17.10.16

La sociedad española se encamina hacia una estructura de partido hegemónico, el PP, que cubra casi todos los espectros ideológicos. Navegamos hacia un modelo similar al argentino, o el mejicano...

"España es un país roto social y económicamente hablando, por más que los patriotas de banderita arenguen todos los días desde diferentes púlpitos. A esta crisis social y económica, se une la profunda crisis de representación política, que ha estallado en toda su intensidad el pasado fin de semana en la sede del PSOE

Más allá de las risas no disimuladas de los adversarios políticos, que van a recoger los restos del electorado socialista, lo que la sociedad no es consciente es que navegamos hacia un modelo similar al argentino, o el mejicano, que no sé cual es peor.

 Prueba de la importancia que tiene la sima creada en el PSOE, antaño el partido que vertebraba el país y cuya primera etapa de gobierno hay que glosarla con admiración y agradecimiento, es que las últimas semanas los apuñalamientos en el seno de dicha organización han pasado por encima de noticias tan relevantes como el juicio al Consejo de Cajamadrid por las tarjetas black, la declaración de Puigdemont en el Parlament sobre la fecha del referéndum en Cataluña o el drama estructural de refugiados en Siria

 La posibilidad de que el PSOE muriera en el intento de superar esta enésima crisis de identidad ha revuelto el ya de por sí negro panorama político que supura en España desde hace lustros. (...)

En esta gran conjura para dar la estocada final a la organización política más longeva han contribuido numerosos actores. Desde las más altas instituciones empresariales, medios de comunicación dopados de financiación bancaria que les convierte en sucursales ideológicas de quienes les pagan las nóminas, hasta una sociedad vacía que ha delegado el poder por falta de personalidad y capacidad de ejercer su labor ciudadana. 

Este espectáculo ha culminado con algunos editoriales, especialmente del Grupo Prisa, en el que se instaba sin rubor a decapitar a un líder político, por cualquier método, elegido por la propia militancia, o programas pseudoinformativos de La Sexta TV en el que se tomaba partido directamente por una parte de la organización, especialmente aquella que tiene capacidad de contratación para emplear a familiares y amigos desempleados.

(...)  ¿qué ha ocurrido para que la situación haya llegado hasta el umbral de la descomposición?  Las respuestas son varias, y algunas son exógenas, ya que la crisis de la socialdemocracia es común al resto de formaciones homónimas europeas. 

 Pero hay algunos elementos intrínsecos cuyos responsables hoy son los que han diseñado y ejecutado esta forma de golpe de Estado a la militancia del partido

 El problema para la sociedad española es que esta suerte de cortijo ha deparado unos modelos de gestión pésimos, donde la mediocridad de los elegidos es directamente proporcional a sus veleidades utilizando el dinero público, lo que ha propiciado que la sociedad española identifique al PSOE con esta forma de hacer política. 

De esta mediocridad, por supuesto, no se ha librado el propio Sánchez que fue elegido por eliminación y con contrato de obra y servicio. De facto, fue una jugada entre la vieja guardia andaluza y los restos desperdigados de los dirigentes corcho, para propiciar una transición hasta que llegase en calesa a Ferraz la peor dirigente que ha tenido la Junta de Andalucía desde la restauración de la democracia.

  De hecho, los que hemos trabajado con Sánchez y le conocemos bien, su ideario político está muy próximo al social liberalismo, si es que lo pude discernir, y por ende, más escorado a la derecha del partido donde pastorean y chapotean Fernández Vara, Page, Tomás Gómez o la propia Susana Díaz. 

Por tanto, el falso debate generado por el entorno de Sánchez es simplemente falso, y tiene más que ver con una visión de cómo hay que dirigir el propio partido. Rompiendo el clientelismo político, mediante la democracia directa, se pierde gran parte del poder orgánico que pasa a estar diluido y poco coordinado, lo que entorpece el mantenimiento de tanto dirigente mediocre que, curiosamente, es el responsable que, por ejemplo, la Junta de Andalucía, tarde un año en homologar unas instalaciones de formación en Granada o Almería.

 En resumen, la sociedad española se encamina hacia una estructura de partido hegemónico, que cubra casi todos los espectros ideológicos, algo que ya hace el PP. El resto se difuminará en organizaciones ingobernables y narcisistas, como Podemos, incapaces de dar respuesta a los graves problemas que tienen los españoles. 

A partir de ahora ya nada será igual en lo estético y superficial, asistiremos a la ausencia de alternancia. Simplemente todo el pastel que han extraído de la corrupción PP y PSOE se centrará en una única y gran organización, que colmará los deseos de los grandes poderes fácticos y no tendrán que invertir en sostener a Ciudadanos, ni aupar a Podemos vía televisión."                   (Alejandro Inurrieta, Vox Populi, 03/10/16)

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