15.1.10

Los brotes verdes están en el aire... si se recortan las ayudas

"Cuando lean las noticias económicas, es importante que recuerden, ante todo, que los hechos pasajeros -cifras positivas ocasionales que no significan nada- son habituales hasta cuando la economía está, de hecho, atascada en una depresión prolongada.

Estos hechos pasajeros suelen ser, en parte, ilusiones estadísticas. Pero, lo que es aún más importante, suelen estar provocados por un "repunte del inventario". Cuando la economía entra en crisis, las empresas suelen encontrarse con muchísimas existencias de productos no vendidos.

Para quitarse de encima el exceso de inventario, reducen radicalmente la producción; una vez que han dado salida a las existencias sobrantes, vuelven a aumentar la producción, lo que se refleja en el PIB como una subida repentina del crecimiento. Desgraciadamente, el crecimiento provocado por un rebote del inventario es un hecho aislado, a menos que se recuperen las fuentes subyacentes de la demanda, como el gasto de los consumidores y la inversión a largo plazo.

Y esto nos lleva al fondo aún sombrío de la situación económica.

En los años de vacas gordas de la década pasada, si se les puede llamar así, los motores del crecimiento fueron el auge inmobiliario y el aumento del gasto de los consumidores. Ninguno de los dos va a volver. No puede haber un nuevo boom inmobiliario mientras el país siga plagado de casas y pisos vacantes como consecuencia de la expansión anterior, y los consumidores -que son 11 billones de dólares más pobres que antes del desastre inmobiliario- no están en situación de volver a los hábitos de antaño de comprar ahora y no ahorrar nunca.

¿Qué nos queda? Un auge de la inversión empresarial nos vendría realmente bien en estos momentos. Pero es difícil decir de dónde podría provenir ese auge: el sector industrial está inundado de exceso de capacidad, y los alquileres comerciales se hunden ante la enorme cantidad de espacio sobrante para oficinas.

Así que lo más probable es que cualquier buena noticia económica que oigan en un futuro próximo sea un hecho pasajero, no un signo de que hemos iniciado una recuperación sostenida. (...)

¿Se dará cuenta la Reserva, antes de que sea demasiado tarde, de que la tarea de luchar contra la crisis no ha concluido? ¿Lo hará también el Congreso? Si no es así, 2010 será un año que empezará con falsas esperanzas económicas y terminará con sufrimiento." (PAUL KRUGMAN: Esa sensación de 1937. el País, Negocios, 10/01/2010, p. 7)

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