"(...) el relativo éxito en aquellas ciudades donde se consiguió conformar una
plataforma ciudadana, que aglutinaba a varias organizaciones políticas y
sociales así como a personas independientes, demuestra, a mi juicio, la
necesidad de concentrar todavía más el voto de cara a las próximas
elecciones generales. Creo que sin PODEMOS no podrá realizarse el tan necesario cambio político, pero con solo PODEMOS tampoco.
La estrategia debe adaptarse a los resultados prácticos. Y éstos son
claros: la ciudadanía demanda más convergencia de las fuerzas políticas
transformadoras. El voto todavía se está dividiendo demasiado entre
opciones muy parecidas. Se necesita una amplia unidad popular.
Todas las fuerzas políticas favorables a un cambio radical de rumbo en
las políticas económicas y a una regeneración democrática profunda deben
presentarse unidas en las próximas elecciones generales para tener
verdaderas posibilidades de ganarlas con una gran mayoría.
PODEMOS debe
ser generoso y responsable, debe tomar la iniciativa (pues ahora es el
principal sujeto político del cambio) y encauzar dicha unidad popular
tendiendo puentes con el resto de fuerzas progresistas que coincidan en
esos dos ejes alrededor de los cuales gira su programa: rescate
ciudadano y proceso constituyente. Hay que dejar de lado personalismos,
orgullos, sectarismos. El momento histórico así lo exige. La unidad
popular es necesaria y posible. Los casos emblemáticos de Madrid y
Barcelona así lo atestiguan.(...)
PODEMOS ha creado una dinámica de cambio. Pero esta dinámica puede acelerarse, ralentizarse, o incluso revertirse. Como
demuestra la historia, nada es irreversible. Todo dependerá de quién
lleve la iniciativa. La casta procurará por todos los medios posibles,
usando distintas estrategias, que el cambio sea insuficiente, limitado, e
incluso revertirlo en cuanto pueda. (...)
Creo que el planteamiento mostrado por PODEMOS es el correcto: estar
dispuesto a hablar con todo el mundo pero en base a programas concretos y
exigiendo a los demás que den un giro de 180 grados. PODEMOS debe
seguir en la centralidad, debe forzar a que otros partidos (muy
especialmente el PSOE) se acerquen a sus postulados, y no al revés. Si
PODEMOS se modera acabará siendo subsumido por el PSOE y podríamos
volver a la situación que hemos logrado en parte superar. (...)
El actual programa de PODEMOS no es muy ambicioso para quienes
pretendemos superar el capitalismo, transformar radicalmente la
sociedad, como el mismo Iglesias reconoce. Así pues, no es pedirle mucho
a un partido supuestamente socialdemócrata asumir un programa económico
socialdemócrata.
La política económica de PODEMOS es perfectamente
asumible por un PSOE virado a la izquierda, que decida abandonar las
políticas neoliberales que ha practicado. ¿O no? Si el PSOE no
es capaz de asumir dicho programa económico (aunque no lo desearía), o
si apoya al PP (o es apoyado por él), se pone en evidencia ante la
ciudadanía, ante sus votantes. Y esto le pasaría factura electoral. Le
podría condenar. Véase lo ocurrido al Pasok en Grecia. (...)
El programa económico de PODEMOS es lo suficientemente moderado como
para que el PSOE pueda acercarse algo a él, pero también lo
suficientemente radical como para que PODEMOS deje su firma y pueda
mostrar a la ciudadanía la utilidad y necesidad de votar a PODEMOS, bien
sea para asumir el protagonismo de la izquierda (lo más deseable), bien
sea para que el PSOE se radicalice, se izquierdice (algo poco probable)
si no quiere perder el tren de la historia.
Es PODEMOS quien debe
“jugar” con el PSOE y no al revés. El PSOE está entre la espada y la
pared, debe seguir aparentando ser de izquierdas, pero está atado a la
oligarquía. Es PODEMOS quien tiene más margen de maniobra, más libertad
de movimiento, al no depender del poder económico.(...)
Por consiguiente, yo creo que está bien que PODEMOS se abra al diálogo
con otras formaciones políticas para llegar a acuerdos de gobierno, pero
siempre que no se renuncie a lo esencial del programa: rescate
ciudadano y desarrollo máximo (y no mínimo) de la democracia. (...)
En el caso de no gobernar, PODEMOS podría apoyar ciertas medidas
concretas y al mismo tiempo oponerse a otras. En cualquier caso (ya sea
desde el gobierno o desde la oposición), deberá llevar la iniciativa
también en las instituciones y plantear soluciones que pongan en
evidencia ante la opinión pública a los falsos profetas.
PODEMOS
ha demostrado que con poco más de un millón de votos (¡qué útiles
fueron esos votos en las elecciones europeas, qué orgullo haber sido uno
de ellos!) es posible la centralidad. El protagonismo en el mundo de
las ideas debe traducirse en votos, hay que conseguir la hegemonía
también en las urnas.
Ahora deberá conseguir dicha centralidad en las
instituciones, para que dentro de poco sea el pez chico el que se coma
al grande, y no al revés, como ha ocurrido tantas veces en el pasado. Es
tan básico y esencial, de sentido común, el programa de PODEMOS que los
demás partidos que se dicen progresistas se irán delatando si no lo
asumen en la práctica. La clave está en que PODEMOS, o el frente de
unidad popular que se constituya, lleve en todo momento la iniciativa y
tenga una estrategia acertada a corto, medio y largo plazo. (...)
El objetivo primordial es ganar las elecciones generales, y con una amplia mayoría. Pero no sólo por ganar, obviamente, sino para empezar a cambiar las cosas de verdad. (...)" (José López , Rebelión, 27/05/2015)
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