25.9.17

La causa del empobrecimiento global de la sociedad española ha sido que la tasa de desempleo se ha mantenido por encima del 20% durante más de 5 años

"(...) Cuando estamos dispuestos a pagar un precio elevado por la supuesta mayor calidad de un producto sin que tengamos una idea fehaciente de sus verdaderas características, en esos casos estamos hablando de los bienes superiores. La demanda de bienes superiores crece a pesar de que sus precios se incrementen, lo que pone en cuestión la ley de oferta y de demanda. 

El ejemplo más utilizado es el del mercado de los coches de segunda mano. Si un vendedor de vehículos usados baja los precios de sus coches lo más probable es que venda menos, ya que la mayor parte de los posibles compradores pensará que la reducción de precios tiene que ver con una peor calidad de los coches ofertados.  (...)

Para crear mercados de bienes superiores las empresas desarrollan innovadoras “tecnologías de comercialización” cuyo principal objetivo es crear valor emocional para sus productos, mediante la valorización de la marca, la creación de intangibles o la diferenciación del producto. 

Cuando un producto consigue “algo de valor de obra de arte” ello significa que los consumidores dejamos de tener criterios objetivos-racionales sobre la relación precio-calidad de dichos productos. Cuando el principal criterio para comprar un bien es subjetivo-emocional -“lo compro porque me gusta”-, los precios de venta, como en las obras de arte, se desconectan de los costes de producción.(...)

 En las Sociedades de la Abundancia de los países desarrollados consumimos un porcentaje creciente de productos y servicios cuyos precios no vienen determinados por los costes de producción, sino por nuestra capacidad de gasto, y por la confianza emocional que depositamos en su supuesta calidad. Resulta obvio que los mercados de bienes superiores no pueden crecer si de forma paralela no se incrementa el volumen de consumidores con una creciente demanda sofisticada, esto es, la clase media.  (...)

En países con un elevado porcentaje de consumo de bienes superiores las bajadas de los salarios no reducen sustancialmente el desempleo, ya que el resultado de esas políticas será el empobrecimiento de la clase media y una consiguiente contracción de la demanda sofisticada, lo que generará más desempleo, principalmente en sectores cualificados. A la vez puede producirse un incremento de la importación de productos low cost para los nuevos consumidores empobrecidos. Es lo que ha sucedido en España  

(...) las políticas de devaluación salarial aplicadas a partir de mayo de 2010 han incrementado la desigualdad y la pobreza en España, la consecuencia del empobrecimiento global de la sociedad española ha sido que la tasa de desempleo se ha mantenido por encima del 20% durante más de cinco años.

(...)  las políticas que empobrecen a los trabajadores nacionales y reducen la demanda sofisticada nacional, terminan angostando la complejidad económica del país, esto es, disminuyen su capacidad de producción de bienes superiores y, por tanto, de mejorar su productividad por esta vía. 

 Este es un proceso inverso al que impulsó Henry Ford hace 103 años cuando dobló el salario, hasta los 5 dólares la hora, de sus trabajadores de la planta de montaje de Michigan que fabricaban el famoso modelo T de Ford. Dicha subida salarial incrementó la demanda sofisticada entre sus propios trabajadores, permitiéndoles comprar los mismos coches que fabricaban.   (...)

Lo más relevante en la actualidad en estos países es el nuevo tipo de “productividad emocional” generada en los mercados de bienes superiores, en la que es más importante vender caro que fabricar barato. (...)

El caso del valor de Iphone es paradigmático: en 2009, con un precio de venta al público de 500 dólares, el valor de la producción que se retribuía a los fabricantes chinos de piezas y componentes era de tan solo de 7 dólares, un 1,5% del valor final del producto, mientras que EE.UU. se quedaba con el 64% del valor del teléfono, 320 dólares, donde apenas se producía nada físicamente del teléfono móvil.  

(...) las ventajas competitivas obtenidas mediante las “tecnologías de la comercialización” son mucho más efímeras y volátiles que las obtenidas en el pasado a través de las inversiones en “tecnologías de la producción”.

Asimismo para los trabajadores, y para sus sindicatos, resulta mucho más difícil disputar los incrementos de productividad en la actualidad, en procesos productivos muy segmentados y localizados en varios países, que en las grandes fábricas fordistas donde la mayor parte del proceso productivo estaba integrado verticalmente y donde la propia homogeneidad del trabajo incorporado al proceso productivo era mucho mayor. 

No obstante, donde se ha conseguido, como puede observarse en el gráfico 3 en el caso de Suecia, los incrementos de los salarios reales (líneas discontinuas) han sido superiores a los de la productividad (línea continua). 

En Suecia esto ha sucedido ¡!Durante los últimos veinte años!!, sin que se haya visto afectada la competitividad de su economía, que durante la última década se ha mantenido entre los diez países más competitivos del mundo, según el Índice de Competitividad Global del Foro Económico Mundial de Davos.   (...)

Es imprescindible reforzar el mermado poder de negociación de los sindicatos, pero no se trata solo de recuperar capacidad de negociación pérdida, sino de afrontar una profunda modernización de las relaciones laborales que democratice la empresa, con el objetivo de incrementar la participación, y corresponsabilidad, de los trabajadores en su gestión.  (...)

El problema de las empresas españolas no es tanto una especialización en sectores con bajo valor añadido, sino que, independientemente de que en qué sector operen, tienen muchas dificultades para producir bienes superiores. No obstante, la creación por parte de las empresas de intangibles emocionales mediante la utilización de “tecnologías de la comercialización” es una condición necesaria, pero no suficiente, para incrementar de forma sostenible la productividad de las empresas de los países desarrollados.   (...)

Un país con un elevado volumen de empresas capaces de crear bienes superiores, con una política industrial que facilite que esas empresas retengan su poder de mercado, y con unas relaciones laborales más democráticas y modernas, entrará en un círculo virtuoso que permitirá una mejora de las condiciones salariales del conjunto de sus trabajadores y de las condiciones de vida de sus ciudadanos.

Por el contrario, en un país cuya estructura productiva se caracterice por un creciente peso de empresas precio-aceptantes posicionadas en mercados low cost, en los que el elemento determinante de la competitividad sea el precio y que estén caracterizadas por un modelo autoritario de relaciones laborales donde se haya cercenado gran parte de la capacidad negociadora de los trabajadores, entrará en un círculo vicioso en el que se incrementará extraordinariamente la cantidad de trabajadores, y ciudadanos, pobres.  (...)

La creciente especialización productiva de las empresas españolas en aquellas partes de los procesos que menos complejidad incorporan, que menos productividad añaden, está haciendo que estemos saliendo de la crisis asemejándonos cada vez más a los países emergentes y no al club de los países desarrollados, al que aún creemos pertenecer. 

Una crisis internacional, como la vivida en 2007, significa también una alteración de las relaciones de poder, esto es, de la capacidad de imponer precios que hasta ese momento han tenido determinadas empresas y países. La evolución de nuestro país dentro del contexto internacional indica que la recuperación de España no va por el camino adecuado para garantizar el bienestar presente y futuro de sus ciudadanos. 

Como hemos visto, en los últimos veinte años la productividad en Suecia se ha incrementado en más de un 40%, y los salarios reales cerca de un 50%, mientras que en España el aumento de la productividad ha sido inferior al 20% en ese mismo periodo, y el de los salarios reales no ha llegado al 10%."                      (Bruno Estrada, CTXT, 19/09/17)

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