7.9.12

España está intervenida y lo peor es que es normal que así sea porque somos un país en quiebra. que tiene tres caminos: salir del euro, no salir y estar 20 años en recesión, o suspensión de pagos

"Telegráficamente, cuatro cuestiones: ¿hay que salir del euro o hay que permanecer en él? 
 
Pues telegráficamente te contesto: hay que permanecer en él preparando la salida para que ésta resulte lo menos traumática posible, es decir, hay que salir del euro tratando de minimizar los costes de salida. Puede hacerse."      (Rebelión, 05/09/2012, Salvador López Arnal)

"España está intervenida y lo peor es que es normal que así sea porque somos un país en quiebra que no es que se encuentre ya al borde del abismo sino que está en una caída libre (...)

Y es que un país con una deuda que, según datos del Banco de España, a finales de 2011 era ligeramente superior al 400% del PIB, de la cual un 325% era deuda del sector privado (familias, empresas financieras y empresas no financieras), es un país quebrado por culpa de dicho sector y que se enfrenta a un "trilema" complejo frente al que no caben huidas hacia adelante.

La primera opción es aquélla de la que nadie quiere hablar salvo, paradójicamente, los finlandeses: la salida del euro. Sí, han leído bien, España debe plantearse su permanencia en el euro, ya sea como estrategia de negociación ya sea como posibilidad real. ¿Que generaría un recorte muy agudo en las condiciones de vida de los ciudadanos de este país? Sin duda.

 Pero es que los términos de elección actuales no son entre un bien y un mal, sino entre dos males: uno intenso y corto en el tiempo si sale del euro, pero que ofrece perspectivas positivas a medio plazo por la vía de recuperación de la soberanía sobre los instrumentos de la política económica; y otro largo y sin visos de finalización a medio o largo plazo si se permanece en el euro porque esto sólo podrá lograrse a costa de recortes en el bienestar ciudadano hasta niveles de empobrecimiento de la población y polarización social propios de países en vías de desarrollo. 

La segunda es permanecer en el euro asumiendo su arquitectura actual y el sentido de las reformas que se están produciendo en la misma y que, como el Pacto Fiscal Europeo, reducen aún más los márgenes de maniobra de los Estados miembros e imponen la austeridad como única política fiscal posible ad infinitum

En ese marco y con los niveles de deuda de la economía española señalados, nos enfrentamos a una recesión que puede alargarse fácilmente 20 años que es, por término medio, lo que duran los procesos de desapalancamiento de las economías que se encuentran en un proceso de recesión de balances como en el que se encuentra la economía española.

Y la tercera opción sería hacer frente a nuestra realidad, una deuda privada impagable, y tirar de las recomendaciones que el Fondo Monetario Internacional realizaba en su último informe bianual sobre “Perspectivas de la Economía Mundial”, esto es, acometer un proceso de quita de la deuda privada. Sí, en efecto, han leído bien.

Es el propio Fondo Monetario Internacional, templo de la ortodoxia económica, el que está planteado que la única solución para economías como la española, con ese nivel de apalancamiento privado y en un contexto de caída del precio de las garantías que sirvieron de colateral, es proceder a una reestructuración ordenada de la deuda, que necesariamente debe implicar quitas y que esté orientado a reequilibrar el servicio de la deuda con la capacidad de pago de los deudores.

 Evidentemente, ello debe hacerse a costa de los acreedores, principales beneficiarios durante los años de bonanza del “milagro” español, incluidos los bancos alemanes. A ver quién le pone ahora el cascabel al gato."         (Rebelión, 12/07/2012)

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