15.6.21

"La OCDE alerta de que los límites al alquiler pueden reducir la inversión en construcción"... Precisamente este es uno de los objetivos que se persigue con el control de alquileres: que los fondos buitres abandonen el país y la vivienda deje de ser un activo financiero. El Estado como promotor de viviendas en suelo público puede atender todas las necesidades de inversión...

Carlos Martín Urriza @carlosurriza

 Precisamente este es uno de los objetivos que se persigue con el control de alquileres: que los fondos buitres abandonen el país y la vivienda deje de ser un activo financiero. El Estado como promotor de viviendas en suelo público puede atender todas las necesidades de inversión

"La OCDE alerta de que los límites al alquiler pueden reducir la inversión en construcción" (José Luis Aranda, El País, 14/06/21)

12:01 p. m. · 14 jun. 2021
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 "(...) El organismo que reúne a las economías más ricas del mundo también alerta de que las regulaciones de los alquileres “tienen impacto en el funcionamiento eficiente de los mercados inmobiliarios, en tanto que pueden desalentar la inversión en construcción y en mantenimiento”. 

El Gobierno español lleva meses debatiendo sobre la posibilidad de imponer límites a los alquileres, una cuestión que ha dividido a los dos socios de la coalición, los socialistas (que defienden ayudas fiscales para incentivar la oferta de alquiler) y Unidas Podemos (favorables a establecer topes a los alquileres).

El acceso a la vivienda es un “reto creciente en muchos países”, alerta la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, que agrupa a 38 de las economías más avanzadas del planeta, en un informe publicado este lunes, con un dato para la reflexión: entre 2005 y 2015, los gastos que provoca la vivienda en las familias crecieron de media cinco puntos, “alcanzando un 31% del presupuesto en los hogares de ingresos medios”. En ese mismo periodo, la porción de sus ingresos que las familias debían dedicar a salud o transportes creció menos de un punto, y en otros gastos básicos como educación, ropa o comida descendió. Es decir, la vivienda da un mordisco cada vez mayor a los recursos de los que disponen las familias.

 Con el objetivo de diagnosticar el origen del daño y de promover políticas enfocadas a remediarlo, la OCDE ha preparado esta semana varias jornadas enfocadas en la vivienda. Y para abrir fuego publica este lunes el estudio Brick by brick. Building better housing policies (Ladrillo a ladrillo. Construyendo mejor políticas de vivienda). 

El informe recuerda que la vivienda es “una necesidad humana básica” y que resulta una cuestión capital para el bienestar humano. Y cita algunos procesos que lo están poniendo en entredicho, como “el fracaso del sector de la vivienda para proveer suficientes hogares donde la demanda es fuerte, como las áreas urbanas ricas en empleo”.

La OCDE no olvida mencionar el desafío medioambiental que suponen los edificios de viviendas, responsables globalmente de un 17% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero y de un 37% de las emisiones de partículas finas (contaminantes y nocivas para la salud humana).

Los citados son “retos interconectados” para el club de países ricos y por tanto requieren de “acción política en un amplio rango de dominios”. Para empezar, en los presupuestos. “La inversión pública en desarrollo de vivienda ha caído del 0,17% del PIB, en 2001, al 0,06 del PIB en 2018, como media para los países de la OCDE”, reza el informe del organismo en un tirón de orejas para sus socios. Como resultado los autores —un amplio elenco de especialistas del departamento económico de la OCDE, coordinados por los economistas Boris Cournède y Volker Ziemann— piden a los países “una mayor inversión en vivienda social y asequible”, una solución a la que solo encuentran virtudes.

 Realizar ese esfuerzo económico, sostienen, “tendría el beneficio dual de proteger a los hogares vulnerables o de bajos ingresos mientras se expande la oferta de viviendas y, como resultado, se alivia la presión creciente de los precios”. Además, se puede aprovechar para hacer nuevas construcciones medioambientalmente más sostenibles y “evitando la segregación social y económica”. (...)"       (José Luis Aranda, El País, 14/06/21)

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