"La dimisión de Rodrigo Rato en mayo de 2012 como presidente de
Bankia/BFA coincidió con uno de los momentos más complicados para la
economía española desde que se inició la crisis financiera y económica
en el verano de 2007.
Para impedir la quiebra de Bankia
eran necesarios unos 19.000 millones de euros adicionales a los ya
aportados a dicha entidad de crédito por parte del Frob (4.500
millones). (...)
La prima de riesgo de la deuda española
alcanzó por aquellos días los niveles más elevados (unos 650 puntos
básicos). Coincidiendo con el inicio de la Copa de Europa de
selecciones nacionales de futbol, el presidente del gobierno aludió,
casi de pasada, a que el 25 de junio de 2012 se había solicitado al
Eurogrupo abrir una línea de crédito con de 100.000 millones de euros.
El comentario del presidente del gobierno
se hizo de forma tan enfática que, más que indicar que se trataba de
resolver una situación delicada, parecía que hacia un favor a la Unión
Europea al acceder a efectuar la demanda de financiación en cuestión. (...)
El trabajo previo de un consultor externo
independiente, Oliver Wyman, apoyado en los datos aportados por las
cuatro firmas auditoras más importantes, así como por el Banco de España
sobre 36 millones de créditos, junto a los servicios de seis empresas
tasadoras, permitió estimar las necesidades de capital del sistema
financiero español. Dichas carencias de capital oscilaban entre 25.900
millones y 53.745 millones de euros según se tratase del escenario
“básico” o del “problemático”.
Al final, y tras un amplio conjunto de
actividades compensatorias de carácter “desapalancador”, las necesidades
de apelación a los fondos del Eurogrupo quedaron por debajo de los
40.000 millones. Se emplearon unos 38.000 millones en capitalizar los
bancos de los grupos 1 y 2 precisados de aumentar el capital y también
se usaron 2.500 millones de dicha “línea de crédito” para aportar
capital a Sareb, el banco malo.
Este último adquirió a los bancos que
necesitaban capitalizarse con ayudas públicas un amplio conjunto de
activos por un valor próximo a los 60.000 millones de euros. Los
recursos empleados para dichas compras procedían de de emisiones de
títulos garantizados por el Estado, títulos que podían servir para
conseguir financiación en el Banco Central Europeo (BCE).
El origen real de dichos recursos ha
sido, pues, el BCE. A fines de 2012 el Frob capitalizó los bancos del
Frob (Bankia, NCG Banco y Cataluña Caixa) y en febrero de 2013 hizo lo
mismo con tres de los bancos del Grupo 2 (BMN., Liberbank y Caja 3). Los
informes derivados de las visitas a España de la troika (BCE, Comisión
CE y FMI) para comprobar el cumplimiento de los compromisos asumidos
por el gobierno español en el Mou han considerado como “estabilizado”
al sistema bancario español.
Dicha estabilización se ha apoyado en la
recapitalización de bancos que suponían el 20% del sistema bancario,
en la transferencia de activos de tales bancos a Sareb y en las
mejorías de la rentabilidad y de la solvencia del conjunto de entidades. (...)
En última instancia, la supuesta mayor credibilidad de la economía
española descansa en el hecho de que se ha aportado capital a las
entidades de crédito que revelaron carencias en el test de esfuerzo que
efectuó la consultora Oliver Wyman. La mejora de solvencia no implica
que esté garantizada la rentabilidad de dichas entidades de crédito. (...)
La morosidad, que suponía en septiembre de 2013 el 18,5% del PIB
previsto para este ejercicio, el elevado desempleo, la presión de la
Comisión Europea para seguir acentuando los recortes, la persistente
restricción crediticia, son todos ellos elementos que complican la
salida definitiva de una crisis que aun no ha superado el sistema
financiero español." (Julio Rodríguez López , Economistas frente a la crisis, 30/11/2013)
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