la candidata Le Pen, pero lo hicieron junto con un número creciente de la clase media más estable, así como de pensionistas, antes más escépticos respecto al partido.

Como muestra el politólogo Luc Rouban con datos de sondeos recientes en su La vraie victoire du RN, los supuestos de los votantes de este partido son, de hecho, cada vez menos fuertemente antisistémicos, menos diferentes de los de otros partidos, y expresan una confianza creciente en la empresa privada en particular. Lo que Bardella y Le Pen reivindican es la meritocracia y el mercado, pero no «sesgados» políticamente contra los franceses y los pequeños productores. Esto se plantea en términos nacionalistas y racializados: es decir, que las minorías y los extranjeros se ven hoy favorecidos por los políticos de izquierdas y necesitan que se les muestre su lugar (subordinado). Pero se imagina como una lucha contra la competencia desleal y las élites que trabajan contra la mayoría. Este es el llamamiento de Bardella a los propietarios de viviendas, a los autónomos y a los votantes de clase media que temen la presión social a la baja, no sólo a los «dejados atrás». (...)

Un gobierno dominado por la Agrupación Nacional, o dirigido por Bardella, no aceptará dócilmente una condición subordinada, sino que se opondrá a la presidencia de Macron, rechazando las restricciones a su propia autoridad, en la larga campaña para las elecciones presidenciales de 2027. Puede entablar batallas sobre la ciudadanía por derecho de nacimiento, los poderes policiales, la «preferencia nacional» y la contratación de ciudadanos con doble nacionalidad, también con la esperanza de que la resistencia de los jueces superiores o de las autoridades de la UE alimente su impulso.

Aún queda mucho por decidir. La segunda vuelta del 7 de julio puede privar a Le Pen de una mayoría absoluta, y sus números podrían reducirse más seriamente si otros partidos se unen contra ella. Pero no cuenten con ello. El llamado centro de Francia está haciendo las paces con la perspectiva de un gobierno dominado por Le Pen."                      ( , JACOBINLAT, 01/07/24)

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