10.12.13

La carta con el golpe de estado del BCE, a Zapatero


"(...) En mayo de 2010 fueron las llamadas de Obama y Wen Jiabao las que precipitaron la conversión del expresidente José Luis Rodríguez Zapatero, cuyo Gobierno empezó a aplicar recortes tras negar repetidamente la crisis.

 Pero incluso entonces el expresidente seguía en una especie de estado de negación: en agosto de 2011, en medio del huracán en los mercados, fue la carta de Jean-Claude Trichet, revelada la semana pasada por el propio expresidente en su libro El dilema, la que marcó la senda en los últimos meses del Gobierno socialista y, sobre todo, de los dos años que lleva Rajoy al frente del Gobierno.

 España ha sido un país bajo programa desde entonces —aún más claramente tras el rescate bancario—, algo que solo ahora empieza a cambiar.

 “Esa carta es una humillación. Lo raro es que se trata de una humillación hasta cierto punto lógica porque, al borde del abismo, tuvo que ser el BCE quien le cantara a España las cuarenta; Zapatero seguía petrificado”, según fuentes europeas. Los expertos consultados extraen varias conclusiones relativas a esa misiva.

 Una: la privatización de la carta por parte de Zapatero, que se la negó varias veces al Parlamento, es intolerable. 

Dos: fue el líder socialista quien empezó a seguir el guión marcado por Trichet, pero sobre todo es Rajoy quien ha activado, casi punto por punto, todas y cada una de las exigencias del BCE.

 Tres: el tono de la misiva sobrepasa con mucho el mandato del Eurobanco y le convierte en un animal político de dudosa calidad democrática, con órdenes explícitas y directas a un Gobierno democráticamente elegido e incluso a un Parlamento supuestamente soberano. 

Y cuatro: algunas de las recetas son discutibles; la carta deja al BCE entre los más halcones de los muchos halcones del continente, con la necesidad de aplicar recortes “sean cuales sean las circunstancias”, algo que ya ni siquiera Bruselas defiende.  (...)

Paul de Grauwe, de la London School of Economics, es más duro: “La carta entera es una pesadilla”, ataca. “El BCE presume de independencia: no sigue instrucciones de nadie. La otra cara de esa independencia es que no debería meterse en el terreno de otras instituciones, como un Gobierno democráticamente elegido o un Parlamento”. “Se ha extralimitado.

 El español o el italiano no son casos aislados: el BCE sige envuelto en decisiones de gasto público e impuestos en varios países —con las troikas—, y no tiene legitimidad democrática para ello". Charles Wyplosz, del Graduate Institute, subraya que ese papel de “poli malo” es “un error mayúsculo que no refuerza el poder del BCE, sino que le debilita; socava su independencia”. (...)

Una vez la crisis se mitigue, el papel del BCE se suavizará”. Mientras llega ese momento, ahí están las cartas a Roma y Madrid. Y otras que aún se desconocen. “Los irlandeses llevamos tres años pidiendo explicaciones, y no hemos recibido ni una respuesta satisfactoria”, cierra desde Dublín el economista Karl Whelan."            ( Bruselas , El País 1 DIC 2013 )

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