21.5.15

Madrid dispone de cerca de 260.000 viviendas vacías

"(...) En 2014 se produjeron más de 68.000 desahucios en España. Son ya seis años de crisis y ninguna medida para frenar este drama ha parecido tener efecto. ¿Por qué no se ha atenuado el problema?

Los desahucios van a seguir creciendo o, por lo menos, van a mantenerse durante un cierto tiempo porque dependen de variables conocidas por todos, como el número de desempleados, de trabajadores pobres o de personas en paro sin cobertura económica. 

Por otro lado, las redes de seguridad del Estado no dan abasto o han desaparecido. Mientras no se alteren las reglas del juego en las relaciones entre hipotecados sobreendeudados y entidades financieras, se van a seguir produciendo desahucios.

Tampoco hay una red de seguridad pública. Porque, si hubiese un parque público de alquiler de cierto tamaño, un hipotecado que no ha cumplido sus obligaciones y pierde la propiedad de una vivienda podría ser realojado en un recurso público en el que pudiese vivir de alquiler de forma indefinida o, por lo menos, temporalmente. 

Pero no tenemos ese parque público de alquiler y tampoco tenemos un parque privado non profit de alquiler, que son los dos instrumentos fundamentales que existen en el resto de Europa en un momento de emergencia habitacional como el actual. Si no se alteran los equilibrios de poder entre banca, Estado y ciudadanos, la primera seguirá desahuciando y las personas con menos recursos seguirán siendo desahuciadas.

¿Qué políticas de vivienda se están aplicando en la actualidad para hacer frente al problema de gente sin casas y casas sin gente?

Ahora mismo no hay política de vivienda. (...)

No estamos actuando sobre los problemas principales: 3,5 millones de viviendas vacías oficialmente y 700.000 en manos de la banca, unos datos que la mayor parte de los expertos no se cree.Pero incluso si nos los creemos, hay un inmenso campo de trabajo para movilizar esas viviendas vacías hacia el alquiler y, a ser posible, hacia un alquiler asequible. (...)

Se debería movilizar la viviendas vacías hacia el alquiler. Tenemos oficialmente ese 13% de vivienda vacía, además de otro 10% de segundas residencias. Son números altísimos, no habituales en el resto de la UE. ­Demuestran que el esquema urbanístico y económico es disfuncional.  (...)

Tenemos un Estado débil y una sociedad civil anémica en materia de vivienda. Y hay mucha gente demandando al Estado, pero no hay nadie autoorganizándose y poniendo en marcha proyectos, que sean no sólo fruto de la necesidad. No veo que sindicatos, partidos, asociaciones civiles, fundaciones o las empresas a través de su responsabilidad social corporativa generen entidades privadas sin ánimo de lucro profesionales para la provisión de vivienda.  (...)

En el caso de las comunidades que no tienen una planificación territorial, es el mercado el que la regula por la vía de los hechos. Además, hay planeamientos urbanísticos realistas y otros que no tienen sentido, o al menos no para la ­colectividad, pero sí para algunos operadores del mercado.

 Por ejemplo, la ciudad de Madrid dispone de cerca de 260.000 viviendas vacías y, al mismo tiempo, de suelo calificado para más de 200.000 viviendas nuevas, con una unidad convivencial tipo de 2,5 personas. 

Estamos hablando de que una localidad como ­Madrid podría alojar a un millón más de vecinos. Pero no va a venir esa cantidad personas. Es responsabilidad de los planificadores del territorio y de los urbanistas tener en cuenta la realidad. (...)"           (Pablo Elorduy, La Marea, en Rebelión, 21/05/2015)

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