"(...) Irlanda es el único beneficiario de una política muy real pero muy
secreta sobre financiación monetaria. A pesar de que es potencialmente
ilegal y el BCE y la política de la UE se oponen, Irlanda está de hecho
pagándose una parte significativa de la deuda a sí misma.
El Banco
Central de Irlanda se hizo cargo de la deuda del infame Anglo-Irish Bank
cuyos excesos especulativos costaron a la economía irlandesa casi el
20% de su PIB cuando se declaró insolvente. Ahora el Gobierno irlandés
paga al Banco Central un interés sobre la deuda que luego se devuelve al
Gobierno irlandés en forma de excedente de capital.
Si tanto Grecia como Italia, España y Portugal pudieran conseguir
esta oferta, el coste de la deuda caería en picado y facilitaría la
reducción del déficit sin necesidad de recortes sobre el gasto ni subida
de impuestos. Pero nadie quiere mencionar la oferta especial de Irlanda
porque otros países podrían pedir que se les dé el mismo trato.
No es esta la única diferencia. Durante el rescate, el Gobierno
irlandés era totalmente libre para introducir cualquier medida sobre
gasto o impuestos siempre que conllevase una reducción del déficit. En
Grecia, sin embargo, a su Gobierno no se le ha dado tal libertad o
autonomía. Algunos pueden sugerir que Grecia debiera seguir el caso
irlandés. En tal caso, también a ellos se les debería dar financiación
monetaria para gran parte de su deuda y autonomía fiscal.
Muchos en Irlanda pregonan con orgullo que nosotros no somos Grecia. Es cierto. Irlanda es Irlanda: aprendiendo poco del boom
especulativo y su quiebra, haciendo poco para abordar sus déficits en
los sectores productivos, ignorando los profundos costes sociales que se
ha autoimpuesto… No es que Irlanda no sea un modelo para Grecia y otros
países europeos sino que, es más, no debería ser ni siquiera un modelo
para sí misma." (Michael Taft Investigador en UNITE the Union, Público, 01/10/2015)
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