"(...) Si realmente queremos reformar nuestra economía, empiecen por mejorar
las condiciones salariales y formativas del factor trabajo e
implementen definitivamente aquello que urge.
Busquen y creen mecanismos
de financiación alternativos al bancario. Solucionen el problema
energético de nuestro país, atrévanse a fijar el precio de la energía
como un mark-up o margen sobre sus costes fijos.
Hagan todo lo
necesario para que la vivienda sea un bien de uso accesible y no un bien
de inversión. Obliguen definitivamente a que los pagos a proveedores se
hagan en un plazo máximo de 20 días.
No se olviden de reordenar y
reducir el sistema bancario a costa de sus acreedores y gerencia.
Y, por
favor, tiren de una vez por todas a la basura toda la teoría económica
neoclásica en la que se apoyan. Además de ser una farsa, es lúgubre,
esperpéntica, triste.
Ah, se me olvidaba, léanse uno de los últimos trabajos recientes del Fondo Monetario Internacional, me imagino que nada sospechoso para ustedes, ¿verdad?
Se titula Redistribution, Inequality, and Growth, algo así como Redistribución, Desigualdad y Crecimiento,
donde se demuestra que la baja desigualdad después de impuestos está
altamente correlacionada con un crecimiento más alto y duradero, y que
las políticas redistributivas no tienen un impacto negativo en el
crecimiento, al revés el gasto en sanidad y educación es positivo. ¡Y
miren que hace tiempo que les recomiendo seguir a los postkeynesianos!" (Juan Laborda, Vox Populi, 30/04/2014)
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