"(...) “España
iba por el buen camino con su inversión en energía solar, pero el
Gobierno cambió completamente su política: es una pena”. Luego habló
directamente sobre el presidente del Gobierno:
“Rajoy dice que yo soy un
teatrero que vive en la fantasía. Pues entonces, Alemania también es
una teatrera, que va justo en la dirección que yo propongo y cuya
canciller me llamó justo después de formar el último Gobierno.
O el
vicepresidente de Google, que afirma que en pocas décadas sólo habrá
energías renovables. O el New York Times, cuyo periodista, Justin Gillis, publicaba el otro día en portada un artículo hablando de las cuestiones que planteo en mi libro”.
Pero dijo algo más inquietante, al
mismo tiempo que esperanzador: “Si el Gobierno español quisiera, mañana
mismo se empezarían a crear puestos de trabajo. Hace falta rehabilitar
los edificios para que creen energía verde, para que sean eficientes
energéticamente.
Hay que cambiar los cableados, tienen que renovarse las
autopistas y prepararlas para el coche eléctrico, habrá que poner
millones de sensores, zonas donde cargar los coches, etc. Para hacer la
transición a la nueva economía se necesitarán 40 años, eso son dos
generaciones. Es mentira decir que no hay dinero, hay inversores
privados, hay fondos de la UE, inversiones que puede realizar el
Gobierno en lugar de seguir subvencionando las energía fósiles.
Si Nord
Pas de Calais, que es una región pobre del norte de Francia puede
hacerlo, España también puede. Allí hay grandes empresas como Schneider o
Renault, que están trabajando con pequeños empresarios de la zona”.
Pero claro, para todo eso hace falta un contexto: “Tiene que haber
capacidad de liderazgo en política. Y una sociedad civil que esté muy
activa”. (...)" (Entrevista a Jeremy Rifkin, en Ssociólogos, Jorge Berástegui en Huffingtonpost)
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