"Una constante en la explicación de la crisis económica y financiera
actual que ha afectado de manera muy acentuada a los países periféricos
de la Eurozona (GIPS, Grecia, Irlanda, Portugal y España) es la que
atribuye esta situación a que los trabajadores de estos países reciben
salarios demasiado altos, trabajan muy poco, reciben un número excesivo
de prestaciones, tienen excesiva protección social y se jubilan
demasiado pronto.
Esta percepción de los países GIPS, promovida por la
Troika (el FMI, el Banco Central Europeo y la Comisión Europea) y por
los gobiernos de carácter conservador, cristiano-demócrata, liberal y
socioliberal que dominan la gobernanza de la Eurozona, ha alcanzado la
categoría de dogma. (...)
Lo que es digno de mención es que cada
uno de estos supuestos es falso, como es fácilmente demostrable con los
datos. Veamos. Todos estos países GIPS tenían, antes de la crisis, una
protección social y gasto público social por debajo (no por encima) del
promedio de la Unión Europea de los Quince (UE-15), el grupo de países
más ricos de la UE, al cual pertenecen.
El país que tenía mayor gasto
público en protección social de la Eurozona era Alemania. Todos los
países GIPS (Grecia, Irlanda, Portugal y España) tenían, cuando se
estableció la Eurozona, y continúan teniendo, un gasto público social
muy inferior al alemán y muy inferior al promedio de la UE-15.
Igualmente, la edad de jubilación en estos países (en el año 2010) era
idéntica, no inferior, que la de los hombres de Alemania y Francia,
excepto en Grecia, donde podían jubilarse a los 60 años.
La misma falsedad se da en cuanto al
número de horas trabajadas por trabajador. En realidad, en todos estos
países se trabaja más horas al año por trabajador que en Alemania,
siendo el trabajador griego el que trabajaba más horas (2.038 horas al
año, más de 40 horas a la semana), un 43% más que el trabajador alemán.
En cuanto a la excesiva
irresponsabilidad de los dirigentes gubernamentales que se gastaron más
de lo que tenían, generando enormes déficits y deuda pública, los datos
muestran también la falacia de este supuesto. El Estado español estaba
en superávit, no déficit, y la deuda pública era menor que el promedio
de la UE-15, incluyendo Alemania.
Grecia era el país que tenía déficit y
una deuda pública elevada (80% del PIB en 2007). Ahora bien, Irlanda
tenía, como España, un superávit en sus cuentas del Estado, mientras
que el déficit en Grecia estaba solo 3 puntos de PIB por encima del de
Alemania, lo cual no era exagerado.
La situación de las cuentas del Estado
en estos países no puede presentarse como causa de la crisis. El famoso
dicho de que estos Estados de los países GIPS se gastaban más de lo que
tenían, despilfarrando recursos, no es sostenible.
Los que sí
contribuyeron de una manera notable a la crisis y al aumento del déficit
y de la deuda pública, fueron los enormes rescates a la banca y la
bajada de ingresos al Estado, resultado, este último, del
enlentecimiento del crecimiento económico causado por la bajada de la
demanda, consecuencia del descenso salarial y reducción del gasto
público, todas ellas políticas de austeridad impuestas por la Troika.
Ahí están las causas, silenciadas en los mayores medios de información y
persuasión.(...)"
(Article publicat per Vicenç Navarro a la columna “Dominio Público” al diari PÚBLICO, 12 de juny de 2014, en www.vnavarro.org, 12/06/2014)
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