24.8.24

El concierto económico catalán, tal como ha sido planteado recientemente, es más una construcción semántica que una propuesta concreta... Para ERC, este concepto ha servido como una herramienta para ganar tiempo y salvar la cara ante su electorado... Para el PSOE, el uso de esta semántica ha sido una forma de avanzar en las negociaciones necesarias para la investidura de Illa, sin comprometerse a nada concreto... Ambos partidos sabían que se estaban engañando mutuamente al hablar de este tema durante las negociaciones, pero lo hicieron porque era lo que convenía para seguir adelante (Julen Bollain)

 "(...) El concierto económico catalán, tal como ha sido planteado recientemente, es más una construcción semántica que una propuesta concreta. El uso de este término ha generado una enorme polémica y confusión, tanto dentro de Cataluña como en el resto de España. La semántica en política no es trivial. El lenguaje configura la realidad y define los términos del debate. En este caso, el término "concierto económico" ha sido utilizado estratégicamente por diversas fuerzas políticas para proyectar una imagen de agravio o ventaja, dependiendo del lado del tablero político en el que se situaba.

 Para ERC, este concepto ha servido como una herramienta para ganar tiempo y salvar la cara ante su electorado, presentándose como los defensores de una mayor autonomía fiscal para Cataluña. Para el PSOE, el uso de esta semántica ha sido una forma de avanzar en las negociaciones necesarias para la investidura de Illa, sin comprometerse a nada concreto que pudiera alienar a otras comunidades o provocar una crisis política mayor.

Ambos partidos sabían que se estaban engañando mutuamente al hablar de este tema durante las negociaciones, pero lo hicieron porque era lo que convenía para seguir adelante. Con la investidura ya cumplida, empiezan a asomar las contradicciones de este apaño semántico. ¿El avance? Que el verdadero debate sobre la financiación autonómica está aún por llegar, y cuando lo haga, será necesario abordar la cuestión desde un enfoque más honesto y menos retórico.

De momento, el llamado concierto económico catalán es un acuerdo político secuestrado por la semántica y la geometría variable, más que una propuesta seria para reformar el sistema de financiación catalán. (...)"           (Julen Bollain, Público, 24/08/24)

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