"(...) ¿Tiene usted alguna explicación a la fijación de los
empresarios españoles con los salarios cuando está demostrado que sólo
representan aproximadamente el 10% de los costes de una empresa
tecnológicamente bien dotada?
Me voy a limitar a hacer una cita de autoridad de un viejo maestro,
José Luís Sampedro. Él dijo, “esta crisis es una manifestación más de la
lucha de clases”. Creo que esta obsesión en los salarios es una actitud
atávica y clasista de no pocos empresarios. Pero en el fondo hay otro
problema, más global, el de la gobernanza corporativa.
El capitalismo
se sustenta en sociedades anónimas, de accionistas episódicos que no
ejercen sus derechos de propiedad como lo concebían nuestros maestros
clásicos, desde Adam Smith a Carlos Marx.
Esos derechos son ejercidos
por ejecutivos que no son propietarios y que los pueden ejercer porque
los propietarios de las acciones, hoy están y mañana marchan, y ponen su
dinero en empresas que no saben ni a que se dedican. No les importa que
el consejero delegado tenga una retribución de diez millones y que se
ponga bonus cada tres meses para coger el dinero y salir corriendo con
políticas cortoplacístas.
La idea clásica de permanencia del empresario en el capital suponía
que había interés en la mejora del producto, en la formación de los
trabajadores, en su remuneración correcta.
Todo ello ha desaparecido
con la gobernanza de las empresas por agentes que no son propietarios. Y
son estos agentes, estos ejecutivos los que empiezan a conformar una
nueva clase social que explica una cultura empresarial atávica en la
que los trabajadores cuentan muy poco." (Entrevista a Jorge Fabra Utray, Economistas frente a la crisis, 23/11/2013)
No hay comentarios:
Publicar un comentario