"(...) Y así llegamos a que un país como
Alemania ha devaluado efectivamente el euro durante la década posterior
a su creación con respecto a países como España, que soporta un euro
sobrevaluado.
En consecuencia, una mala alineación de salarios y precios
(en España) se debe resolver en primer lugar a través de ajustes de
precios y salarios. Y esto implica, como es lógico, que países como
España se hayan visto obligados a sufrir altas tasas de desempleo hasta
conseguir ajustar los salarios.
La forma "correcta" para resolver los
desajustes internos sería para Alemania una reactivación de la demanda
interna y la subida de los salarios nacionales, pero por una variedad de
razones, que tienen que ver principalmente con la determinación de
Alemania de proteger a sus bancos respecto a decisiones sobre préstamos
realizados en la última década, esta alternativa es poco probable si no
existe una gran presión de las naciones llamadas periféricas.
Con el fin
de proteger a los bancos, que quieren una moneda fuerte, y para que
todas las deudas sean totalmente reembolsadas o resulten subsidiadas con
transferencias del sector de las familias, el mayor coste del ajuste
debe recaer claramente sobre los trabajadores y una clase media ansiosa.
Dicho de otra manera, Europa sufre una
demanda estructuralmente débil en gran parte debido a la demanda
estructuralmente débil en su mayor economía, Alemania. El resultado es
que durante muchos años Alemania se ha basado en el exceso de demanda de
los países periféricos de Europa para equilibrar la oferta y la
demanda.
La crisis de 2008 puso fin a esta forma de equilibrio por lo
que es imposible para los países periféricos de Europa volver a un
"consumo excesivo". En lugar de resolver el problema mediante el fomento
de la demanda en Alemania, la fórmula que está aplicando Europa es
reducir la demanda en el resto de la región (la reducción de los
salarios merma el consumo).
Si Europa fuera una economía pequeña, un
aumento en la cuenta corriente {superávit exterior] podría compensar
esta creciente debilidad de la demanda interna, pero Europa es demasiado
grande como para depender de la demanda externa. La alternativa elegida
para "resolver" la débil demanda interna, pues. ha sido confiar la
tarea al desempleo.
Proteger el valor de la moneda y la
deuda exterior es considerado generalmente como comportarse "de manera
responsable", pero tiene un coste. La élite política, tanto de izquierda
como de derecha, ha sido reacia a hacer explícita la conexión entre las
políticas alemanas, el euro y el desempleo nacional, prefiriendo en
lugar de ello culpar a políticas laborales internas equivocadas, a pesar
de que estas políticas laborales sean muy anteriores a la crisis del
euro.
Esta confusión no sólo afecta a España. Mario Draghi, por ejemplo,
culpa a "la falta de reforma del mercado laboral y las regulaciones
comerciales excesivas" del fracaso actual de Italia para crecer, como si
éstos sólo se convirtiesen en problemas después de 2008. (...)" (Ernesto Ekaizer, El País, 25/08/2014)
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