27.5.16

Primeras pruebas del golpe contra Dilma Rousseff

"Ya no hay dudas sobre la conspiración en la sombra cocinada en el Congreso brasileño para derribar a Dilma Rousseff en Brasil mediante el impeachment. 

Unas explosivas escuchas telefónicas del ya exministro de Planeamiento del Gobierno interino de Temer, Romero Jucá, demuestran que su intención era destituir a la mandataria para "restañar la sangría" (de las investigaciones por el escándalo Petrobras, se entiende) e incluso que intentaría hablar con miembros del Supremo probablemente para que no se vinieran muy arriba con las investigaciones. 

Horas después, Jucá dejaba temporalmente su cargo corrigiendo una rueda de prensa en la que, a pesar de asegurar que no lo haría, no desmentía las conversaciones filtradas por Folha.

La crisis política de Brasil arrancó en marzo de 2014 al descubrirse el Caso Petrobras. Altos cargos de casi todos los partidos, incluidos del PT de la entonces presidenta Rousseff, fueron apareciendo implicados en una trama en la que se repartían mordidas con directivos de Petrobras y empresarios de las mayores constructoras del país por el amaño de contratos de obra pública concedidos por la petrolera. 

Aunque la destitución temporal de Rousseff, reelegida en 2014, se llevó a cabo oficialmente por unas maniobras de maquillaje fiscal sobre las que no existe un consenso de que constituyan un crimen, fue su cercanía con este escándalo de corrupción (por el que no está siendo investigada, no obstante) lo que dio alas de legitimidad en las calles al impeachment. 

Pues bien, estas conversaciones prueban que más que para cortar la corrupción en el Gobierno, lo que pretendía frenar el cese de Rousseff son las investigaciones contra los políticos, al menos en el caso de Romero Jucá, que fue uno de los principales defensores del impeachment y uno de los hombres más cercanos al exvicepresidente Temer.

Su interlocutor en las escuchas filtradas es Sergio Machado, exdirector de la filial de transportes de Petrobras Transpetro, que avisa a Jucá de que los jueces "quieren atrapar a todos los políticos" implicados en la trama. "El primero en ser comido va a ser Aecio", dice en referencia al último rival de Rousseff en las elecciones presidenciales. 

Machado define la nueva situación del Gobierno como "un gran acuerdo" que "protege a Lula, protege a todos". "Conversé ayer con algunos magistrados del Supremo y los tipos dicen: 'Mira, sólo hay condiciones (palabras inaudibles) sin ella (Dilma Rousseff). O sea, que sacar a Rousseff sería la única forma de evitar la sucesión de investigaciones. "Si no hay una solución a corto plazo, nuestro riesgo es grande", dice Machado en otra de las joyas de la charla.

Dilma Rousseff y la izquierda brasileña prácticamente en su totalidad (y cada vez más convencida) llevan meses denunciando que el impeachment que cesó a la mandataria provisionalmente es en realidad un "golpe". (...)

 Parecía claro que ese impeachment o golpe o conspiración se había tejido como una estrategia de poder e intereses alineados entre el centro y la derecha brasileña, con la complicidad de todos los grandes medios y la patronal, para cambiar las cartas en el Gobierno. 

Con esta escucha lo que se demuestra es aún peor: que quienes buscaban poder lo hacían para meter mano en la justicia y evitar que sigan unas investigaciones hasta ahora implacables con la clase política y empresarial. (...)

No hay periodista ni politólogo que explique mejor esta conspiración que sus propios protagonistas. He aquí la traducción al español de algunas de las conversaciones filtradas:

Sergio Machado: Queiroz Galvao* no sé si va a hacer o no **. Camargo Correa va a hacer o no*. Estoy muy preocupado porque Janot (fiscal general del Estado) quiere atraparos. Y cree que yo soy el camino.

Jucá Ferreiro: Tienes que ver con tu abogado cómo podemos ayudar. (...) Hay que cambiar el Gobierno para poder restañar esta sangría.

SM: Chico, la solución más fácil era poner a Michel (Temer).

JF: Sólo Renan (Calheiros, presidente del Senado) está en contra de esa jodienda. Porque no le gusta Michel, porque Michel es Eduardo Cunha. Olvida a Cunha, Cunha está muerto, joder.

SM: Es un acuerdo, poner a Michel, en un gran acuerdo nacional.

JF: Con el Supremo, con todo.

SM: Con todo, ahí paraba todo.

JF: Eso. Lo delimitaba donde está, listo.

SM: La situación es grave. Porque, Romero, ellos quieren atrapar a todos los políticos.
(...)
SM: Eso, y pillar a todo el mundo. Y el PSDB, no sé si ya se han dado cuenta.
(...)
RJ: Todo el mundo en la bandeja para ser comido.
(...)
SM: El primero en ser comido va a ser Aécio.

RJ: Todos, joder. Y los van pillando y van...

SM: Lo que hicimos juntos, Romero, en aquella elección, para escoger a los diputados, para él ser presidente de la Cámara… Amigo, necesito tu inteligencia.
(...)
SM: Aécio, chico… Aécio no tiene condiciones, lo sabemos. ¿Quién no lo sabe? ¿Quién no conoce la trama de Aécio? Yo, que participé en la campaña del PSDB...

RJ: Sí, lo vivimos todo.
(...)
RJ: (Susurrando) Conversé ayer con algunos magistrados del Supremo. Los tipos dicen: "Mira, sólo hay condiciones de (palabra inaudible) sin ella (Dilma Rousseff). Mientras ella esté allí, la prensa, los tipos quieren sacarla, esa jodienda no va a acabar nunca. ¿Entiendes? Entonces… Estoy hablando con los generales, con los comandantes militares. Está todo bien, los tipos dicen que van a apoyar. Están controlando al MST (Movimiento de los Sin Tierra, cercano al gobierno del PT), no sé qué, para no perturbar.
(...)
SM: Yo creo que la salida (para Rousseff) es o licencia o renuncia. Licencia es más suave. Michel forma un gobierno de unión nacional, crea un gran acuerdo, protege a Lula, protege a todo el mundo. Este país vuelve a la calma, nadie aguanta más.(...)"                    (Germán Aranda, CTXT, 24/05/16)

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