"La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ha decidido anular la subasta energética
de ayer que se cerró con una subida del precio de la electricidad del
25,6%, lo que hubiera encarecido el recibo de la luz a partir de enero
en aproximadamente un 11%. El motivo es que se ven indicios de
manipulación.
Las dudas sobre las subastas energéticas llevan ahí muchos años. Las
acusaciones de que están diseñadas mal surgen cada vez que se producen
estas subastas y no es una novedad. La primera pregunta es por qué precisamente ahora se decide intervenir.
El escándalo social por una subida tan brutal del recibo ha sido
mayúsculo, máxime cuando hasta hace unos días la idea que se vendía
desde el Gobierno es que el recibo no iba a subir nada. Una teoría de la
intervención es que el escándalo era demasiado grande para dejarlo
correr y el Gobierno ha decidido frenarlo.
Pero lo más importante, creo yo, es que si la CNMC
demuestra que las subastas están mal diseñadas y que las eléctricas
pactan ilegalmente precios habría que anular todas las subastas que ha
habido en el pasado y establecer un nuevo sistema que fije los precios y
compensar a los consumidores por lo que nos han estafado en el pasado.
Por supuesto esto no va a ocurrir, en el sector energético hay muchos intereses
y un rescate encubierto a las empresas eléctricas para evitar que
quiebren. Lo que pasó ayer es que se les ha ido de las manos la subida
que proponía, quizá por una pérdida de sintonía con el Gobierno debido a
que no han decidido asumir la parte comprometida del déficit de tarifa.
La fijación de precios y el sistema eléctrico en España es muy
complicado. De hecho dicen que si lo entiendes es que realmente no te
has enterado bien. Pero una cosa está clara, todos los problemas vienen de la sobrecapacidad instalada en los años de la burbuja.
Las previsiones de la demanda energética eran completamente irreales y
se construyó mucha capacidad, tanto de energía tradicional
(principalmente ciclo combinado) como alternativas (fotovoltaica,
eólica). Ahora tenemos muchas centrales paradas recién construidas
porque la demanda es incluso más baja que en esos años, no netamente
superior.
El problema es que todas esas instalaciones hay que amortizarlas y
seguramente si se hiciera las eléctricas estarían en quiebra. ¿Cuál es
la solución? Pagar a las empresas el precio de lo consumido como si
estuviéramos consumiendo lo que se suponía que íbamos a demandar.
Lo normal sería dejar que las empresas que tienen sobrecapacidad se
coman las pérdidas y dejar tranquilos a los consumidores. Pero muchas de
las obras fueron avaladas por el Estado en forma de decretos que
garantizaban ciertos beneficios, para atraer la inversión. Se ha hablado
bastante del caso de las primas a las renovables, pero no es el único
problema.
La solución pasa porque las eléctricas de España lo pasen realmente
mal. Hay que hacer un diseño del sistema energético que primero, antes
de meter la mano en el bolsillo a los consumidores, vacíe las arcas de las eléctricas.
Y es lo que de momento no se ha atrevido a hacer ningún Gobierno.
Siempre han pretendido que las reformas eléctricas no afecten al
beneficio de las empresas que operen en España y esto no es posible de
mantener mucho más tiempo." (Alejandro Nieto González, El blog salmón, 20/12/2013)
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