"La Asamblea Nacional francesa ha consagrado por aplastante mayoría (436
votos a favor contra 34) el derecho de todos los ciudadanos a una sedación profunda y continuada
que alivie sus últimos momentos.
La Asamblea (cámara baja) ha decidido
también declarar vinculante el testamento vital, al que, salvo algunas
excepciones, tendrá que ceñirse el médico. También se otorga
representación legal a la persona de confianza elegida previamente por
el enfermo para defender sus deseos acerca de cómo morir.
Este último
avance habría impedido la batalla legal que enfrenta a los familiares
del francés Vincent Lambert, que lleva seis años en estado vegetativo
mantenido en el hospital de manera artificial. (...)
El Gobierno socialista francés ha buscado desde el principio una posición moderada
para facilitar el consenso. Encargó el borrador del proyecto de ley
sobre el fin de la vida al diputado socialista Alain Claeys y al
derechista de la UMP Jean Leonetti, redactor de la ley en vigor que,
aprobada en 2005, prohibió el ensañamiento terapéutico.
La norma ahora
aprobada impone a los médicos la sedación terminal si el paciente o su
representante lo pide, que iría acompañada de la retirada de todo
tratamiento, incluidas la hidratación y la alimentación artificial. La
nueva norma explicita el derecho a la sedación aunque esta acorte la
vida.
Los radicales de izquierda y los ecologistas habían expresado su
deseo de avanzar hacia la eutanasia. “Tanto tiempo para llegar a esta
solución decepcionante”, se ha lamentado la diputada ecologista
Véronique Massaunneau. Ambos grupos, sin embargo, se han abstenido
mayoritariamente.
Los socialistas han apoyado a su gobierno, a pesar de
que también 120 de entre sus filas eran favorables a la eutanasia.
Seguir los pasos de Suiza, Bélgica y Holanda era la aspiración. La mayor
oposición a la ley adoptada ha venido de la parte de la derecha.
En el debate parlamentario se ha vuelto a expresar la preocupación
por la falta de cuidados paliativos, que solo llegan al 20 % de los que
los necesitan, según la diputada socialista Michèle Delaunay. La nueva
ley debe aún pasar por el Senado, pero en Francia la decisión de la
Asamblea suele ser la definitiva." (
Gabriela Cañas
, El País, París
17 MAR 2015)
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