"¿Porque Obama H. presidente de
los EE.UU pasa factura política y militar al gobierno bolivariano de
Nicolás Maduro a causa de la corrupción? ¿Por qué amenaza a Venezuela
acusándole de constituir un cartel mafioso cónsono con la violación a
los derechos humanos?
Hay un problema que también llama la atención, si
la pelea de Obama es contra Venezuela
o contra funcionarios públicos o exfuncionarios públicos vinculados a
mafias china (emperador) o rusas (Clotilde), vinculadas a “negocios
turbios” que “le cargan a la elite chavista” (tránsfugas chavistas o
boliburguesas) lucha que debe ser de carácter penal en el marco del
derecho internacional y no contra los derechos de un estado, una nación
un país, porque de ser así contra los funcionarios en función que nada
tienen que ver con negocios privados, el mensaje político que envía
Washington es contra Venezuela y no contra los corruptos, y en todo caso
cuando apela en su Decreto en defensa de “los presos políticos en
Venezuela” por causas penales en Venezuela por desestabilizar el país
(guarimbas) recurre a una flagrante intervención en los asuntos internos
en Venezuela en a violación del derecho internacional con la excusa de la defensa de los derechos humanos porque “la oposición ha perdido la calle”.
¿Dónde fueron a parar los 25
mil millones que se fugaron de Cadivi, órgano del gobierno?, se pregunta
Gloria Bastidas en relación a la fuga de capital en Venezuela, por
debilidades y complicidades de funcionarios en el 2012?
Esto apunta a
delitos financieros cometido en Venezuela y no en Estados Unidos, a
daños al patrimonio del erario público venezolano, en todo caso, los
EE.UU tienen buenos “sabuesos de la geopolítica internacional” capaces
de como dice Manuel I. Molina, que su “legislación interna y los
acuerdos internacionales contra la corrupción y legitimación de
capitales, como para perseguir esas mafias y sus capitales sucios en el
mundo, con la Interpol, las agencias nacionales de todos los países
afectados”, pueda dar una respuesta en el marco de la legalidad
internacional y no tiene por tanto motivos Obama para recurrir “al más
puro estilo vehemente de la política Joseph MacCarthy” (Gloria
Bastidas), de perseguir la revolución bolivariana, (el comunismo), una
cacería que puede dar lugar a masivas violaciones de los derechos
humanos en Venezuela a cuento de perseguir chavistas, alcanza hasta los
no chavistas, pasando por encima del derecho a la autodeterminación de
las naciones. (...)
Barak Obama, presidente de los EE.UU cansado del papel de la oposición venezolana a quien apuesta para retomar el poder y las inversiones en la faja del Orinoco, decide “apretar el acelerador”, actuar personalmente ya que hay una disputa electoral, decide condenar a Venezuela, amenazarla, intervenir en sus asuntos para influir en el clima electoral a favor de la oposición, polarizar el país, por temor de que el chavismo gane de nuevo el proceso electoral de las parlamentarias, trata de agotar al gobierno, distraerlo de su campaña electoral empeñado en una lucha antimperialista, estigmatizar al gobierno como cartel mafioso, desacreditarlo, desgastar su imagen, (estrategia de los EE.UU.=caída en las encuesta y el default, baja calificación financiera, el fin es desestabilizar financieramente el país, esta es la responsabilidad),
La
revolución bolivariana es “una piedra en el zapato dice Gloria Bastida,
por los cuantiosos fondos” que salieron del país a causa de la
corrupción privada y pública, pero en verdad,
Preocupa a EE.UU la
corrupción, cuando millones
dólares se lava por el narcotráfico en dicha nación siendo el principal
mercado de las drogas en el mundo?, nadie lo puede dudar, esto en verdad
no le preocupa sino que Venezuela ostenta “la reserva petrolera más
grande del mundo” a poca distancia de su territorio, aparte de los
logros de la revolución socialista bolivariana y esto es mucho mayor de
que Venezuela sea una potencia bélica, sería un ejemplo mundial de
alternancia al camino democrático burgués y capitalista de desarrollo
desigual como testimonia Pikerin en su obra El capital en el siglo XXI. " (Alexánder Kórdan Acosta R , Ssociólogos, 25/ 03/2015)
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