"(..) Pide una tasa sobre la renta del 80% para evitar “comportamientos tóxicos” por parte de superejecutivos.
Bueno, soy pragmático y estoy dispuesto a negociar un 70% [risas]. No
he encontrado evidencias de que sea útil pagar a los ejecutivos 10
millones de euros. Lo he intentado realmente, buscando mejores
comportamientos, productividad, pero no he podido.
En EE UU entre 1960 y
1980 el tipo máximo en el IRPF, para más de un millón de dólares, era
el 82%. Aparentemente, eso no destruyó el capitalismo estadounidense, de
hecho el crecimiento fue en esos años superior al de después de Reagan.
Sería más fácil para Estados Unidos [aplicar subidas de impuestos] que
en un país europeo individual, porque en Europa la posibilidad de
trasladar las sedes de las compañías limita el margen de lo que un país
puede hacer.
Habla de una falsa meritocracia.
Es un juego en el que el ganador se lo queda todo y después intenta
pretender que eso es lo mejor para el interés de la sociedad. Lo llamo
extremismo meritocrático, y es una tendencia a justificar cualquier
nivel de desigualdad en base al mérito. Tenemos que someter este
discurso al escrutinio público y examinar estas justificaciones.
Hay relación entre la desigualdad y la inestabilidad financiera
Sí, en EE UU la desigualdad ha contribuido no solo al estancamiento
de la renta mediana sino también al aumento de la deuda y a un sistema
financiero inestable. (...) (Entrevista a Thomas Piketty, Cinco Días, 20/11/2014)
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