"Leyendo las portadas de los diarios publicadas estos días pareciera que
Podemos supera hoy los 202 diputados y su llegada al Gobierno es un
destino inexorable al que solo resta esperar. (...)
Sin embargo, la más simple lectura de los datos del CIS desmiente estos
titulares y deja claro que, si las elecciones fuesen mañana, las ganaría
el PP. Con independencia de las variaciones porcentuales entre unas y
otras encuestas, todos los expertos saben que, a fecha de hoy, esto
sería así. (...)
Si las elecciones fuesen mañana, el PP volvería a imponerse como fuerza
más votada y, aunque en un escenario distinto, con toda probabilidad
lideraría —con éxito— una negociación con el PSOE para formar Gobierno.
Que no nos engañe nadie. Por el momento, esto es lo que hay y, aunque el
rumbo es favorable, falta camino para que haya otra cosa. (...)
Los que mandan en Génova lo saben y, por eso, tras una sucesión de
movimientos erráticos, por fin han dado con una estrategia capaz de
hacer frente a su caída sin tener que hablar de los 1.900.000 empleos
destruidos entre 2011 y 2013, la troika, los recortes, el 30% de niños
en situación de pobreza, la reforma laboral, las tasas judiciales, la
Gürtel, Güemes y Lamela, Granados, el comisionista Aznar, la
financiación de los partidos, las prescripciones, los sobres, el jaguar
en el garaje, las tarjetas black, la lencería fina y los puros.
La élite
en el poder del PP ha encontrado un camino para salir del estercolero,
algo que parecía casi imposible hace seis meses.
La táctica es sencilla y
esa es una de sus grandes fortalezas. Primero deben activar tanto miedo
como sean capaces y convencer a cuantos puedan de que las próximas
elecciones son las más trascendentales de nuestra historia, más incluso
que las de 1977.
Después tienen que lograr que los medios de
comunicación solo hablen de las encuestas para discutir quién va ganando
y olviden mencionar los problemas de la gente, las condiciones de vida
de las grandes mayorías o las valoraciones de la gestión del Gobierno.
Finalmente, deben convencer a los periodistas y a la sociedad de que
Podemos va ganando y, entonces, sacar su capa de superhéroes del orden y
ofrecerse como única alternativa con garantías para salvar el país. (...)
Una táctica arriesgada, impropia de Mariano Rajoy, pero muy propia de una situación desesperada. Pero, bien mirado, ¿cómo si no?" (
Carolina Bescansa , El País,
18 NOV 2014 )
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