20.1.15

¿Qué se entiende por "reestructuración" de la deuda? El traspaso de la deuda de los bancos privados, que se salvan, a los poderes públicos de las potencias acreedoras

"(...) Una reestructuración de la deuda soberana puede concretarse bajo dos formas principales:

1º. Una renegociación de la deuda: mediante una reducción de los tipos de interés para disminuir el servicio de la deuda y/o una ampliación del calendario de pagos.

2º. Esta puede ir unida a una reducción de la deuda (disminución del stock de la deuda por abandono de acreencias debidas). La mayor parte de las veces pasa por un reemplazo de viejos títulos o viejos contratos por otros nuevos. La reducción de la deuda puede pasar por una recompra de deudas con liquidez.

La compra de deuda en efectivo rara vez tiene lugar. Sobre los 600 casos de reestructuración que ha habido entre 1950 y 2010, solo 26 implicaron una recompra de deuda mediante liquidez. Se trata pues de una ínfima minoría que, en la mayor parte de los casos, estaba ligada a la iniciativa PPME (Países Pobres Muy Endeudados). En realidad, lo que ocurría durante esa iniciativa es que una parte de los acreedores pagaban a otros acreedores una parte de las deudas acumuladas por el país en cuestión. (...)

Las reestructuraciones de deudas soberanas tienen lugar por tanto en situaciones de crisis, a menudo como respuesta a un impago (suspensión de pagos total o parcial) o ante el riesgo de impago por parte del país deudor. Cuando el FMI, el Club de París o la troika (como ha sido el caso de Grecia en 2012) intervienen para organizar una reestructuración de la deuda, pretenden restablecer la solvencia de un país deudor simplemente haciendo que la deuda sea sostenible en términos de su pago. 

 A menudo, como contrapartida a la reestructuración los acreedores imponen unas condiciones contrarias a los intereses del país endeudado y sobre todo a los de su población.

Por otro lado, las estrategias geopolíticas de los acreedores juegan un papel determinante en la elección de los países con los que se acuerda una reestructuración y los términos de esta.

Grecia procedió a una reestructuración de su deuda que no le sirvió para mucho, ¿por qué?

Exactamente. El contexto fue el siguiente: a partir de comienzos de 2010, Grecia ha sido víctima de ataques especulativos de los mercados financieros que exigían tipos de interés exagerados en contrapartida a la financiación de su deuda. Grecia estaba al borde de la cesación de pagos, ya que no conseguía refinanciar su deuda a tipos de interés razonables. 

La troika intervino con un plan de ajuste estructural bajo la forma de «Memorándum». Se trataba de conceder nuevos créditos a Grecia con la condición de que pagase la deuda a sus acreedores. Es decir, en primer lugar a los bancos privados europeos, y por este orden a los bancos franceses, alemanes, italianos, belgas… Esos créditos estaban también acompañados de medidas de austeridad que tuvieron un efecto devastador, catastrófico, en las condiciones de vida de la población y en la propia actividad económica.

En 2012, la troika organizó una reestructuración de la deuda griega pero solo de la parte relativa a los acreedores privados, es decir a los bancos comerciales privados de los Estados de la Unión Europea que, aunque ya habían logrado desligarse de buena parte de la deuda griega, todavía conservaban algunas acreencias sobre Grecia, así como de otros acreedores privados tales como los fondos de pensión de trabajadores griegos. Esta reestructuración implicaba una reducción de la deuda helena del orden del 50% al 60% con respecto a la de sus acreedores privados.

 La propia troika, que había prestado dinero a Grecia a partir de 2010, organizó la reestructuración de la deuda griega pero rechazaba disminuir las acreencias que poseía. (...)

Se intentó hacer creer a la opinión pública internacional y a la población griega que los acreedores privados habían consentido asumir unos esfuerzos considerables en consideración con la dramática situación en la que se encontraba Grecia. En realidad, esa operación no fue en absoluto benéfica para el país en general, y todavía menos para su población.

Después de una momentánea bajada de la deuda durante el año 2012 y comienzos de 2013, la deuda griega subió de nuevo y superó el nivel alcanzado en 2010-2011. Las condiciones impuestas por la troika arrastraron una dramática caída de la actividad económica del país, el PIB se redujo en un 25% entre 2010 y comienzos de 2014. (...)

 ¿Cuál es la comparación que haces de esa reestructuración de la deuda griega con el Plan Brady que fue desplegado en los países del Sur tras la crisis de la deuda que había estallado en 1982?

El Plan Brady se puso en marcha efectivamente a finales de los años 1980 y concernía a una veintena de países endeudados del Sur. Se trataba de un plan de reestructuración de deudas con un intercambio de acreencias bancarias por títulos con garantía del Tesoro estadounidense, bajo la condición de que los bancos acreedores redujeran el monto de las deudas, y que volvieran a poner dinero en circulación. 

El volumen de la deuda fue reducido en un 30% en algunos casos, y los nuevos títulos (los bonos Brady) garantizaron un tipo de interés fijo de alrededor del 6%, lo que era muy favorable para los banqueros. De esa manera se arreglaba el problema de los bancos y se postergaba la solución para los deudores.

Encontramos los mismos ingredientes que componían el plan Brady en los planes de reestructuración de deuda impuestos a Grecia, pero también en Irlanda, Portugal y Chipre.

1º: El Plan Brady, así como los memorándums impuestos a los países de la "periferia" de la Unión Europea, tienen en común el hecho de que las autoridades públicas de las grandes potencias y de las instituciones internacionales reemplazan como principales acreedores a los bancos privados. 

Todos esos planes tienen por fin permitir a los bancos privados retirarse como acreedores principales de los correspondientes países y salir de esa situación bien parados, al ser reemplazados por los poderes públicos de las grandes potencias acreedoras y por las instituciones multilaterales como el FMI.

 Es exactamente lo que pasó con el Plan Brady. En Europa es la Comisión Europea, el Mecanismo de Estabilidad Europeo (MEDE), el BCE y el FMI quienes han reemplazado como acreedores, progresiva y masivamente, a los bancos comerciales y a otras instituciones financieras privadas.

2º: Todas esas operaciones están, por supuesto, bien acompañadas de condicionalidades que imponen la instauración de políticas de austeridad y de orientación neoliberal extremadamente duras.

3º: El otro punto común es el fracaso de esas reestructuraciones para los países deudores. En el marco del Plan Brady, incluso economistas neoliberales como Kenneth Rogoff y Carmen Reinhart reconocen que ese plan no fue beneficioso para los países afectados: las reducciones de deuda fueron finalmente mucho más débiles que las previstas y, en el largo plazo, el monto total de la deuda, aumentaba y los montos reembolsados eran considerables. Podemos decir lo mismo de Grecia, Chipre, Portugal e Irlanda. (...)"           (Entrevista a Éric Toussaint, Público, 19/01/2015)

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